28/6/16

¿Cómo se puede poner de candidato por Ourense a un vegano?

“No fueron malos resultados…”, el diputado de Anova en el Parlamento de Galicia Antón Sánchez suscita la incredulidad de los que lo rodeaban en el local de En Marea en Santiago de Compostela, hasta que hace una pausa y deja las cosas en su sitio: “… si no existiesen los de diciembre”. 

Que los resultados de la coalición Anova-Esquerda Unida-Podemos fueron malos es algo obvio. Los de diciembre habían sido magníficos porque habían obtenido uno de cada cuatro votos y habían logrado ser segunda fuerza (aunque no de la nada, AGE, la coalición Anova-EU casi cuatro años antes se había situado en la cámara gallega echándoles el aliento en la nuca a los socialistas)

. Ayer perdieron cuatro puntos, 66.555 votos y un diputado, el representante conseguido en Ourense, la primera vez que los electores orensanos mandaban al Congreso a alguien que no era del PP o del PSOE. Acabarán la noche sin uno de los dos senadores que tenían, el de A Coruña, José García Buitrón, que fue remontando para finalmente ahogarse a 582 votos de la playa.

“¿Cómo se puede poner de candidato por Ourense a un vegano?”, rosmaba con ironía un asesor de En Marea. En Galicia los velatorios, y los electorales no se salvan, son proclives al humor negro, y en este caso la víctima era David Bruzos, el único candidato confluente que no ha renovado escaño. 

Pero Bruzos y la lista que encabezaba bajó apenas 7.000 votos, poco más de dos puntos. “No sé adónde han ido casi setenta mil votos que perdimos, o los veinticinco mil que perdió el BNG”, se lamentaba, incrédulo, el alcalde de A Coruña, Xulio Ferreiro.

No precisamente al PSdeG-PSOE. Los socialistas, que se habían acogido, por boca de su recién elegido candidato a la Xunta, Xaquín Fernández Leiceaga, a la devoción mariana (“Virgencita, que me quede como estoy”, es decir, con 6 escaños), lograron perder en estos seis meses únicamente 5.000 votos.

 Y lo que es más importante, consiguieron recuperar el maillot de principal partido de la oposición, aunque sea por photo finish: 345.253 a 344.143 votos, que les suponen sin embargo un representante más que a los confluentes. Como dijo la presidenta de la gestora que rige los destinos de la organización socialista en Galicia, acogiéndose parece que a la doctrina jedi: “Queríamos ser primera fuerza, pero los resultados nos acompañan”.

En el local de En Marea, el resto del año sede de Compostela Aberta, la candidatura ciudadana que gobierna en Santiago, la noche del domingo hay un considerable número de jóvenes anormalmente circunspectos acampados en la moqueta, algunos ojos de guerra, brillantes y/o enrojecidos en gente ya más crecida, pero no expresiones de drama. Incluso había alguna sonrisa contenida.

 Sobre todo cuando Pablo Iglesias democratiza la responsabilidad a los socios. “Nuestras elecciones son las de noviembre [las autonómicas], no éstas”, comenta uno de los que sonríen por las comisuras.

 El propio coordinador de campaña y tercer candidato por A Coruña, Xaime Subiela, había puesto al comienzo de la noche electoral sus deseos en poco más que consolidarse como “alternativa de cambio” para relevar a Núñez Feijóo. Como por alusiones, el actual presidente de Galicia se mostró ayer “muy esperanzado” en renovar el cargo a finales de año.

Sobre las 23,30, entre aplausos, los candidatos, los líderes de los tres partidos y los alcaldes de A Coruña, Santiago y Ferrol, bajan del primer piso y hacen su aparición oficial, para las cámaras (antes algunos ya estaban enfrente, tomando cañas). 

Hablan un diputado por organización. Antonio Gómez-Reino (cabeza de lista de A Coruña, Podemos): “Esto ha sido una reorganización del bloque conservador”. Yolanda Díaz (número 2 de A Coruña, Esquerda Unida): “Las consecuencias de hoy las sufrirán las clases populares. En noviembre vamos a por Feijóo”.

 Alexandra Fernández (número 1 por Pontevedra, Anova): “Pese a todo, hemos demostrado que los procesos de unidad popular suman. Los resultados son superiores a la media del estado”. La que fue portavoz del subgrupo de En Marea se refería a que ayer el porcentaje de votos de Unidos Podemos fue de 13,37%, y el de En Marea, 22,18%.

Lo que nadie verbalizó en alto es lo que muchos comentaban en bajo. “Lo fundamental ahora es mantenernos unidos y que no haya ruido de sables”.                (Xosé Manuel Pereiro, CTXT, 27/06/16)

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