"Esta espinosa herencia urbanística dejada por el exalcalde socialista
Francisco Vázquez puede también acarrear importantes responsabilidades
penales y económicas tanto para los responsables o funcionarios
municipales, por otorgar en 1997 una licencia urbanística ilegal, como
para la promotora del inmueble, Martinsa-Fadesa cuando estaba bajo el
mando de su fundador, el coruñés Manuel Jove. (...)
Hasta ahora, tras 14 años de litigio judicial y una década de recursos
fallidos (ya no hay margen para más), nadie asumió responsabilidad
alguna por este desaguisado nacido en la época dorada del vazquismo
y del bum inmobiliario de A Coruña.
Y hay múltiples indicios e incluso
documentos que apuntan a que tanto en el Ayuntamiento como la propia
inmobiliaria eran conscientes de la ilegalidad en la que incurrían al
conceder y obtener, respectivamente, una licencia de obras que era
contraria al Plan General de Ordenación Municipal vigente. (...)
La comunidad de propietarios del inmueble de tres bloques ocupado
ahora por un centenar de viviendas, oficinas y locales también confían
en que el Ayuntamiento halle una solución para cumplir la orden judicial
evitando el derribo del inmueble.
"Pero habrá que pedir
responsabilidades, los políticos no se pueden ir de rositas", afirma a
título personal Francisco Cabanal, dueño de uno de los bajos
comerciales.
Todo comenzó en junio de 1997 cuando Fadesa compró a
Fenosa, por 2.250 millones de pesetas (13,52 millones de euros), el
solar y edificio que albergó durante décadas, en el centro de A Coruña,
la sede de la eléctrica.
Cinco meses después, la promotora obtenía del
Ayuntamiento, siendo concejal de Urbanismo el expresidente de la
Diputación coruñesa y actual secretario provincial del PSOE, Salvador
Fernández Moreda, la licencia para cambiar el uso del edificio, de
terciario a residencial, y rehabilitarlo aumentando la superficie
construida en 2.500 metros cuadrados.
Un incremento de la edificabilidad suculento pero que estaba prohibido en el plan en vigor, el de 1985.(...)
No está en juego la demolición integral del edificio, ya que lo que
se anuló, por ilegal, es una licencia de rehabilitación. Pero devolver
el Conde de Fenosa a su estado original, es decir, al volumen que tenía
cuando albergaba la sede de la eléctrica, supondría abatir 2.400 metros
cuadrados de su actual superficie.
Tras fallar reiteradamente los
intentos del PSOE de legalizar la edificación, el BNG insta a Negreira a
pedir ante el tribunal la imposibilidad material de ejecutar la
sentencia. "Reponer el edificio a la situación anterior resulta de
imposible ejecución", afirma el portavoz nacionalista, Xosé Manuel
Carril.
Los tribunales, tanto el Superior de Galicia como el
Supremo, no sólo anularon la licencia urbanística con la que Fadesa
reformó en 1997 el edificio, sino también consideraron ilegales que
tuviera menos plazas de garajes que viviendas, así como las dimensiones
del patio interior de este inmueble de tres bloques.
Rectificar esas
ilegalidades tampoco es técnicamente fácil. Y el derribo de uno de los
edificios más grandes del centro urbano de A Coruña puede abocar a las
arcas municipales a la bancarrota: la operación podría costar entre 40 y
45 millones de euros.
El Bloque asegura que es el titular de la
licencia anulada, Martinsa-Fadesa, el que, por ley, está obligado a
presentar un proyecto de demolición para ejecutar la sentencia." (El País, ed. Galicia, Galicia, 26/09/2011, p. 1)
"El céntrico edificio de A Coruña con orden judicial firme de derribo, el
Conde de Fenosa, supuso un negocio inmobiliario de pingües beneficios.
Y
todas las trabas legales en la normativa urbanística que regía en aquel
momento en la capital provincial fueron obviadas para que fructificase
la lucrativa operación de convertir en lujosa y grande urbanización
residencial de tres bloques el inmueble que albergó durante casi cuatro
décadas la sede de Unión Fenosa.
En los informes emitidos por los técnicos del Ayuntamiento para
conceder al nuevo dueño del edificio, Fadesa, la licencia de "cambio de
uso, ampliación y rehabilitación de un edificio existente", se eludió
hacer mención alguna a las razones que llevaron, cuatro años después, a
los tribunales a anular ese permiso municipal y ordenar la demolición
parcial de la edificación.
Fue en 1997, en pleno bum inmobiliario
de A Coruña y en el apogeo de su exalcalde, el socialista Francisco
Vázquez, cuando a la compañía eléctrica, trasladada a Madrid, decidió
transformar en residencial su antigua sede. Y lanzó un concurso para
permutar, previas obras de rehabilitación, el inmueble de oficinas en
viviendas y locales comerciales.
Pero, ignorando las propuestas de una
docena de promotores que participaron en aquel concurso, la compañía
eléctrica decidió finalmente y por sorpresa, en junio de 1997, venderlo
directamente a Fadesa, entonces bajo el mando de su fundador, el coruñés
Manuel Jove.
La operación entrañaba riesgos para el promotor,
dado que el edificio original, construido a principios de los años 60,
estaba fuera de ordenación urbanística; es decir, que no cumplía el plan
general de 1985, vigente entonces. Esa condición limitaba el negocio
inmobiliario que suponía construir para su posterior venta pisos y bajos
comerciales, dado que estaba prohibido aumentar el volumen y la
superficie construida del edificio.
Y había otros obstáculos, como la
necesidad de tramitar un proyecto específico para legalizar la
pretensión, entonces prohibida en el plan general, de convertir, como
así se hizo, un inmueble de manzana compacta en uno de varios bloques
unidos por un patio interior.
Pero, pese a todo, la inmobiliaria
parecía confiada en obtener sin grandes trabas ni demora el visto bueno
del Gobierno municipal presidido por Vázquez y con Salvador Fernández
Moreda, el expresidente de la Diputación y actual concejal y secretario
provincial del PSOE, al frente de la concejalía de Urbanismo.
Fadesa
incluso hace constar esa expectativa en el contrato de compra-venta
firmado con Fenosa en junio de 1997. "Está previsto que razonablemente
la citada licencia será concedida con anterioridad a la fecha de
desalojo del inmueble", fijada para el 31 de enero de 1998.
En ese
contrato privado, las dos empresas condicionan toda la operación, y
también el pago de los 2.250 millones de pesetas (13,52 millones de
euros) que Fenosa cobraría de Fadesa por el edificio, a la obtención de
esa licencia municipal.
Sus expectativas se cumplen con celeridad, dos
meses antes del plazo máximo. El 10 de noviembre de 1997 el Gobierno
coruñés concede la licencia a Fadesa y el 2 de marzo de 1998, tras
aceptar el proyecto de ejecución redactado por Fadesa, autoriza el
inicio de las obras.
Previamente, y con toda diligencia, los
técnicos del Ayuntamiento emiten informes favorables. Son firmados por
el arquitecto municipal, Rafael González-Cebrián Tello, y el ingeniero
de Caminos José Martínez López. Pero en ninguno se hace referencia a las
trabas legales que conlleva el proyecto de rehabilitación del edificio.
Ninguno menciona que el edificio Conde de Fenosa está en situación de
fuera de ordenación. Sí recogen, sin embargo, y dan el visto bueno, pese
a que lo prohibía la normativa en vigor, a que Fadesa incremente la
superficie construida en 2.473 metros cuadrados.
Tampoco ningún
informe técnico alude a que no se cumplía el mínimo de plazas de garaje
que establecía la norma urbanística ni a la dimensión de los patios
interiores. Ambas son razones añadidas por las que el Tribunal Superior,
en 2001, anuló por ilegal la licencia municipal y ordenó el derribo.
Un
fallo judicial ratificado por el Supremo y que, tras 14 años de litigio
y múltiples recursos fallidos, tanto del Ayuntamiento como de Fadesa,
es ahora irrevocable.
Todos los intentos posteriores de legalizar
el edificio, con sucesivas licencias municipales en 1999, al amparo del
nuevo plan general de 1998, fueron vanos." (El País, Galicia, 03/10/2011,mp. 3)
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