15/1/19

La muerte de tres pacientes pone en cuestión a la sanidad gallega

"Ante la mirada horrorizada de su esposa, José Manuel Brey, de 65 años, murió asfixiado una tarde de sábado del pasado agosto en un centro de urgencias de Galicia en el que no había ningún médico. 

El Punto de Atención Continuada (PAC) de A Estrada (Pontevedra) es uno de los 52 centros de los 90 de este tipo que funcionan en esta comunidad con un solo equipo sanitario, calculan los trabajadores, una controvertida falta de personal que obliga a los facultativos a dejar desatendidos a los pacientes cuando tienen que salir a atender alguna emergencia fuera.




“La culpa la tienen los recortes y una atención primaria muy mal gestionada. En este caso fue mi primo José Manuel, pero queremos que se sepa para que no vuelva a pasar”, denuncia Manuel Pereira, portavoz de la familia del fallecido. Los trabajadores de estos servicios sanitarios están en huelga desde el pasado lunes para exigir, entre otras cosas, que el Gobierno gallego resuelva esta grave carencia que acabó en desgracia.

La plantilla de los PAC no es la única en huelga en la sanidad gallega. El personal de Urgencias del complejo hospitalario de Santiago acumula dos meses de paro para reclamar más medios y el pasado jueves protagonizaron una manifestación por la capital gallega. Sus representantes presentaron ayer denuncia ante la fiscalía por la muerte de dos ancianos el pasado día 2 que agravaron su estado mientras esperaban en los pasillos para ser atendidos.

Las más de dos horas que pasó el PAC de A Estrada sin personal sanitario aquel sábado de agosto en el que murió José Manuel Brey no es una situación excepcional. Se repite en los servicios de urgencia de atención primaria de Galicia que solo tienen un médico. “Son los de las zonas rurales, los más alejados de los hospitales y los que tienen menos población pero más envejecida y dispersa”, explica Pilar Rodríguez, enfermera en el PAC de A Guarda (Pontevedra) y miembro de la plataforma PACs en Pie de Guerra que lidera las movilizaciones con el apoyo de todos los sindicatos.

El centro donde trabaja Rodríguez es así, como el de A Estrada. Atiende a una población de 20.000 personas y de lunes a viernes solo dispone de un equipo de médica y enfermera que realiza frecuentes salidas, lo que provoca que el centro quede sin sanitarios una media de dos horas al día. “Si pasa algo, la única referencia que tiene el celador que se queda allí es llamar al 061 para que mande una ambulancia. Lo que pasa es que, como los que salieron se llevaron la que está más cercana, puede tardar media hora o 45 minutos en llegar al PAC”, detalla Rodríguez.

El PAC de A Guarda, relata Rodríguez, se ha quedado sin médicos “muchas veces con personas en la sala de espera o en medio de una asistencia”. El pasado verano hubo que salir en ambulancia hacia Oia, a unos 30 kilómetros, para socorrer a un hombre que se había caído en el monte en un lugar de difícil acceso. “La asistencia nos llevó cinco horas en las que el centro se quedó sin médico”, denuncia.

El Gobierno de Alberto Núñez Feijóo elude aclarar cuántos PAC en Galicia pueden quedarse durante horas sin médico porque solo tienen uno y puede ser reclamado en el exterior. Sobre esta situación, fuentes del Servicio Gallego de Salud alegan que no todo el servicio que prestan estos centros es de urgencias y que “no es habitual la atención de urgencias vitales”. Y argumentan que es el 061 el que, cuando se dan esas circunstancias, se encarga de coordinar cómo se atienden las posibles incidencias, ya sea en el propio edificio del PAC o en un domicilio.

En el caso de José Manuel Brey, un hombre que padecía párkinson pero que acudió al PAC de A Estrada el 4 de agosto de 2018 por una indisposición intestinal, el 061 no llegó a tiempo. La titular del Juzgado de Instrucción Número 2 de A Estrada ha abierto una investigación para esclarecer si la presencia de un médico hubiera salvado a Brey y si detrás de su muerte subyacen responsabilidades penales.

 “Si es un PAC allí tenía que haber personal médico, porque si no, se convierte en una ratonera”, afirma Rubén Fernández, abogado de la familia y miembro del despacho Fernández y Taboada de Santiago, quien considera, no obstante, que desde el punto de vista jurídico “es pronto para saber si hay delito”.

La familia presentó denuncia ante la Guardia Civil inmediatamente después de la muerte de José Manuel, pero la maquinaria procesal acaba de arrancar esta semana. A falta del informe definitivo de la autopsia, la juez de A Estrada ha llamado a declarar a los testigos que aquella tarde estaban en el PAC y ha pedido datos al Sergas sobre la organización del personal en este tipo de centros sanitarios. Los denunciantes esgrimen una orden de la Xunta de 2008 que, a su juicio, obligaba a que aquel fin de semana hubiese dos médicos en las urgencias de atención primaria a las que acudió el fallecido.

La huelga indefinida que mantiene el personal de los PAC en Galicia no tendrá repercusión en los pacientes porque, al igual que la de las Urgencias del hospital de Santiago, se han establecido un 100% de servicios mínimos. Los trabajadores quieren que la protesta sirva para concienciar a la ciudadanía.

Aseguran que debido al recorte en el gasto sanitario que emprendió la Xunta en 2009 cuentan con el mismo personal que hace una década, pese a que la población está cada vez más envejecida, los pacientes crónicos se multiplican, aumenta la hospitalización a domicilio y la sobrecarga de los ambulatorios se traduce en un aumento de los enfermos que llaman a su puerta. “La gente tiene que ver las condiciones en las que nosotros trabajamos y lo que puede suponer para ellos”, apuntan desde la plataforma PACs en Pie de Guerra.

Manuel Pereira sospecha que su primo fue víctima de un frío cálculo estadístico de los gestores sanitarios del Gobierno de Feijóo, que “debieron de valorar que las probabilidades de que alguien muriera eran escasas”. Los trabajadores dicen que llevaban tiempo alertando del riesgo y que el Sergas les acusaba de ser alarmistas. “Se me ponen los pelos de punta cuando pienso lo que le ocurrió a este hombre”, expresa la portavoz de PACs en Pie de Guerra. “El tiempo nos dio tristemente la razón”.




S. V.

Las dos muertes del pasado día 2 denunciadas ayer ante la fiscalía elevan a cinco los casos llevados a la justicia por el personal de Urgencias del hospital de Santiago. Por uno de ellos el ministerio público presentó una querella la pasada primavera que está en fase de instrucción.

Fátima Nercellas, médica del hospital compostelano, relató ayer durante una jornada parlamentaria sobre recortes sanitarios organizada por la oposición (En Marea, PSdeG-PSOE y BNG) que el pasado día 2 tuvieron que atender en Urgencias a 400 personas y que llegaron a tener a “29 pacientes graves en el pasillo”.

 Esa situación llevó a la que también es delegada de Prevención de la junta de personal a enviar tres correos electrónicos a la gerente del complejo, Eloína Núñez —prima del presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo—, y al consejero de Sanidad, Jesús Vázquez Almuiña, “alertando de la situación de extrema gravedad” y reclamando que “abrieran espacios del centro que están cerrados” para atender a los pacientes.

Los dos fallecimientos denunciados, explica Nercellas, son los de un octogenario que esperó tres horas en el pasillo y que “cuando entró en el cubículo entró en parada” cardiorrespiratoria y a las 12 horas murió. Y los de otra anciana que estuvo aguardando turno con dolor abdominal, empeoró a la media hora, entró en parada en el pasillo, pasó a críticos y murió.

 Sufría una isquemia intestinal.

El hospital de Santiago ha abierto una investigación interna, pero aclara que ningún paciente murió ese día en los pasillos. “En ningún caso hubo enfermos triados [calificados] como urgencia vital esperando inadecuadamente a ser atendidos”, recalca el centro, que “hace una llamada a la responsabilidad para no causar una alarma innecesaria en la población”.              (Sonia Vizoso, 12/01/19)

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