4/9/15

Más de cien mil personas claman en Vigo por la sanidad pública

 
Miles de personas se han concentrado en el Xeral en protesta por las deficiencias detectadas desde que se puso en marcha el centro, el pasado mes de junio (La Voz,
" Las calles del centro de Vigo fueron testigos ayer de una manifestación histórica. Decenas de miles de personas -según la organización, hasta 200.000- de todo el área metropolitana acudieron a la llamada de la junta de personal del Chuvi para clamar juntos contra los "recortes" y las "deficiencias" en el nuevo hospital de Vigo, que consideran un perfecto ejemplo de lo que ocurre cuando se deja en manos de los intereses ajenos la gestión de nuestra sanidad pública". La multitud reclamó un servicio universal, equitativo y de calidad y exige responsabilidades por la gestión de la apertura del Álvaro Cunqueiro.

Al grito de "Sanidade pública e gratuita", una riada de personas colapsó el centro desde las 20.00 horas. Tal fue la participación que mientras se leía el manifiesto en Porta do Sol, hora y media después, la marcha aún coleaba en el punto de partida, el hospital Xeral. Al repertorio se sumaron, en esta ocasión, consignas como "Somos pacientes, non clientes" o "O párking de pago, otro copago".

La protesta fue convocada hace tiempo, antes del verano, cuando los sindicatos negociaban con la Dirección del área sanitaria las condiciones del traslado al nuevo hospital de Vigo y la fecha había sido escogida por la coincidencia con la prevista para el cierre de la torre del Xeral. El emblemático pirulí, donde nación toda una generación a la que animan a luchar para que la siguiente "no nazca en un hospital recortado, privatizado y con pocos recursos". 

El anuncio, a principios de agosto, de las tarifas que usuarios y profesionales deben abonar por aparcar en el Álvaro Cunqueiro empezaron a caldear los ánimos. Los retrasos en la llegada del equipamiento provocaron intranquilidad. Las deficiencias detectadas en la infraestructura o en el servicio de cátering alimentaron el malestar.

 La suspensión el pasado viernes del traslado por sospechas de contaminación ambiental en zonas por abrir encendió la reaparición del fantasma del aspergillus, que en 1998 se cobró la vida de seis pacientes en el Meixoeiro, fueron la puntilla a un descontento que cristalizó ayer con una participación sin precedentes en una protesta por el área sanitaria viguesa. La petición de dimisión de la conselleira de Sanidade, Rocío Mosquera, fue una constante.

El periodista Xabier Fortes y el músico Eladio Santos fueron los encargados de leer el manifiesto, con el que la Junta de personal expuso su voluntad de mantener las movilizaciones hasta lograr la recuperación de la concesión del Álvaro Cunqueiro para la Sanidad Pública, "para convertirlo en nuestro hospital, donde los profesionales trabajen con dignidad y las personas puedan acudir sin precios abusivos por aparcamientos y servicios y reciban la atención sanitaria digna y de calidad que merecen".   

Interrumpidos en numerosas ocasiones por aplausos y consignas, como "Privatización é corrupción", criticaron la política sanitaria de la actual Xunta por "deteriorar y hacer inviable económicamente" el sistema público de salud, al reducir su presupuesto y permitir la entrada de capital privado en la financiación y gestión de las nuevas infraestructuras "con el argumento de la crisis económica".

Con respecto a la construcción del Álvaro Cunqueiro, recordaron que el Sergas adjudicó su construcción y la explotación de sus servicios no sanitarios por 1.300 millones de euros -durante 20 años-, cuando del gobierno bipartito presupuestó levantarlo por 400 millones de euros. Denunciaron también el baile de cifras entre las 1.465 prometidas y las 845 finalmente operativas o la reducción del número de quirófanos, la superficie de urgencias o las salas de Radiología. 

Tampoco se olvidaron la supresión del laboratorio central en el complejo de Beade y su traslado al Meixoeiro, lo que obliga a un sistema de transporte de muestras "con el consiguiente retraso en los resultados, el riesgo de deterioro y la pérdida de calidad y especialización". Asimismo, echan en falta el edificio de docencia, el hospital de paciente, el módulo de rehabilitación o las 160 camas de cuidados mínimos intermedios.

Expusieron que tanto la "privatización" de servicios como el "recorte" en dotaciones tiene su reflejo en la "desaparición y precarización de muchos puestos de trabajo" y advirtieron de que, "en consecuencia, se dará un peor servicio a la ciudadanía".

La junta de personal tampoco se quiso olvidar de la población de referencia que el Sergas restó al área sanitaria viguesa para entregársela a Santiago en servicios como Oncología radioterápica, Cirugía Torácica, Neurocirugía, Cirugía Plástica, Cirugía Pediátrica, Cirugía Cardíaca y Cardilogía.

"Tendremos menos sanidad pública y más negocio para sus amigos", señalaron a modo de conclusión sobre estos recortes y añadieron: "Harán negocio con todo". Alertan de que todos los valores y derechos de la sanidad pública "desaparecen cuando se cambia de modelo y se opta por la privatización". 

Recogieron el sentir de todos los congregados al anunciar que "la sociedad gallega se seguirá movilizando hasta recuperar una sanidad pública, universal y de calidad". Exponen al Álvaro Cunqueiro como la mejor muestra de lo que sucede cuando "se vende por piezas al mejor postor". Se muestran convencidos de que "eliminar" el sistema público para "poder hacer negocio con la enfermedad de las personas" es "su meta".

Acusan a la Gerencia del área sanitaria, de ser "incapaz de gestionar con tiempo y respeto de los derechos laborales, las condiciones de movilidad del personal" y le recriminan que "aún no informó de las verdaderas razones de la paralización del traslado". A la Consellería le recriminan que no hiciera seguimiento de la obra "para garantizar que se cumplían las condiciones de licitación y que el hospital se terminara y entregara en condiciones de uso, con seguridad para los pacientes y trabajadores".

 "La sensación de improvisación y falta de previsión se convirtió en una pesadilla cuando se inició el traslado", relataron y enumeraron: "Techos que se desprenden, fugas de agua, consultas pequeñas, instalaciones no adaptadas al trabajo que se realiza, áreas de aislamiento que no cumplen las condiciones mínimas, ausencia de material para garantizar la seguridad y la capacidad de respuesta ante emergencias, comidas frías..."..

 Por todo ello, exigen responsabilidades tanto a la Gerencia como a la Consellería "por incumplir el principio básico de seguridad". Decenas de miles de personas respaldaron este manifiesto con una ensordecedora ovación final."              ( 04.09.2015)


"Cuando al día siguiente de abrirse el nuevo hospital el alcalde de Vigo convocó una «gran manifestación ciudadana», nadie sospechaba cuál iba a ser la situación en la sanidad de la ciudad. Teóricamente, ayer era el día en que el vetusto Hospital Xeral dejaría de tener pacientes ingresados y cerraría la puerta de urgencias. 

El 3 de septiembre pondría fin a una era marcada por las carencias y abriría la puerta a la nueva sanidad. Pero no fue así.

A cambio, los profesionales viven momentos de incertidumbre y las quejas de los pacientes por los servicios no sanitarios -la calidad de la comida, el tratamiento de la basura, la desratización, el aparcamiento de pago...- inundan los buzones y las redes sociales.

 Esta situación provocó un intenso clamor ayer por la tarde en Vigo y más de cien mil personas -la organización dijo 200.000 y el Concello lo dio por bueno- se echaron a la calle en contra del modelo elegido para construir el nuevo hospital, bautizado Álvaro Cunqueiro. La cabecera de la manifestación había llegado ya a la Porta do Sol y todavía quedaba gente sin salir del Hospital Xeral. Es una de las mayores marchas de la historia de Vigo.

El modelo público-privado garantiza que la sociedad que lo ha construido gestionará los servicios no clínicos del hospital durante veinte años, por lo que cobrará un canon anual de 68 millones de euros.

El hospital es la gran apuesta política del gobierno de Feijoo para el área de Vigo, donde ha sufrido sus mayores castigos electorales. A las críticas por el modelo elegido y las deficiencias de los primeros días se suma el caso del Aspergillus. Una señora de 65 años con una patología hepática grave falleció en la uci, con análisis positivos de ese hongo. Los jefes de los servicios médicos y quirúrgicos del hospital descartaron en un comunicado que falleciese por Aspergillus, sino «por la evolución natural de su enfermedad». 

También aseguraron que «las circunstancias clínicas de base y el tiempo de ingreso en el Hospital Álvaro Cunqueiro permiten descartar la sospecha de que la infección fuese adquirida en ese hospital». El Aspergillus no estuvo en las consignas, pero sí en las conversaciones y alentó a muchos a salir a la calle.

La manifestación de ayer estuvo promovida en origen por el alcalde y organizada por la junta de personal. Abel Caballero pidió ayer a Feijoo que tome cartas en el asunto y rectifique. «Todo Vigo está aquí», aseveró, «contra este agravio». Todos los sindicatos y partidos de la oposición respaldaron las protesta. 

Pero también por muchos profesionales de los que están trabajando ya en el Álvaro Cunqueiro, algunos con filiación política y otros sin ella. También algún jefe de servicio. La marcha recorrió Vigo a gritos de «¡Feijoo, dimisión!» y «¡Conselleira, dimisión!». Participaron alcaldes de toda el área y se fletaron en torno a un centenar de autobuses para llenar Vigo.  (...)"             ( , la voz, 04 de septiembre de 2015)

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