"La investigación judicial y polícial emprendida hace ahora dos años y media por una trama de ayudas falsas para cursos de formación, y que salpicaron a varias entidades y empresarios de toda Galicia, se ha llevado por delante su primera pieza política, la de Odilo Martiñá, que hasta este jueves fue director general de Traballo e Economía Social.
El número cuatro de la Consellería de Traballo e
Benestar había presentado su dimisión este jueves alegando motivos
personales. Nada más que eso. Unas horas después de aceptar su adiós y
agradecerle los servicios prestados, el presidente de la Xunta se
despertó con la imagen de Martiñá entrando en la comisaría coruñesa de
Lonzas tras ser llamado a declarar en la trama de los cursos de
formación, cuya investigación continúa, dos años y medio después de
iniciarse, bajo secreto de sumario, en el juzgado de Instrucción número 6
de A Coruña. Se negó a declarar.
A la policía le hubiese gustado preguntarle como
uno de los máximos responsables en la concesión de subvenciones a varias
entidades para que estas gestionasen cursos o talleres para parados. El
problema es que nunca se celebraron. Fue la propia consellería, una vez
que la Fiscalía pidió abrir diligencias, la que constató que las
sospechas policiales eran ciertas.
Fue hace año y medio cuando personal de la
Dirección Xeral de Empleo visitó las instalaciones de 26 entidades sin
ánimo de lucro que habían sido seleccionadas para impartir estos
talleres, que se incluían dentro del programa de integración y empleo de
la Xunta, y que tenían dos objetivos principales: la formación de los
alumnos y su inserción laboral.
Tras la revisión de toda la
documentación, se supo que ni los cursos de formación se hicieron, ni se
contrató al personal para impartirlos, ni se contaba con las
instalaciones prometidas. En concreto, se descubrió que dos de las
firmas -Fundefo y AED, pertenecientes al empresario coruñés Gerardo
Crespo- presentaban varias irregularidades graves.
En concreto, faltaba
información sobre el número de alumnos que habían asistido a las
actividades, no había datos suficientes sobre el personal supuestamente
cualificado que había impartido los talleres, y se detectaron varios
incumplimientos en las directrices del programa.
Cuando la Consellería abrió una investigación se
encontró, entre otras muchas irregularidades, que las entidades
incumplían lo acordado en materia de personal, ya que Fundefo obtuvo la
puntuación máxima (12 puntos) porque tenía previsto emplear a 12
personas para impartir los talleres, aunque solo hizo cuatro contratos, «e
no momento da nosa visita non se atopaba ningunha das persoas
contratadas, e as explicacións que nos deron ao respecto foron varias:
traballa en Vigo, está de vacacións, está con Adecco, está enferma...», según desvelaron fuentes de Traballo.
No solo las compañías del empresario coruñés
Gerardo Crespo están siendo investigadas. Así, aparte de Fundefo y
Azetanet, también se miraron con lupa la Federación Galega de
Hostelería, que preside Héctor Cañete y la Federación de Autónomos de
Galicia (Feaga).
Varios funcionarios fueron también llamados a
declarar en calidad de testigos, y se espera que en los próximos días o
semanas sean llamados a declarar responsables de otras entidades que
recibieron algún tipo de subvención." (La Voz de Galicia, 27/09/2014)
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