13/12/07

Absurdo y despilfarro en obras públicas en la Galicia de Fraga

LA CIUDAD DE LA CULTURA -de la que hablaré otro día- es la pirámide de Keops. Sus previsiones de coste superan los seiscientos millones de euros, y en su megalómana concepción repetirá servicios que la pequeña ciudad de Santiago posee ya en grado de privilegio. Entre los planos y facturas heredados por Ánxela Bugallo no figura ninguno en el que se evalúe el coste de mantenimiento de este mastodonte, ni los efectos que su funcionamiento pudiese tener sobre el resto de las infraestructuras culturales de Galicia. La sospecha generalizada es que para poder rentabilizar este complejo tendríamos que cerrar todos los restantes escenarios y bibliotecas del país. Pero las grúas del monte Gaiás siguen ahí, como una explicación evidente de por qué Galicia sigue ocupando la última posición en todos los indicadores del bienestar y la productividad.

La feria de Silleda es la pirámide de Kefrén. Construida en un desierto de industrias, hoteles y público, funciona cada año, durante la Semana Verde, como una lujosa romería hecha a cubierto, a la que acuden las familias urbanas para comer pulpo y jamón de A Cañiza, y para enseñarle a sus niños cosas tan exóticas como una vaca o un cerdo. Sus pérdidas anuales son multimillonarias, las alternativas que genera a base de exposiciones informáticas y mítines del PP son puras gilipolleces (con perdón), y, merced a su historia de improvisaciones, logró instalar en Galicia el minifundismo promocional y arruinar las expectativas que tenían los recintos feriales de Vigo, que eran los únicos competitivos y con futuro.

Los siete ramales del AVE son los cimientos para la pirámide de Mikerinos. Los dos puertos exteriores que van a competir sobre la misma ría son la pirámide de Menkaura. Los tres aeropuertos que funcionan en Galicia -dos en la misma provincia- son las pirámides del Yucatán. Y la autovía Santiago-Lugo, que sustituye a la racional y estratégica conexión Lavacolla-Teixeiro, es el complejo piramidal de Isimché. Por eso, a la vista del parque arqueológico que estamos construyendo, celebro que las diputaciones provinciales se hayan lanzado a la carrera para construir un zigurat babilónico con forma de circuito de velocidad, que, en competencia con los de Madrid, Barcelona y Jerez, podría generar rentas comparables a las del recinto ferial de Silleda.

En una provincia como Ourense, envejecida, despoblada, con el campo en la miseria y la industria al borde de la supervivencia, es obvio que el futuro está en la fórmula 1. Y por eso me he apresurado a enviarle a mi suegra, que vive en una aldea vecina a A Limia, las biografías de Alonso y Schumacher. Para que se vaya instalando en la Galicia galáctica.” (XOSÉ LUÍS BARREIRO RIVAS: Un zigurat en A Limia. La voz de Galicia, 12 de Sep. De 2005)

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