28/5/23

¡¡¡ OPA RACING !!! ... El Racing de Ferrol asciende a Segunda División 15 años después

 "El Racing de Ferrol consigue una victoria épica contra el Celta B y asciende a Segunda.

 Jaume Jardí. Este es el nombre del nuevo héroe del Racing de Ferrol. El catalán fue el autor de los dos goles que valieron el ascenso a Segunda. El equipo ferrolano logró abrir la lata en el minuto 80, cuando el partido encaraba la recta final y se ponía cuesta arriba para los de Cristobal Parralo.

A Malata ya había estallado de alegría unos minutos antes, tras un gol de Heber Pena que fue anulado por fuera de juego. El canterano racinguista había pedido el cambio, pero justo antes pudo rematar un balón a la red tras un saque de esquina. La locura se desató en el estadio ferrolano, pero la alegría duró poco, ya que la linier levantó el banderín. Heber Pena se iba lesionado y entraba Jaume Jardí, que acabó convirtiéndose en el gran protagonista.

Al Racing le valía también igualar el resultado del Alcorcón, pero los madrileños no fallaron en casa y ganaron por 2-0 al San Sebastián de los Reyes en Santo Domingo. Así, los de Parralo estaban obligados a conseguir la victoria. El Celta estaba con 10 y se aproximó con peligro en los minutos finales, pero un nuevo gol de Jaume Jardí ponía la tranquilidad en la grada.

El campo estuvo lleno y lo dio todo durante los 90 minutos, entonando la mítica Ferrol de Los Limones, que se ha convertido en todo un himno esta temporada. El empuje de la grada fue clave para los jugadores, que no dejaron de creer, al igual que la hinchada, en esos goles que al final llegaron de las botas de Jaume Jardí, un jugador que ya es historia del Racing y de Ferrol.

Ferrol se tiñó de verde

Ferrol vivió este sábado uno de sus grandes días. La ciudad se volcó por completo para disfrutar del posible ascenso del equipo. La previa del partido se convirtió en una auténtica fiesta con conciertos, barras en la calle y cientos de aficionados que visten de verde para la gran cita.

La hinchada ferrolana se dio cita en la céntrica calle de la Magdalena para celebrar la previa del choque. Allí disfrutaron de los conciertos de Malditos Pendejos y DJ Pachirulo, antes de hacer un corteo hasta el estadio de A Malata."               (Adrián Lede, Quincemil, 27/05/23)


"El Racing de Ferrol asciende a Segunda División 15 años después.

(...)  Campeón del grupo primero de la Primera Federación, el conjunto naval completa una temporada de renacimiento del apoyo de la afición tras tres lustros entre la Segunda División B y la Tercera, que ha permitido rozar el lleno en varias ocasiones durante el curso."     (Diario de Ferrol, 27/05/23)

 

"El equipo departamental vuelve al fútbol profesional dando la sorpresa en el Grupo I con muchos triunfadores: Mouriz, Parralo, De Vicente, Héber Luis Chacón…

El Racing de Ferrol ya es equipo de Segunda. El conjunto departamental regresa al fútbol profesional después de aprovechar su ventaja con el Alcorcón en una última jornada de liga a la que llegaba con ventaja. De esta forma, el histórico club ferrolano vuelve a una categoría que no pisaba desde la temporada 2007-2008. Un largo camino de 15 años lleno de sinsabores y penitencias que incluso le llevaron a militar en Tercera cuatro temporadas. Una etapa negra que comenzó a ver la luz en 2017 cuando Ignacio Rivera, presidente de ‘Estrella Galicia’, se hizo cargo del club en compañía de un grupo de empresarios

 El aterrizaje del ‘Élite Administración y Gestión’, con la presidencia de Pepe Criado, trajo calma, sentido común y el fichaje de Carlos Mouriz, un director deportivo, o casi general, de la entidad, de reconocida trayectoria. Con la estabilidad por bandera, acertó de pleno con la contratación para el banquillo de un Cristóbal Parralo que ha cumplido este año su tercera temporada al frente del conjunto verde demostrando su entidad como entrenador y la importancia de apostar y mantener un proyecto.

El primer año de Parralo se logró la clasificación para Primera RFEF. El segundo, se siguió creciendo y se entró en playoff, donde el Racing cayó en semifinales ante el Nàstic. Al tercero ha llegado el ascenso a Segunda con una plantilla que ha combinado continuidad, acierto en el mercado y presencia de la cantera. Los Gazzaniga, Jon García o un Héber por el que el club hizo un gran esfuerzo para retenerlo, son parte de esa ‘vieja guardia’. En los recién llegados destaca Carlos Vicente, sin duda candidato al MVP del Grupo I, o un Manu Justo fundamental con sus goles. Un coctel al que se añadieron jóvenes como Brais o un Luis Chacón que ha sido determinante en el tramo final de liga. Aunque Jardi, con sus dos goles ante el Celta B, se ha convertido en el héroe del ascenso.

La regularidad fue la nota predominante de la temporada, pero combinada con la paciencia cuando el equipo acumuló una racha de dos victorias, dos empates y siete derrotas entre la jornada 9ª y 18ª. A pesar de esto, los departamentales solo han estado en toda la temporada dos jornadas fuera de playoff y han demostrado en el tramo final de liga ser justos campeones por encima de los dubitativos Alcorcón, Castilla y Deportivo. Nueve victorias y una sola derrota en los doce encuentros previos a la gran ‘final’ ante el Celta B es argumento suficiente para entender el exitazo de un Racing de Ferrol que se prepara para jugar en Segunda con una clara ambición agazapado en la sombra: seguir creciendo paso a paso.

Ola verde y mejoras en A Malata

Casi al mismo ritmo que el Racing iba confirmando su candidatura al ascenso directo se fue despertando la pasión por el equipo. Si el club iniciaba 2022 con algo menos de 3.000 socios, en enero de este año ya eran más de 3.500. Una ola que fue creciendo en Ferrol, ciudad de 67.000 habitantes, hasta teñir de verde A Malata (12.000 espectadores). El estadio municipal, inaugurado en 1993, completó a tiempo la reforma de sus gradas gracias al apoyo de la Diputación para la gran final de este sábado ante el Celta B. Las mejoras permitirán al Racing regresar a Segunda con una instalación de garantías y con la meta de superar el récord de 5.500 abonados que se logró en la temporada 2000-2001 en Segunda con el recordado Isidro Silveira en la presidencia."               (Luis de la Cruz, AS, 28/05/23)


"«¡Que se prepare Segunda, el racinguismo vuelve para quedarse!».

Las lágrimas de emoción de una conmovida Lucía corriendo por sus mejillas decoradas con dos corazones verdes encarnan la locura que vivió A Malata. Hubo tensión, nervios, enfado y mucha, mucha alegría y pasión por ver al Racing lograr la gesta de volver a Segunda. Y, aunque tocó que esperar hasta la recta final para celebrarlo, con el primer gol de la noche el sentimiento racinguista se desbordó.

«¡Me caso con Jardí!», pedía Marina desde la grada con una emoción totalmente descontrolada. Se sufrió como nunca, pero así las fiestas merecen mucho más la pena. Y, tal y como empezó el partido, coreando el himno de Los Limones, ese sé que aquí nací, aquí quiero quedarme, aquí está mi hogar, donde se acaba el mar, el árbitro daba el pitido final y estallaba la emoción.

«Estoy, que no me lo creo. Aún no creo que se haya conseguido y que el año que viene vayamos a estar en Segunda», decía Jesús emocionado. Arropado por una bandera racinguista y entre ella su hija Elena, es otro de los rostros que no podían aguantar las lágrimas. «De lo que más me alegro es de que lo haya podido vivir mi hija, y que pueda ver al Racing en Segunda», reconocía.

El estadio se vino abajo con la celebración, coreando y animando a una plantilla que bailó, gritó y lloró dando la vuelta al campo en sintonía con la emoción de la grada. «¡Que bote A Malata! ¡Somos de Segunda oé oé!», gritaba el respetable. El público y los jugadores eran uno, sintiendo la misma emoción por haber logrado la gesta. Se sella así un idilio que lleva fraguándose toda una temporada.

«Beso a beso, me enamoré de ti», coreó el racinguismo durante los primeros instantes del partido. Una tarde histórica que comenzó con un espectacular mosaico y un ensordecedor aplauso para recibir a los jugadores. «Nunca había visto nada así», comentaban emocionados durante los primeros compases Mateo y Jaime, dos jóvenes ferrolanos. Como era de esperar no entraba ni un alfiler en las gradas de una A Malata que sufrió de lo lindo durante los primeros 45 minutos.

Era una fiesta, pero el respetable era consciente de que no sería nada fácil. «¡Bien Manzanara!», ¡Vamos Héber!», «¡Buen corte Jon!», gritaba el público a algunas de las acciones más destacadas de la primera parte. Pero la tensión se fue acrecentando. Y más cuando se corrió la voz del gol del Alcorcón. «¡Papá, papá! Dice Mateo que ha metió gol el Alcorcón. ¡No puede ser!», lamentaba Pablo, un pequeño debutante en lo que a finales de infarto se refiere.

Pasaban los minutos, pero la ausencia de gol no hacía mella en una afición que se puso en pie para corear «¡Joselu!» en el minuto 22. El capitán estaba en los corazones de las once mil personas que atestaron el estadio.

«¡Vamos chicos, que aún hay tiempo!», «¡Un poco de nervio! Que nos están ganando por el físico!», fueron otros de los gritos de la afición antes del descanso. También hubo quien pidió ya mover banquillo. «¡Necesitamos a Bernal!», reclamaba una racinguista. El final de los primeros 45 minutos, con el 0-0 en el marcador, agudizó la tensión.

Pero la afición tiró de garra para convertirse en el jugador número 12. Se enfadó como nunca con las decisiones arbitrales. Tocaba convertir A Malata en una caldera, y los presentes no fallaron. Esa mezcla de enfado y ganas se tornó en júbilo y cánticos con la sucesión de dos goles. «¡Que se prepare Segunda, el racinguismo vuelve para quedarse!», gritó Pepe.

Lo vivido en Ferrol pasará a la historia del Racing y de la ciudad, no solo por lo deportivo. El fútbol tiene el poder de unir. Y los ferrolanos se echaron a la calle bien pronto, al mediodía, para comenzar a disfrutar de un día que ya se preveía mágico. A Magdalena fue este sábado una marea verde. Más que nunca.

Era una previa muy especial con la hostelería y las peñas unidas. Miles de personas colapsaron un centro convertido en un escenario de música en directo y barras. En medio de una marabunta verde destaca un grupo de amigos vestidos de traje. Tiene un porqué: «¡Nos vamos de boda!», corean. Mike, Ale, Nes, Felipe y Vences disfrutan del ambiente previo antes de tumbar rumbo a una boda a las dos de la tarde. Cumplen con todo. «Se puede disfrutar de todo», comentan. Se cumplió la porra que vaticinaban ocho horas antes, un 2-0.

Y a ese mismo escenario, el barrio de A Magdalena, regresaría mucho del público que se agolpó en A Malata. «¡Yo hoy no paso por casa!», reconocían cuatro amigos, Lidia, Carmela, Alberto y Pedro. Ellos disfrutaron de la previa, bajaron andando al estadio, y no dudaban en que seguirían la fiesta ahora. «Esto es impresionante. Hoy no se duerme. Vamos directos a votar», advertían.

«Esto parece Nápoles, con las bengalas y todos cantando». Así resumía un aficionado lo que se vivió en la zona del Cantón de Molins después de la gesta del Racing en A Malata. La fiebre verde que se había venido cocinando en los últimos meses y la tensión de un choque agónico eclosionaron en una vorágine festiva a la que los asistentes no querían poner fin.

«Esto son mínimo dos días de fiesta, que yo me cogí la semana entera de vacaciones solo para esto», interpelaba otro hincha racinguista a su grupo de amigos. La realidad es que, por su edad y la de la mayoría de los congregados frente al teatro Jofre, nunca habían vivido nada igual y ya piensan en siguientes epopeyas futboleras. Incluso en poder ver al Racing en los grandes estadios de España. «Yo a Paiosaco no vuelvo, si es así cuelgo la camiseta», bromea Álvaro García, que se ha desplazado desde Barcelona para ver el partido y que, señala, hasta el personal de la aerolínea tuvo la deferencia de desearle suerte en el vuelo. «Cuando me subí al avión y había más personas con la camiseta del Racing, aluciné; parece que hoy todo el mundo es de Ferrol», concluye intentando elevar el tono por encima de los cánticos eufóricos de su pandilla.

Como la experiencia siempre es un grado, Vanesa y Óscar, que también han decidido acudir a celebrar el ascenso, apelan a disfrutar del momento y «seguir trabajando como hasta ahora». ¿Y ahora qué? «Mantenernos, mantenernos», destacan al unísono. Acudieron al Cantón acompañadas del mismo grupo con el que celebraron el ascenso del 2000, aunque se han ido sumando nuevos integrantes. «Mi marido y mi hija no estaban entonces, así que somos más», subraya emocionada.

Camaradería infinita

Botes continuos, fuegos de artificio y bengalas inundaron la plaza de Galicia de luz. No hubo baño en la fuente del Cantón, que, aunque lucía iluminada de verde, carecía de agua. Pero no impidió a los seguidores del equipo de la ciudad exhibir, ya sin freno, un orgullo que llevaba latente muchos meses. Y es que este Racing, más allá de lo vivido a lo largo de la presente campaña a nivel deportivo, ha conseguido reactivar el sentimiento de pertenencia de mayores y pequeños, que han llevado con orgullo el escudo del club y el nombre de la ciudad a un nutrido número de estadios del territorio nacional y que ya sueñan con nuevos viajes. «Ahora vamos a poder ir en avión a muchos sitios y esto ya es otro nivel. Es algo de locos», exclama otro de los muchos jóvenes que acaban de empezar una noche que será difícil de olvidar.

Los más pequeños se preguntaban unos a otros por la llegada de los jugadores, que no acudieron finalmente hasta la zona del festejo. «No os preocupéis, que esto va a durar días, todavía queda la celebración en el Ayuntamiento, y ahí ya están todos y saludan desde el balcón», los consolaba un joven allí congregado.

«Opa Racing, es un sentimiento, no puedo parar», resonaban los cánticos emitidos por las centenares de gargantas reunidas en el corazón de la ciudad para declarar su amor, el incondicional y el que está comenzando a brotar también, por el club de la ciudad.

Y es que el idilio entre el Racing y Ferrol quedó patente ya desde primera hora en una calle Magdalena abarrotada hasta la bandera. No faltaron los nietos, las abuelas, los hosteleros ni tampoco los comerciantes. El fútbol y el Racing han devuelto la ilusión a un Ferrol enfervorecido, completamente entregado a la causa. «Ojalá esta fiesta no se acabase nunca», confesaba exultante una joven a otra antes de enfilar de nuevo el rumbo hacia la calle Magdalena para continuar brincando, abrazando al compañero de grada o saludando al vecino con un decidido «aúpa Racing». Ferrol se desmelena y esto es solo el principio."         (Carla Elías, E. de la Barrera, La Voz, 28/05/23)

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