"En el verano de 1984, un antiguo pazo portugués con
vistas al río Miño fue escenario de la conversación que mantuvieron un
grupo de contrabandistas huidos con el entonces presidente de la Xunta,
Xerardo Fernández Albor, de Alianza Popular.
El periodista Nacho
Carretero recoge el episodio en su libro Fariña y
explica que "Albor recomendó a los capos que regresaran a España y se
entregaran a la justicia". Así lo acabarían haciendo meses después para
esperar una sentencia que no llegaría hasta principios de los años 90,
momento en el cual sus delitos fueron declarados prescritos.
Aquel encuentro entre el poder político y los capos del contrabando de
tabaco obligó a Albor a dar explicaciones en el Parlamento de Galicia en
una sesión plenaria que se celebró a finales de noviembre de 1984.
eldiario.es ha accedido a las actas de aquel pleno en el que Albor
explicó que se reunió con los contrabandistas por motivos humanitarios.
El diario de sesiones de aquel día recoge las
explicaciones del predecesor de Fraga sobre un encuentro que calificó
como casual. Según su propio relato, Albor decidió quedarse a dormir en
el mismo hotel de Vilanova da Cerveira, en el que estaban los
contrabandistas huidos, sin saber de su presencia en el establecimiento:
"Cuando estaba cenando, se acercó mi secretaria y me dijo que había
unos señores que querían hablar conmigo. Me dijo que suponía que eran
personas que estaban huidas. Decían que querían hablar conmigo y que de
allí no se movían hasta conseguirlo. Me pareció oportuno salir al hall y preguntarles qué querían", relató ante el Parlamento.
"Esa gente no se iba a marchar de allí y yo no podía
saltar por una ventana porque no había. Tenía que hablar con ellos",
argumentó el jefe del Gobierno gallego en aquellos años. Albor, defendió
en aquel pleno su honorabilidad y concluyó: "No me tengo porque
avergonzar por hablar con unos señores que podían ser o no delincuentes
(...). Yo hablo con todo el mundo".
La versión del
Gobierno gallego señaló que los contrabandistas, con Marcial Dorado a la
cabeza, le pidieron a Albor garantías de que si se presentaban ante la
justicia española, el trámite iba a ser rápido. Albor les contestó que
los ritmos de la justicia no eran labor de su competencia y que él nada
podía hacer para cumplir las reclamaciones de los capos. A pesar de
ello, les invitó a poner sus peticiones por escrito.
Esa carta acabaría
llegando a los buzones oficiales de la Xunta de Galicia y los servicios
jurídicos del gobierno gallego la responderían en apenas unos meses en
el mismo sentido en el que se había posicionado Albor durante su
encuentro: no había nada que hacer. Hasta aquí la versión oficial de un
encuentro que, según su protagonista, "duró un minuto o dos, como
mucho".
La sombra de la duda es una constante en el análisis de
las relaciones entre los contrabandistas y el poder político durante
aquellos años. Grandes nombres del contrabando y el narcotráfico como
Nené Barral o Pablo Vioque, lo fueron también de la vida política de
ayuntamientos como Ribadumia o Vilagarcía, bajo las siglas de Alianza
Popular.
En Fariña, Carretero
va más allá a la hora de explicar las relaciones entre los capos de las
planeadoras y los de los despachos oficiales. El libro recoge una
conversación intervenida años después del episodio portugués a dos de
los capos huidos, Celestino Ayala y Manuel Prado, socio de Marcial
Dorado. En esa charla, Ayala afirma: "Nos van a joder un año más, hasta
que salga Fraga".
La receta se completa, según Fariña, con
el párrafo que escribió la periodista de El País Elisa Lois en una de
sus crónicas sobre los hechos de aquellos años: "Si los movimientos de
los tabaqueros ya eran favorables a la causa política personalizada en
Manuel Fraga, después de la redada de 1983, los apoyos se multiplicaron.
Eso sí, las aportaciones de los contrabandistas a las campañas
electorales constituían una información tan reservada como la hora o el
lugar de descarga de la mercancía".
Sobre el libro
que condensa toda esta historia pesa ahora una orden de secuestro,
dictada como medida cautelar por un juez de Collado-Villalba. La serie
que se basa en manuscrito de Carretero, se ha estrenado este miércoles
en Antena 3, rodeada de polémica y expectación." (Gonzalo Cortiza, eldiario.es, 28/02/18)
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