"(...) Según el último informe de la Agencia Europea del
Medio Ambiente, la contaminación provoca al año 29.980 muertes
prematuras en España teniendo como primera causa el tráfico en las zonas
metropolitanas.
Otro informe de Unicef destaca la gravedad del fenómeno: la contaminación ya causa más muertes al año que el sida y la malaria juntos.
Para el modelo de ciudades del futuro no hace falta volcar nuestra mirada a las urbes más sostenibles de Europa como Estocolmo o Hamburgo. En Pontevedra, diecisiete años de una política urbana sostenible han servido para conquistar logros internacionales como el premio ‘ONU Hábitat’ por ser una ciudad hecha para los ciudadanos, el reconocimiento a la excelencia de su proyecto urbano que entrega el Centro para el Diseño Activo de Nueva York y el premio ‘Ciudad de Movilidad Inteligente Euro-China 2015’.
Para el modelo de ciudades del futuro no hace falta volcar nuestra mirada a las urbes más sostenibles de Europa como Estocolmo o Hamburgo. En Pontevedra, diecisiete años de una política urbana sostenible han servido para conquistar logros internacionales como el premio ‘ONU Hábitat’ por ser una ciudad hecha para los ciudadanos, el reconocimiento a la excelencia de su proyecto urbano que entrega el Centro para el Diseño Activo de Nueva York y el premio ‘Ciudad de Movilidad Inteligente Euro-China 2015’.
En 1999 alcanzaba el poder en Bloque Nacionalista
Galego (BNG) gracias al apoyo del Partido Socialista. En aquel momento
decidieron cambiar radicalmente una ciudad dedicada casi exclusivamente
al tráfico de vehículos y no al de los peatones.
Entre los porqués de la
elaboración de un nuevo planteamiento de movilidad se encontraban la
alta afluencia de los vehículos privados en la zona monumental de
Pontevedra (casco histórico) y el elevado índice de accidentes de
tráfico, que se situaba en torno a los 200 heridos al año hasta hace una
década (según datos de la Policía Local pontevedresa).
"En términos de heridos graves hemos
pasado de 140 antes de 1999 a estar por debajo de veinte todos los
años", sostiene el jefe de la Policía Local
Con una dilatada experiencia en la oposición, Miguel Anxo Fernández (actual alcalde de Pontevedra) y César Mosquera (concejal
de movilidad) decidieron documentarse sobre las nuevas ideas de
movilidad que estaban emergiendo por el mundo en aquellos momentos para
tratar de aplicarlas en el futuro a la realidad pontevedresa.
“En Oviedo
en los años 90 apostaron por la peatonalización de un gran número de
calles del centro de la ciudad y en la actualidad un tercio de las vías
del casco urbano han sido peatonalizadas. Estaba el Plan de Estrasburgo
que incorporaba la planificación del crecimiento de la ciudad en cortas
distancias, la gestión del estacionamiento de vehículos e incentivaba el
uso de la caminata y la bicicleta; o en Berkeley donde habían empezado a
cobrar por entrar con el coche en la ciudad”, recuerdan ambos ediles.
El equipo de Gobierno tuvo que enfrentar grandes críticas por parte de la oposición de derechas y de determinados comerciantes cuando se marcó en la primera legislatura el objetivo de peatonalizar el casco histórico de la ciudad.
El equipo de Gobierno tuvo que enfrentar grandes críticas por parte de la oposición de derechas y de determinados comerciantes cuando se marcó en la primera legislatura el objetivo de peatonalizar el casco histórico de la ciudad.
Para la corporación el principal reto residía en conocer qué
cantidad de coches necesitaba la ciudad para funcionar, es decir, qué
parte del tráfico estaba destinada al desplazamiento necesario hacia las
casas y el trabajo, y el cual estaba únicamente orientado a encontrar
aparcamiento en el centro. Al eliminar la ORA consiguieron acabar con el
llamado ‘tráfico de agitación’, vehículos que transitan buscando
aparcamiento.
De 100.000 coches al día que entraban al centro
neurálgico de la ciudad, las cifras rondan en la actualidad los 14.000
vehículos. Para Miguel Anxo Fernández, eliminar la ORA logró acabar con
un tráfico innecesario en una ciudad donde, al igual que en la mayoría
del territorio peninsular, a partir de las nueve de la mañana no quedan
aparcamientos y todo el tráfico que se genera “es inútil y solo está
destinado a aumentar el ruido y la contaminación”.
Para su alcalde y el resto del equipo municipal, que los pontevedreses ocuparan las calles y se sintieran seguros paseando por el espacio en el que predominaban los coches era el hito principal. “El área destinado los coches era de un 70% y lo redujimos a un 30%.
Para su alcalde y el resto del equipo municipal, que los pontevedreses ocuparan las calles y se sintieran seguros paseando por el espacio en el que predominaban los coches era el hito principal. “El área destinado los coches era de un 70% y lo redujimos a un 30%.
Es lo único que hicimos,
el resto fue posible gracias a los ciudadanos que llenaron los espacios
dejados por los vehículos”, afirma Miguel Anxo. Desde el punto de vista
de la seguridad vial resultaba básico cambiar la distribución de las
travesías. En el espacio urbano los coches abarcaban ¾ de la calle.
Para
cambiar esa situación preponderante frente al peatón, aumentaron el
espacio dotado para el mobiliario a unos dos metros de ancho a cada lado
de la calle y el de circulación peatonal a dos metros y medio a ambos
lados de la calzada. Otras de las medidas llevadas a cabo fueron la
generalización de los pasos elevados, la reducción de semáforos por
glorietas y rotondas que obligan a reducir la velocidad de los
vehículos.
Pero, sin duda, la medida que más cambió a la ciudad fue la limitación de la velocidad de circulación a 30 kilómetros por hora.
“Bajamos la velocidad, pero en realidad lo que hicimos fue subir la
velocidad media de 8km/h a 16 por hora.
Así hay menor presión de coches y
al haber menos semáforos se circula mucho mejor. Y no es que en el
centro haya ciertas calles con esa limitación como sucede en otros
lugares, prácticamente abarcamos el 80% de la ciudad”, matiza Miguel
Anxo. La reducción de la velocidad tiene relevancia a la hora de la
contaminación atmosférica y acústica pero sobre todo en términos de
lesividad, sostiene el jefe de la Policía Local Daniel Macenlle.
En el año 2004 Pontevedra alcanzaba su punto álgido registrando 222 heridos por atropellos. Desde entonces las distintas medidas planteadas en la ciudad fueron reduciendo la cifra por debajo de doscientos, y sólo gracias al límite de velocidad establecido en el año 2010 la capital de las rías baixas ha registrado sus dígitos más bajos.
En el año 2004 Pontevedra alcanzaba su punto álgido registrando 222 heridos por atropellos. Desde entonces las distintas medidas planteadas en la ciudad fueron reduciendo la cifra por debajo de doscientos, y sólo gracias al límite de velocidad establecido en el año 2010 la capital de las rías baixas ha registrado sus dígitos más bajos.
“De 1996 a 2011
tuvimos treinta y tres accidentes mortales y en los últimos cinco años no ha habido ningún fallecido por accidente de tráfico.
En términos de heridos graves hemos pasado de 140 antes de 1999 a estar
por debajo de veinte todos los años”, detalla Macenlle. Esto se debe
principalmente, según el Intendente Principal de la policía, a la
reducción de la velocidad: “Hay un estudio de la OMS donde asocia la
velocidad con la posibilidad de muerte en un atropello. A cincuenta por
hora, la probabilidad de fallecimiento es del 50%, a sesenta es del 80% y
hacia arriba es prácticamente del 100%. Mientras que a 30 km/h esa
posibilidad de muerte pasa al 5%”.
Para los que afean que el modelo ideado por el
BNG perjudique a los vehículos privados y a los comercios de la ciudad,
como estos días se reprocha a Manuela Carmena, el alcalde asegura
que no se plantea ninguna cruzada contra ellos: “Seguimos teniendo zona
de carga y descarga, y acceso a garajes las 24 horas del día.
O sea,
Pontevedra no es una ciudad sin coches o que se pone en pie de guerra
contra ellos, sino que tratamos de que sólo circulen los vehículos
necesarios: los que van a su garaje, los que están haciendo una
actividad económica de carga y descarga, los particulares que necesitan
acceder con el coche porque tienen que bajar el coche del niño, subir la
silla de la abuela o descargar un televisor”.
Debido al descontento de
los pontevedreses que necesitaban acceder a determinadas zonas de la
ciudad con su coche, el Ayuntamiento también puso en marcha los llamados
‘aparcamientos de servicios’.
Con un funcionamiento similar a las zonas de carga y descarga, la ciudad cuenta de forma gratuita con unas 600 plazas de este tipo durante un período máximo de 15 minutos. Sobre los comerciantes Miguel Anxo Fernández recuerda las grandes críticas que recibieron de éstos, pero la tendencia a día de hoy es que los comerciantes que se quedan fuera de las zonas peatonales están demandando al consistorio que sean peatonalizadas:
Con un funcionamiento similar a las zonas de carga y descarga, la ciudad cuenta de forma gratuita con unas 600 plazas de este tipo durante un período máximo de 15 minutos. Sobre los comerciantes Miguel Anxo Fernández recuerda las grandes críticas que recibieron de éstos, pero la tendencia a día de hoy es que los comerciantes que se quedan fuera de las zonas peatonales están demandando al consistorio que sean peatonalizadas:
“Hay intereses
particulares y privados e incluso miedo al comercio que explosiona
cuando las zonas son peatonales, pero en Pontevedra diecisiete años
después se han dado cuenta que la gente va a dónde es más cómodo comprar
y donde no tiene que desplazar el coche. Es como si tuviéramos un
centro comercial repartido por todo el núcleo urbano con la diferencia
de que no es artificial, estás al aire libre y además fomenta el
comercio de proximidad”.
Los caminos escolares y ‘La ciudad de los niños’
Habiendo alcanzado ya un alto grado de seguridad
para los peatones en la ciudad, la última medida de calado del equipo de
Gobierno son los ‘caminos escolares’. Siguiendo las teorías del psicopedagogo italiano Francesco Tonucci, el Ayuntamiento pretende que los niños recuperen su autonomía acudiendo al colegio sin un acompañante adulto.
En su obra La ciudad de los niños,
Tonucci cargaba contra los modelos de ciudad del siglo XXI que coartan a
los más pequeños de su principal arma: la libertad para moverse,
explorar y jugar en ellas sin tropezar con las barreras que les hemos
impuesto.
El modelo, implantado en ciudades españolas como Granada y en el ámbito internacional en Roma, Verona, Asunción, Bogotá, Medellín, Lima o Montevideo, abarca todos los colegios del centro de la ciudad (unos dos mil niños).
El modelo, implantado en ciudades españolas como Granada y en el ámbito internacional en Roma, Verona, Asunción, Bogotá, Medellín, Lima o Montevideo, abarca todos los colegios del centro de la ciudad (unos dos mil niños).
En un proyecto que implica necesariamente a
la policía local pontevedresa, el foco siempre está colocado en que los
padres venzan el miedo inherente a dejar a sus hijos solos por la
ciudad. Para lograr una mayor tranquilidad, una de las figuras creadas
son los acompañantes escolares ubicados estratégicamente en los pasos de
peatones para garantizar la seguridad de los niños.
A pesar de ser una medida disuasoria para los padres, el equipo municipal pretende que el siguiente paso sea la supresión de los acompañantes escolares porque es una figura de control más. La razón de ser, explica el regidor pontevedrés, es que los niños logren una autonomía plena:
A pesar de ser una medida disuasoria para los padres, el equipo municipal pretende que el siguiente paso sea la supresión de los acompañantes escolares porque es una figura de control más. La razón de ser, explica el regidor pontevedrés, es que los niños logren una autonomía plena:
“La primera
cuestión es que el niño vaya andando y la segunda es que vaya solo
porque el camino escolar no es más que un accesorio. Lo que queremos es
promocionar que los niños acudan a pie al colegio para que después por
la tarde jueguen en las plazas, conozcan su entorno y vayan madurando
adecuadamente sin ninguna vigilancia”.
En un año marcado por la urgencia en el cumplimiento de los Acuerdos de París sobre el cambio climático, con su nuevo modelo de ciudad Pontevedra logra cumplir los 365 días del año con los parámetros que establece la OMS sobre la exposición a la contaminación del aire, las emisiones se han reducido un 70% y cada pontevedrés deja de emitir media tonelada al año de CO2. Gracias a la recuperación de la calidad de vida en la urbe, el consistorio también ha logrado atajar otro de los problemas que enfrenta este siglo: la despoblación.
En un año marcado por la urgencia en el cumplimiento de los Acuerdos de París sobre el cambio climático, con su nuevo modelo de ciudad Pontevedra logra cumplir los 365 días del año con los parámetros que establece la OMS sobre la exposición a la contaminación del aire, las emisiones se han reducido un 70% y cada pontevedrés deja de emitir media tonelada al año de CO2. Gracias a la recuperación de la calidad de vida en la urbe, el consistorio también ha logrado atajar otro de los problemas que enfrenta este siglo: la despoblación.
“En una época en la que el fenómeno se
extendió, la ciudad creció un 33% en población. Si no tienes las
desventajas que normalmente se asocian a la ciudad como el ruido, la
contaminación o el estrés del tráfico no tienen que irse fuera para
tener tranquilidad. Nosotros teníamos la firme convicción y así lo
anunciamos en el programa electoral de que esta era la mejor forma de
vivir en Pontevedra”, concluye César Mosquera (concejal de Movilidad)." (Nacho Valverde, Público, 14/12/16)
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