27/9/11

Feijóo, el sepulturero de la ciencia. Dice que Galicia no puede pagar a 50 científicos, porque ya mantiene a los cientos de enchufados de Baltar con buenos sueldos. Y no llega para todos.

"Después de que en 2010 el Gobierno autonómico desmantelara el programa de recursos humanos destinado al apoyo económico de la formación investigadora, ahora la ausencia de un compromiso firme por parte de San Caetano y los organismos contratantes de estos profesionales para consolidar sus puestos de trabajo dejan de nuevo en la estacada el futuro de un sector hastiado del permanente olvido y maltrato de las Administraciones.  (...)

El próximo 28 de diciembre 51 investigadores del Programa Isidro Parga Pondal, creado en 2003 con el objetivo de incorporar doctores de alto nivel a organismos gallegos dedicados a la investigación, finalizan los cinco años de contrato que se contemplan en el plan.

Entonces, las entidades contratantes deberían convocar las plazas públicas para estabilizar sus puestos e incorporarlos de forma estable a su plantilla.

Después, la Xunta incentivaría durante tres años más su contratación a través del Programa Manuel Colmeiro y el ciclo se cerraría de forma existosa. Nuevos investigadores integrarían el sistema de I+D gallego y la convergencia con Europa estaría un pasito más cerca.

Pero la realidad es bien distinta. A tres meses del fin de sus contratos, ninguno de los 51 investigadores sabe si podrá optar después a un puesto de trabajo.Tampoco los que han completado los tres primeros años del programa y necesitan que se les apruebe la prórroga por otros dos conocen las intenciones de la Xunta.

Tras 15 años de formación en distintos programas de recursos humanos, captación de fondos estatales y europeos y especialización en las necesidades de las universidades y empresas gallegas, científicos y técnicos hipercualificados que renunciaron a prestigiosas ofertas internacionales de trabajo para regresar a Galicia podrían tener que emigrar.

Con ellos, harían las maletas proyectos de investigación punteros y miles de euros de fondos públicos invertidos en su formación, unos 500.000 según cálculos de los propios beneficiarios, serían aprovechados por otros. Evitar la enésima fuga de cerebros depende ahora de un puzle de trámites, plazos y negociaciones para los que el cronómetro no se detiene. (...)

Para Javier Mas, profesor de física de partículas de la Universidade de Santiago, fue la flexibilidad que ahora desaparece lo que le ha permitido trabajar con calidad y "ser muy rentable" al Gobierno gallego. Hasta ahora, Mas empleaba los remanentes que acumulaba en cada convocatoria para captar investigadores "lo suficientemente competitivos como para ganar nuevas becas con las que liberaban más fondos para gestionar.

Ahora tendrá que devolver sus 50.000 euros de remanentes y no podrá pagar a dos de los tres investigadores que ya tiene en plantilla. "Y encima, a los ojos de la Xunta, eres considerada una persona incapaz de gastarte el dinero que te fue concedido. Con lo cual, en la siguiente convocatoria eres penalizado. Es kafkiano".              (El País, ed. Galicia, Galicia, 26/09/2011, p. 3) 

"La gallega María Díaz escudriña la galaxia en un prestigioso centro alemán.

 Aunque evita criticar las condiciones de la investigación en España, Díaz explica que en países como Alemania u Holanda, en los que ella ha trabajado, las facilidades que encuentra un científico son enormes.

"En Alemania, por ejemplo, los investigadores son muy respetados por la gente. Ellos aprecian que un investigador ha hecho algo importante por el país o puede llegar a hacerlo. En cambio, en España un investigador es alguien que seguramente no va a tener en su vida un sueldo decente", concluye. Dadas las dificultades de financiación a la que se enfrenta la investigación en España en la actualidad no parece que las condiciones vayan a mejorar en el corto plazo.

La llegada de la crisis ha empeorado el panorama, y Díaz apunta que varios compañeros españoles están ahora en un momento de incertidumbre porque no saben qué va a suceder con el programa Ramón y Cajal que favoreció el retorno de investigadores a España, pero ahora algunos no tienen garantizado un puesto de trabajo permanente como inicialmente estaba previsto.

"Esta fue una buena iniciativa pero ahora parece que está empezando a fallar porque este año hay gente que no va a poder seguir adelante. Para que la investigación funcione se necesita mucha continuidad, no basta con financiar un programa un tiempo y luego abandonarlo", señala Díaz."                (El País, ed. Galicia, 24/09/2011, p. 8)


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