Ruta nueva con los carteles y la flecha amarilla pintada por vecinos / PEDRO AGRELO
"Mil doscientos años después, el camino en el que germinó la ruta de
peregrinación a Santiago se va a las carreteras. Y lo hace por
imperativo de la Xunta. Un tercio de los 300 kilómetros del Camino
Primitivo han sido desplazados por decreto a carreteras y fincas sin
rigor histórico, alejándose de la vía milenaria que supuestamente
recorrió Alfonso II para visitar los presuntos restos del apóstol.
Los
peregrinos que siguen las indicaciones oficiales, abandonan caminos
legendarios salpicados de patrimonio para deambular por cunetas, se
apartan de vías romanas para caminar por asfalto y realizan rodeos
innecesarios en pequeñas aldeas.
El Gobierno gallego, que tiene el mandato legal de identificar estas
rutas históricas para protegerlas, aprobó en 2013 un decreto que desvía
el camino primitivo por neotrazados apócrifos. La traza discurre en
algunas localidades frente a bares, tiendas y albergues creados a partir
de los años noventa, cuando Fraga convirtió la devoción religiosa en un
producto turístico para todos los públicos.
En algunos campos de Lugo y
A Coruña, el primero de los caminos tiene menos años que el difunto
Pelegrín del Xacobeo. Los responsables autonómicos de patrimonio incluso
han validado desvíos creados por vecinos a base de brocha y bote de titanlux. En A Viña, al lado de la ciudad de Lugo, un lugareño pintó flechas que apartan a los caminantes de una corredoira
histórica flanqueada por robles.
“Nací aquí y cuando era pequeña íbamos
a Lugo a pie por ese camino, que era el Camino de Santiago de siempre”,
dice una indignada vecina. La corredoira está ocupada ahora por
alpendres y perros ladradores, mientras los peregrinos caminan durante
medio kilómetro por una carretera entre olorosas granjas y garajes
levantados con bloques de hormigón.
El decreto de la Xunta oficializó el
desvío del vecino pintor y según documentos firmados por los
responsables del Gobierno gallego, pretender devolver a los caminantes
por la ruta original es síntoma de “afán recreacionista e historicista”.
Unos kilómetros más atrás, el hospital de peregrinos de Gondar está
en manos de un particular y ha quedado desprotegido. El neocamino
discurre por una carretera perfectamente asfaltada en la que la franja
de protección incluye postes de la luz o señales de tráfico.
El hospital
funcionó para atender a los caminantes pero los responsables de la
Consellería de Cultura consideran “frívolo reclamar la reversión de
procesos que el devenir de la historia y los tiempos dio por
finalizados”. Justifican su decisión en un supuesto cambio ordenado por
el obispo en 1369. Los lugareños, en cambio, aseguran que han ido a Lugo
“toda la vida” por ese camino hasta que hace unos años y ya en plena
efervescencia Xacobea, se taponó con una construcción aneja al viejo
hospicio.
A pocos kilómetros de Lugo, un cartel indica un “desvío
provisional” bajo el logotipo de la concha. Ese desvío recorre la
carretera de A Fonsagrada y abandona el trazado histórico de la
Corredoira do Romeu, delimitada por vetustos muros de piedra y grandes
árboles. A su lado se ha levantado una urbanización e incluso se ha
taponado uno de los extremos con una construcción de hormigón edificada
hace un lustro.
En su decreto, la consellería eligió el camino
asfaltado. En San Román da Retorta, los caminantes abandonan una vía
romana del siglo II para disfrutar de un rodeo de nueva planta que la
Xunta ha reconocido e indicado como original con varios mojones.
La versión oficial de la Xunta abandona calzadas empedradas, pasos
sobre regatos en frondosos bosques, históricas roderas dejadas por los
carros e incluso la toponimia asociada al peregrinaje.
A pesar de que
los técnicos reconocen la peligrosidad de trasladar caminantes a las
cunetas (“tramo especialmente peligroso porque los peregrinos tienen que
caminar por la orilla de la carretera junto a coches que circulan a
gran velocidad”), sugieren hacer más obras para paliar esos peligrosos
en vez de ejecutar la recuperación de la calzada antigua, tal y como
estipula la Ley de protección de los caminos de Santiago aprobada hace
casi dos décadas.
Hay decenas de mutaciones como las de Paradavella, A
Matanza, Vilalle, San Vicente do Burgo o el camino real de Vilabade.
Juntas suman casi un centenar de kilómetros que han dejado de ser el
verdadero camino. Además, al apartar las franjas de protección del
trazado milenario, tampoco se reconocen los accesos transversales y el
patrimonio asociado. Según denuncian algunos historiadores, el proceso
de identificación fue tan “absurdo” que en Guntín se celebró una
asamblea vecinal para delimitar el recorrido.
Las mutaciones han sido destapadas por el Foro do Camiño. Esta
treintena de asociaciones e investigadores no aceptan la versión
aprobada por Cultura y la consellería rechazó unas 90 alegaciones
presentadas por el Foro. En sus respuestas, la Xunta lo acusa de ser
reintegracionistas de la historia, al mismo tiempo que declara
inexistentes trechos observables hace cincuenta años.
En muchos casos
alega la ausencia del camino como entidad catastral. Ahora será el
Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG) el que decida quién tiene
razón tras ser interpuesto un recurso contencioso-administrativo.
Consideran que la versión oficial atenta contra criterios de
autenticidad e integridad de la calzada histórica y su contorna
cultural.
Ricardo Polín, portavoz del Foro, matiza que la Administración
gallega es la única que "mutila" una ruta reconocida por la Unesco. “El
Gobierno de Asturias identificó sus tramos y los respetó manteniéndolos
prácticamente intactos”, explica. “No pretendemos reconstruir nada.
Simplemente exigimos que se contemplen los vestigios porque están en la
ruta histórica y forman parte del patrimonio y la memoria colectiva del
primero de los caminos”, asegura. También denuncia la “ignominiosa
actuación del comité asesor del Camino de Santiago creado por ley para
la protección de los caminos" ya que "hace todo lo contrario a lo
encomendado al estar al servicio de la Xunta y no del patrimonio”.
A la
espera del TSXG, el Foro ultima una aplicación informática con la que
pretende desmontar la versión del Gobierno gallego. El programa
permitirá descubrir el Camino Primitivo desde arriba, explorando las
ortofotografías realizadas en los años cincuenta por servicio
cartográfico del ejército de Estados Unidos a través del llamado vuelo
americano, en las que se aprecian a simple vista los tramos descartados
por la Xunta.
Pero la del Primitivo no es la primera reclamación
judicial contra la versión oficial del Camino de Santiago. La
delimitación del Camino Francés, el más popular, también hace cola en
los tribunales." (El País, 13/04/2014)
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