"Uno de los grandes titulares de la noche electoral del 26M fue el desplome de las mareas municipales
en las ciudades en las que habían emergido directas al gobierno en
2015: A Coruña, Santiago y Ferrol.
Otro, ligado con éste, fue la pérdida
de poder urbano del PP, que en un episodio inédito no consiguió entrar en el juego de la alternancia de los gobiernos de las ciudades ya fuese por empeorar resultados -A Coruña, Santiago, Ourense-, por no mejorar lo suficiente -Ferrol, Lugo- o por ahondar en una diferencia sideral -Vigo-. Otro más, la imposibilidad de regresar a las diputaciones que había perdido y en particular la pérdida de la mayoría absoluta de los Baltar en la de Ourense, lo que supone un terremoto político en sí mismo.
Estos focos de atención, unidos a la dinámica
estatal, dejaron en un segundo plano el resultado global gallego de los
dos comicios celebrados en Galicia el 26 de mayo, municipales y
europeos. Ambos encendieron alarmas en la sala de máquinas del PP y
dieron ánimos por la banda izquierda, muy especialmente en el PSdeG,
hacia una carrera hacia la Xunta de inminente salida, como ya evidencia el propio Feijóo.
No en vano, el porcentaje de apoyo a los conservadores en ambas citas
los hizo retroceder a los tiempos de la vieja Alianza Popular, el
partido que Manuel Fraga refundó para convertirlo en el PP.
Un mes después de que, en las generales del 28A, el PSdeG fuese la fuerza más votada en Galicia en unas elecciones por primera vez en su historia
-o, lo que es lo mismo, un mes después de que el PP no tuviese tal
condición desde que fue fundado-, la historia se repitió en la votación a
la Eurocámara y estuvo a punto de hacerlo en la de los ayuntamientos.
Los socialistas quedaron casi catorce puntos por delante del PP en
Galicia en las europeas (35,05% frente a 29,81% de los votos, según el
recuento provisional) y fueron superados por los de Feijóo en las
municipales por un estrecho margen de menos de un punto (33,35% PP,
32,76% PSdeG).
En el caso de las municipales el ascenso del PSdeG
tiene varias fuentes. Entre las más destacadas, la cosecha de voto
perdido por las mareas municipales y el éxito de Abel Caballero en Vigo.
Estos y otros factores encuadrados en la ola iniciada en las generales
los catapultó a niveles de voto del entorno del 35%, inéditos desde los
tiempos de Emilio Pérez Touriño en la Xunta y José Luis Rodríguez
Zapatero en el Gobierno, a mediados de la pasada década, pero con una
diferencia: entonces, cuando más cerca habían estado del PP, lo tenían 4
puntos por delante y ahora ya lo han conseguido superar dos veces.
Los populares quedan también por debajo del nivel de
apoyo ciudadano conseguido en la que hasta ahora había sido su mayor
caída desde la victoria de Alberto Núñez Feijóo en las elecciones
gallegas de 2009, el ciclo electoral de las europeas de 2014 a las
generales de 2015. Entonces habían quedado en el entorno del 35%, lo que
en la cúpula conservadora se había interpretado como un riesgo real de
perder la Xunta toda vez que entre En Marea como coalición -en aquel
momento, segunda fuerza- y el PSdeG superaban el 46% de los sufragios.
Ese mismo umbral, del 46%, es el que superaron en las
pasadas municipales los votos de los socialistas agregados a los del
BNG, que a pesar de descender un poco con relación a los anteriores
comicios locales, sí asciende respecto a las gallegas de 2016 y las
generales de este mismo año. Sumando los de las tres grandes mareas
hasta ahora gobernantes en A Coruña, Santiago y Ferrol y las
candidaturas ligadas a En Marea el porcentaje se acerca al 50% en el
conjunto de Galicia.
Los sufragios obtenidos por el PSdeG (494.526), el
BNG (187.894), las listas amparadas por EM (22.289), Marea Atlántica
(25.290), Compostela Aberta (10.651) y Ferrol en Común (10.249) llegan a
superar los 750.000, incluso los 760.000 teniendo en cuenta la
ascendente Alternativa dos Veciños de Oleiros. Mientras, el PP quedó en
503.000, que llegan a 532.000 sumando a Ciudadanos.
Si atendemos al 28A, la suma de los resultados del
PSdeG, En Común, En Marea y BNG supera el 55%. La diferencia con
relación a hace cuatro años es que, frente a estas sumas de la
izquierda, el PP no llegó al 30% en las generales y en las municipales,
sin excesiva competencia viable por la derecha, quedó en el 33%.
En elecciones gallegas el PP nunca bajó del 40% en la
media gallega con sus actuales siglas. Su menor nivel de apoyo desde la
refundación fue en 1989, un 44% que le sirvió a Fraga para batir al
entonces presidente de la Xunta, el socialista Fernando González Laxe,
con una ajustada mayoría absoluta.
La cuota más alta en comicios al
Parlamento la logró el mismo Fraga en 1997, acercándose al 53% de los
sufragios. Por el momento se
desconoce cuándo los populares pondrán a prueba ese nivel de apoyo en
los comicios gallegos ni si lo harán con Feijóo al frente. Frente al
PP estarán, con toda probabilidad, el socialista Gonzalo Caballero y la
nacionalista Ana Pontón. Resta saber también cómo y con quién
concurrirán las formaciones antaño agrupadas en torno a En Marea.
Estos números, unidos al poder territorial que
ganarán a partir del próximo junio en villas y ciudades -además de
mantener cuando menos tres diputaciones- llevan a la dirección del PSdeG
a dar por abierto "un nuevo tiempo político en el país", en palabras de
Gonzalo Caballero.
"Estamos muy satisfechos" porque "la ciudadanía
gallega volvió a decir no a Feijóo en las urnas", afirma el secretario
general de los socialistas, para quien "el mapa de los resultados" del
26 M permite "ver que existe una mayoría social de progreso y de
izquierdas" en Galicia. "Le dijeron 'no' a Feijóo en abril y se lo
volvieron a decir" y por eso, afirma, "vamos a trabajar a destajo para
reeditar" el "cambio de ciclo" en las autonómicas que, excepto en caso
de adelanto, se celebrarán en 2020.
El BNG, por su parte, concuerda con el análisis de
que "estamos ante un cambio de ciclo político". Para su portavoz
nacional, Ana Pontón, los resultados de las municipales ratifican el
"avance" de su formación, a lo que ve en condiciones de impulsar un
"nuevo tiempo político" y "dejar atrás un decenio nefasto para Galicia".
"Comenzó la cuenta atrás del PP y el BNG será protagonista, con un
proyecto sólido y unido para el cambio en las próximas elecciones
gallegas", afirma.
Feijóo, mientras, valora que a pesar de tener "más
apoyos que el PSOE en Galicia" en las municipales y "más porcentaje de
votos que el PP" en el conjunto del Estado, el resultado del 26 M estuvo
"lejos de ser el deseado" y "por lo tanto, trabajaremos a destajo para
seguir siendo la fuerza política de referencia de los gallegos". (David Lombao, eldiario.es, 30/05/19)
No hay comentarios:
Publicar un comentario