"(...) A pesar, incluso, de que ha tratado con naturalidad a la muerte en su
entorno: “Desde que murió mi abuela Dolores, supe que eso podía ocurrir
en cualquier momento. Yo tenía seis años y ella se fue demasiado
joven”. También ha sido un año duro por la muerte de su madre en marzo
pasado. “Muy triste… Ella me enseñó varios porqués fundamentales en mi
vida”.
Del sacrificio a la tolerancia, nada se le ha escapado del ejemplo de
doña Matilde: “Era ATS y podía salir de casa en cualquier momento a
poner una inyección o atender a alguien. En el amor no tuvo barreras.
Vivió a la vez con dos hombres. Yo tuve tres padres en casa: ella, José,
mi padre biológico, y Maximino. Desde siempre vi aquella situación como
algo muy natural”.
Esas experiencias explican muchos de los amplios horizontes con que se cocinan sus canciones. También que este año sienta algo especial al entonar Negra sombra,
su diálogo poético en torno a la muerte con Rosalía de Castro como
médium. Procura aguantar las malas pasadas de la emoción: “Noto que se
me cae alguna lágrima a veces, pero eso no es llorar. Cuando puedes
seguir sin atragantarte, no estás llorando”. (...)" (Entrevista a Luz Casal, Jesús Ruiz Mantilla, El País, 17/12/18)
No hay comentarios:
Publicar un comentario