"Las asociaciones ganaderas lanzaron su voz de alarma en enero: una macrogranja con 20.000 reses se estaba planificando en Soria. El proyecto promovido por la cooperativa navarra Valle de Odieta,
había realizado diversos pasos durante el año anterior -especialmente
la venta de terrenos para conseguir las 900 hectáreas en el pueblo de
Noviercas- y había conseguido el apoyo político sobre todo del
presidente de la Diputación de Soria, Luis Rey (PSOE), pero también de la Junta de Castilla y León (PP).
Preocupaba a los ganaderos
'tradicionales' que se extendiera el modelo superintensivo de la granja
de Caparroso en Navarra, que ya es la mayor de España con 4.500 reses.
Esta granja, con plantas de biogás anejas para aprovechar los purines de
las vacas para energía, costó 4 millones de euros de los cuales el
gobierno navarro aportó 1,8.
Sin embargo, los hermanos que gestionan la
cooperativa han recibido una negativa del nuevo gobierno navarro, ahora
liderado por Uxue Barkos, para doblar la capacidad de esta instalación.
La coalición abertzale que dirige la
comunidad foral se ha negado a volver a apoyar a Valle de Odieta, que
produce leche para Saiona, una de las mayores industrias cooperativas
navarras. También País Vasco, cuya consejera Arantxa Tapia
ha manifestado que su gobierno está en contra de la explotación.
Pero
las ricas provincias forales no son como la despoblada comarca del
Moncayo. Allí cada puesto de trabajo se valora a precio de oro. Y su
ubicación estratégica a poco más de 100 kilómetros de Zaragoza o
Pamplona hace que su localización amenace a la competencia por todos
lados.
Si Navarra pagó casi 2 millones a Valle
de Odieta para su superexplotación, Castilla y León no se quedó corta y
en febrero de 2016 anunció la concesión de 6,2 millones de subvención a
la cooperativa navarra Saiona.
El objetivo de esta ayuda, la
construcción de una gigantesca fábrica de quesos en Ólvega (Soria), a
solo 14 kilómetros de la macrograna. La leche de una iría en principio
para la otra, aunque tras el final de las cuotas cualquier excedente
podría colocarse en el mercado.
A la espera del informe ambiental
Sin embargo, ni unos ni otros deciden. El
informe de impacto medioambiental que en teoría será el que eche para
atrás o para adelante el proyecto es obra de los técnicos de la Junta de
Castilla y León. Un informe demoledor que por ejemplo incidiera en el
consumo masivo de agua (COAG cifró el consumo entre 4 y 6,35 millones de
litros de agua al día, que podría llegar a superar al de toda la ciudad
de Soria) o en la dificultad de los residuos.
Los datos de la explotación, según COAG,
son los siguientes: "2 centros de ordeño, se abastecería de unos 600.000
kilos de forraje al día y produciría unos 500.000 de residuos
orgánicos. Tendría actividad durante 23 horas al día con 3 turnos de
trabajo (la desinfección de los equipos se realizaría durante esa hora
de inactividad diaria) y ocuparía unas 900 hectáreas (150 para
instalaciones ganaderas y 750 para aprovechamiento y gestión de
residuos, ya que se pretendería instalar una planta de biogás para el
tratamiento de purines)".
Los responsables del proyecto aseguran
estar a la espera de noticias, mientras los técnicos preparan el informe
que saque adelante o paralice definitivamente el proyecto. Por el
camino, se escuchan voces que piden acometer la construcción de la
granja pero a una escala menos ambiciosa, como en el caso de Caparroso.
En cualquier caso, este tipo de megaconstrucciones pueden ser mucho más
comunes en los próximos años, sobre todo si tenemos en cuenta que con el
fin de las cuotas lácteas, el mercado al que pueden exportar los
productores españoles es mucho más amplio y sin tantas restricciones." (Mario Moratalla, Vox Populi, 01/04/17)
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