"El 2013 se va, dejando el saldo más visible del impacto
de cinco años de crisis sobre las empresas gallegas. Si en ejercicios
anteriores, los balances de mortalidad empresarial evidenciaban la
debilidad de las pymes, el año que termina muestra el agotamiento de
compañías emblemáticas y referentes por su marca y su prestigio.
Son
casi todas firmas internacionalizadas y de amplia trayectoria, pero cuyo
nombre no ha servido de aval suficiente para conseguir refinanciar el
crédito, después de un endeudamiento prolongado.
Las consecuencias de
este cataclismo se traducen en concursos de acreedores, expedientes de
regulación de empleo y ventas de grupos que hace cinco años figuraban en
las primeras posiciones del ránking de facturación del informe Ardán,
que elabora el Consorcio de la Zona Franca de Vigo con las 1.000 mayores
empresas de Galicia: Pescanova, Hijos de J. Barreras. Freiremar y
Pórtico son algunos ejemplos.
Mención aparte merece el proceso de saneamiento
financiero que ha llevado a la nacionalizada NCG Banco a manos del
venezolano Banesco, por 1.003 millones de euros; o a Evo Banco, la red
exterior de NCG, a pasar a ser propiedad del fondo de inversión
norteamericano Apollo.
Como también resulta excepcional la situación en
la que se encuentra Pescanova, que el pasado mes de abril se declaraba
en concurso de acreedores, y cuya deuda no hace más que crecer a medida
en que se van haciendo públicas sus cuentas auditadas, hasta alcanzar
los 4.200 millones de euros.
Se trata de un caso especial y singular, no solo por el
tamaño de la empresa, que solo en Galicia emplea a 2.500 trabajadores,
sino porque su antiguo consejo de administración ha acabado imputado por
presuntos delitos de estafa, falsedad documental y uso de información
privilegiada.
La viabilidad de la compañía necesita de forma inminente
una inyección de 250 millones, una operación que se disputan los bancos
acreedores y de dos de sus accionistas, Damm y Luxempart. La situación
empieza a ser ya límite, porque los trabajadores solo tienen
garantizadas sus nóminas hasta febrero.
Otro gigante que se ha desmoronado de la noche a
la mañana ha sido el grupo Pórtico. El pasado 12 de junio el Juzgado de
lo Mercantil de Pontevedra declaró a la empresa viguesa en concurso de
acreedores. Según el auto, la cifra de deuda asciende a 55 millones. La
mayoría de los 50 acreedores de las firmas se corresponden con bancos,
con quienes Pórtico intentó refinanciar su deuda hasta el último día.
La crisis de Pórtico ha provocado el despido de 200 trabajadores, de una
plantilla de 360. ¿Qué fue lo que pasó? La robotización de un almacén
desencadenó la deriva. Fueron 20 millones, una inversión proyectada en
el 2003, en plena burbuja inmobiliaria. Pero en los años sucesivos la
cifra de negocio de Pórtico no dejó de reducirse y pasó de 105 millones
de euros en el 2007 a los 68 del pasado ejercicio.
Los problemas de financiación llevaran también a
Blusens, empresa tecnológica referente en Galicia, a presentar el 29 de
octubre concurso voluntario de acreedores para su filial de compras,
Blusens Technology SLU, que tendría un pasivo cercano a los 39 millones
de euros. La compañía atribuye al cierre del grifo del crédito, por la
reestructuración bancaria, los principales problemas por los que ha
atravesado.
Mucho más graves es el caso de T Solar. La firma
fotovoltaica que echó a andar con grandes ambiciones en el 2008 ha
entrado en liquidación tras fracasar las ofertas de compra, y con ella
se destruyen 170 empleos. Previamente, la compañía había suspendido
pagos, tras reconocer una deuda de 46,58 millones de euros.
El rechazo de los bancos a conceder más crédito a
Freiremar obligó también a la cuarta pesquera de España a presentar
concurso de acreedores el 13 de diciembre, con una deuda de 114
millones. Los trabajadores fueron las víctimas inmediatas de esta
situación. Un total de 114 de la planta del grupo en Vigo recibieron su
carta de despido sin derecho a indemnización." (La Voz de Galicia, 30/12/2013)
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