"Cogió un pequeño sindicato sin apenas presencia y lo ha convertido en
la mayor organización agraria de Galicia, con 14.000 afiliados.
Después
de 30 años en el cargo, Roberto García (Rodeiro, 1958) fue reelegido el
pasado diciembre secretario general de Unións Agrarias (UU AA). Su
prioridad ahora es lidiar con la nueva situación de incertidumbre que se
abre a partir del 1 de abril, cuando desaparecerán las cuotas lácteas y
se liberalizará el sector.
Pregunta. ¿Qué pasará con la desaparición de las cuotas?
Respuesta. Va a haber inestabilidad en los precios,
pero se abre la posibilidad de un incremento de la producción en un país
como España que consume un 30% más de lo que produce. El modelo de
industria va a ser más determinante, porque la producción en Europa
estará orientada al mercado internacional y, dependiendo del tipo de
industria que tengamos, seremos capaces o no de colocar nuestros
productos.
Los países excedentarios verán a España como un nicho para
colocar sus productos. Todo depende de que hagamos un plan para proteger
los nuestros y no estar sometidos a precios bajos en los mercados
mundiales.
P. ¿Usted es optimista?
R. Sí, en la parte que toca a los ganaderos. La
modernización de las explotaciones en los últimos 20 años ha sido
brutal, aunque con un gran endeudamiento, es cierto. Las 10.000
explotaciones que quedan producen hoy casi el triple que las 70.000 que
había cuando se implantaron las cuotas. No tenemos nada que envidiar en
rendimiento al resto de Europa.
Los ganaderos han hecho los deberes,
pero la industria se limitó a meter la leche en cartón y malvendérsela a
la distribución, cargando toda su ineficacia competitiva en bajos
precios a los ganaderos.
No es normal que si aquí producimos menos de lo
que consumimos, los precios sean los más bajos de Europa. La clave
ahora es la concentración y la diversificación de la industria, porque
sobran operadores. Y se necesita un plan por parte de la Administración.
P. ¿Hay respuestas en los gobiernos central y gallego?
R. Ninguno de los objetivos del paquete lácteo se
está cumpliendo. No hay negociaciones transparentes entre producción e
industria ni entre industria y distribución. Esta última usa la leche no
para ganar dinero sino como producto reclamo para ganar clientes. Se
vende leche por debajo de los costes de producción, y la Administración
no hace nada. Proponemos que Galicia lidere un plan de actuación, pero
no hay respuesta.
No son conscientes de que esto solo lo puede liderar
Galicia, porque la leche no es una prioridad para el resto de
comunidades, con precios más altos. Aquí tenemos más de la mitad de los
ganaderos de España, es un sector estratégico, con gran peso social y
económico. Pero el presidente de la Xunta deja hacer al Ministerio.
P. Los precios remontaron hace meses, pero vuelven a bajar.
R. El presidente se colgó las medallas del aumento
de precios, cuando la razón era que se había registrado un alza mundial.
Aunque se hizo una ley para que ningún contrato con la industria fuese
inferior a un año, el 99% es de tres meses y no ha habido ninguna
sanción.
Se permiten los contratos de menos de un año si el ganadero lo
pide, y a este lo presiona la industria con la amenaza de dejar de
recogerle. En un producto perecedero como este, la industria está en una
posición de dominio que no es propia de una economía de mercado.
Eso
hay que equilibrarlo con algún mecanismo de arbitraje ajeno a las dos
partes. A partir del 1 de abril, además de los precios, habrá que
negociar con la industria la garantía de la recogida, lo que pone en
riesgo la producción en ciertas zonas.
P. ¿Ve desinterés en la Xunta?
R. Hay un compromiso partidista por encima del
interés del sector. No quieren una confrontación con el Ministerio, que
opta por lo más cómodo: ir del brazo de la industria y la distribución.
P. La ganadería en Galicia era muy importante incluso desde el punto de vista sentimental. Ahora se la ve como algo decadente.
R. La crisis ha hecho un daño irreparable. Como hay
que ajustar gasto público, se hace en sectores donde la población
votante es menor. El recorte en derechos básicos, sanidad, educación o
transporte escolar, afecta de forma mucho más brutal a los ganaderos,
que son ciudadanos de segunda a la hora de tener un centro escolar
cercano o un comedor en el colegio.
Con esto y lo difícil que es
mantener una explotación, las condiciones de vida son mínimas. Los
ganaderos quieren dignificar su profesión, poder tener un fin de semana
libre o vacaciones, que tu hijo no tenga que desplazarse dos horas al
día para ir al colegio, que tengas un centro de día para tus mayores…
Los ganaderos hacen para la sociedad trabajos no remunerados porque
gestionan el territorio: donde hay explotaciones hay menos incendios y
más equilibrio ambiental. El 85% del territorio gallego sigue siendo
rural aunque solo viva un tercio de la población
P. En el último congreso se le vio muy dolido con
Feijóo por aquella acusación de que UU AA desviaba subvenciones a las
cuentas del PSOE.
R. Lo grave no es que hayamos tenido que esperar
cinco años para que varias resoluciones judiciales acreditasen que ni el
PP ni la Xunta pudieron aportar una prueba que nos inculpara. Lo grave
es mantener cinco años una duda sobre la honestidad de múltiples
personas.
Nos mandaron inspectores a investigar, en una causa general
contra UU AA, y certificaron que no había un solo motivo para justificar
siquiera la devolución de una subvención. Lo que duele es que esto lo
haga un partido desde el Gobierno que tiene acceso a todos los
expedientes y que no halló ni un indicio.
Y cada vez que hubo un intento
de archivo por parte de la juez, la Xunta y el PP, de forma conjunta,
apelaban a una instancia superior para mantener vivas las acusaciones de
forma artificial y torticera. Mi vehemencia fue porque, en un congreso
en el que estaban el presidente y la conselleira, no hubiera ni un gesto
de reconocimiento de que habíamos quedado exentos de culpabilidad.
Ya
no pido que se disculpen, como hicieron ellos cuando, por ejemplo, quedó
exonerado el alcalde de Ferrol, pero al menos podrían haber tenido un
mínimo gesto." (
Xosé Hermida
, El País, Santiago
17 FEB 2015)
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