"Alberto Núñez Feijóo enfrenta en Vigo la primera crisis interna de gravedad en el Partido Popular de Galicia, tras el anuncio de su ex conselleiro de Economía Javier Guerra de que planea abandonar la formación y pasarse a Ciudadanos llevándose con él a medio centenar de militantes y, con ellos, probablemente, a miles de votantes de la ciudad más poblada de Galicia.
Guerra responde así a la propuesta que le
hizo a principios de este año el secretario de Organización de la
formación naranja, Fran Hervías, a quien Albert Rivera ha encomendado
reorganizar el partido en Galicia, una comunidad donde Ciudadanos es una formación casi inexistente.
No tiene representación en el Parlamento Autonómico, sólo cuenta con
dos concejales en las siete ciudades y no logró ningún escaño en el
Congreso ni en el Senado en las elecciones generales del 2016.
Por esas razones, Galicia es también una comunidad golosa
para sustentar el crecimiento electoral que las encuestas prevén para
el partido. Y Hervías ha ofrecido a Guerra ser el candidato naranja en
las autonómicas del 2020. Ese año también hay elecciones generales.
La decisión de Guerra se conoció esta semana, después de que él y el grupo de críticos del PP vigués se
reunieran en un hotel de Vigo para acordar su salida del PP. Se han
dado un plazo de quince días para que cada uno decida su opción
personal, y aunque ninguno ha formalizado su baja hasta el momento, este
periódico ha podido saber que son pocos los díscolos que dudan si
hacerlo o no.
Javier Guerra es un exitoso y acaudalado empresario de
51 años que reside en el Algarve portugués. Inició su carrera política
como concejal en el Ayuntamiento de Vigo, y en el 2008 fue elegido
diputado al Congreso. En el 2009, cuando Feijóo ganó las autonómicas, lo
nombró conselleiro de Economía e Industria en su primer Gobierno al
frente de la Xunta.
Parecía que a Guerra, por entonces diputado en el
Congreso, se le abría una fructífera puerta, pues Feijóo le había puesto
al mando de una de las carteras más relevantes de su gabinete, en plena
crisis económica, con el paro disparándose mes a mes, las cajas
gallegas bordeando el abismo y mientras el PP diseñaba sus políticas de
recortes.
No es que Guerra no secundara esa estrategia, pero cayó pronto
en desgracia. Su escaso anclaje político y el deterioro progresivo de
su relación con el presidente gallego, quien en privado mostraba su
disgusto por su modo y tiempos de trabajO, debilitaron notablemente su
posición.
Guerra fue el único conselleiro que cayó en la primera remodelación del nuevo Gobierno popular de la Xunta.
Y aunque Feijóo le ofreció ser candidato a la Alcaldía de Vigo, él
rechazó la propuesta y volvió a sus negocios. En el 2016 trató de
hacerse con la dirección del partido en la ciudad, la más grande e
industriosa de Galicia, pero fracasó.
Y su nombre desapareció de los
titulares de prensa hasta que Hervías le propuso pasarse al enemigo,
justo cuando las encuestas empezaban a apuntalar el ascenso de los de
Rivera.
En el PP todavía no hablan de traición, aunque reconocen que se esperaban la jugada.
Tanto es así que Feijóo intentó recientemente un acercamiento
ofreciendo al ex conselleiro un puesto en la directiva viguesa. La
secretaria local, Elena Muñoz, confirmó la oferta en declaraciones a La
Voz de Galicia, asegurando que Guerra ni siquiera había contestado a la
propuesta y que sólo le había “dado largas”.
La idea de Ciudadanos es convertirse en llave de
gobierno en la comunidad, donde el espectro parlamentario contempla
desde hace tres legislaturas la mayoría absoluta del PP. Los de Fejóo
cuentan con 41 escaños, por 14 de En Marea, la segunda fuerza del país,
otros 14 del PSOE y seis del Bloque Nacionalista Galego.
El partido de Rivera también está buscando nombres para encabezar las listas de las municipales del 2019,
que se celebrarán un año antes de las autonómicas y que podrían servir
de lanzadera a la candidatura de Guerra a la Xunta. Al ex conselleiro,
cuentan en su nuevo partido, “le pone” enfrentarse a Feijóo, aunque
admite que la condición del líder popular gallego como posible sustituto
de Rajoy podría frustrar la batalla electoral que le gustaría librar." (Juan Oliver, Público, 17/05/18)
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