12/7/13

El presidente del tribunal del ‘Prestige’: “Es obvio que faltan muchos implicados”... los que se fueron de caza, Alvarez-Cascos y Fraga

"Concluyeron nueve meses de juicio de la catástrofe del ‘Prestige’ con serias quejas del presidente del tribunal, Juan Luis Pía: “Es obvio que hay más implicados” que los tres hombres que acabaron sentados en el banquillo de los acusados, los dos mandos del petrolero y el exdirector de Marina Mercante. 

El magistrado dejó atónitos a los periodistas, cuando tras declarar el proceso “visto para sentencia”, acudió a la sala de prensa y en una charla informativa con los periodistas hizo públicas, con toda claridad y contundencia, las grandes lagunas que, en su opinión, arrastra la mayor causa por un delito ambiental jamás instruida en España.

 “Faltó mucha gente entre los acusados”, lamentó Pía. A empezar por “responsables políticos” de la catástrofe que, en su opinión, deberían haber sido juzgado. Y también directivos del “entorno del barco”, agregó.

Que José Luis López-Sors, exdirector de Marina Mercante, fuese el único cargo del Gobierno de Aznar que acabó acusado por la tan controvertida gestión de la catástrofe siempre fue una de las grandes pegas de este macrojuicio. El exministro de Fomento, Francisco Álvarez-Cascos, y otros altos cargos de su departamento tan sólo comparecieron en calidad de testigos.

 Y no es la primera vez que la Audiencia de A Coruña, aunque con otros magistrados, enmienda la compleja y larguísima instrucción de esta catástrofe –duró nueve años-. Este tribunal, al dictar en 2010 el auto de apertura del juicio, decidió imputar a López-Sors, el único cargo del Gobierno que pudo sentar en el banquillo de los acusados por haber asumido ante el juez instructor toda la responsabilidad de la polémica orden de alejar el petrolero de la costa tras su accidente frente a Galicia.

Para Juan Luis Pía, todo este macrojuicio, con tres jubilados por únicos acusados, fue “desmesurado, un sinsentido”, además de carísimo para las arcas públicas. Y reconoció que esas ausencias entre los imputados por la catástrofe van influir inevitablemente en la sentencia que prevé tener redactada para la primera quincena de noviembre, cuando se cumpla el undécimo aniversario de la catástrofe.

 “He echado de menos muchas cosas y mucha gente para poder decidir” los responsables de una marea negra que tiñó de fuel 1.600 kilómetros de costas españolas y francesas, abundó Pía. Aunque al final el magistrado confía en que el fallo sea “aceptable, estándar y comprensible, huyendo de cualquier intento de sentar jurisprudencia”. Sea como sea el veredicto, será inevitable, vaticinó, que acabe recurrido ante el Supremo.

Pía, en sus quejas, también incluyó una directa al Estado español, a la vez demandante y acusado en este proceso. Una condena de López-Sors desembocaría en declarar a España responsable civil subsidaria de una catástrofe cuya factura la Fiscalía cifra en unos 4.400 millones de euros. 

El presidente del tribunal destacó que “perjudicó enormemente” el juicio, ya de por sí “una barbaridad al unir la causa penal y la responsabilidad civil”, el fallido pleito que el Gobierno presentó en Estados Unidos contra ABS, la poderosa sociedad norteamericana que certificó la navegabilidad del viejo petrolero. “Hubo una dualidad” constante entre las pruebas y testigos que España llevó ante un juzgado de Nueva York y los que presentó en la causa ahora finalizada en A Coruña, lamentó Pía.

Pese a todo, el presidente del tribunal se congratuló, no obstante, de que por primera vez en un proceso de tan grande envergadura “nadie pidiese la nulidad”, lo que al final garantizar que de alguna manera todas las partes consideran que se va a hacer justicia. Fue un juicio mucho más tranquilo y alejado de tensiones que muchos auguraban al comenzar en noviembre de 2012. 

Quizás por ello, al concluir el proeso, en vez de usar su turno de palabra para defenderse, el principal acusado, el capitán Apostolos Mangouras, se deshizo en agradecimientos al tribunal, a todos los abogados, “y al pueblo gallego que estuvo a mi lado” desde un principio. “Termina para mí no nueve meses de procedimiento, sino diez años de juicio permanente”, apuntó, como único reproche, Mangouras.

El anciano marino griego incluso hizo ademán, al levantarse la sesión judicial, de acercarse al presidente del tribunal para estrecharle la mano. “Que nos dé las gracias por tenerlo aquí nueve meses, a sus casi 80 años, tratándolo todos los días de delincuente da idea del ambiente” de este proceso, remarcó Juan Luis Pía. El jefe de máquinas del petrolero, también acusado, pidió “perdón al pueblo gallego por los daños que sufrieron por el ‘Prestige”.

Por el contrario, para el tercer acusado, el exdirector de Marina Mercante José Luis López-Sors, se limitó a tan sólo agredecer “y mucho” a su letrada. Su alegato final coincidió de alguna manera con las críticas que, luego, comentaría a los periodistas el presidente del tribunal: Rocío Castro, abogada del Estado, hizo hincapié en que su defendido, como alto cargo de Fomento, no actuaba por libre, “sino que formaba parte de toda una organización” administrativa.

 “No se fue de caza”, reivindicó la letrada, como sí hicieron, cuando llegó la primera gran marea negra a las costas, el exministro Álvarez-Cascos y el entonces presidente de la Xunta, Manuel Fraga. López-Sors, insistió su letrada, “asumió todas las funciones de su cargo” y optó “por la única alternativa” posible y legal con respecto al petrolero, “alejarlo de la costa hasta su desenlace más probable, su hundimiento”.             (El País, 10/07/2013)

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