"Galicia es un territorio periférico (el Finis Terrae) y su
población vive dispersa en aldeas, villas y ciudades pequeñas. La
llegada de personas de otros lugares es escasa (si cerramos el Camino de
Santiago) y no tenemos un aeropuerto internacional con excesivo
tránsito de extranjeros. Esas condiciones tuvieron, en esta epidemia del
coronavirus, un efecto protector. En este caso las condiciones propias
de nuestra geografía nos protegieron.
La pandemia tuvo en Galicia una menor repercusión que en otras CCAA.
Los estudios realizados indican que poco más del uno por ciento de la
población tuvo contacto con el virus. El confinamiento fue eficaz
y permitió disminuir el número de contagios. A día de hoy murieron por
esta causa 608 personas. Es un drama, pero menor que en otras partes del
Estado.
Aún podría tener menos impacto si no se hubieran dado
condiciones previas que facilitaron la penetración explosiva del
coronavirus en dos espacios muy determinados: en los servicios sanitarios y en las residencias de ancianos. La sanidad pública gallega fue desmantelada desde la llegada al poder de Núñez Feijóo en 2009.
Los recortes aplicados y las privatizaciones dejaron el servicio
público muy debilitado y con escasa capacidad de respuesta ante la
pandemia. Muchos profesionales fueron afectados por carecer de la
necesaria protección. La falta de medios provocó un riesgo real de
colapso del sistema.
Todas las muertes producen dolor, pero en esta pandemia se produjo
una altísima mortandad en las residencias de ancianos, en situaciones
de soledad y abandono, que las hace especialmente dolorosas. A día de
hoy hubo en España 18.600 muertos en centros geriátricos por causa de
la Covid-19, la mayoría en Madrid, Catalunya y en las dos Castillas. Es
un auténtico drama, irreparable, que tiene mucho que ver con las
privatizaciones realizadas en los últimos años, que convirtieron estas
instituciones en negocios que cotizan en bolsa (en manos de fondos
buitre y de Florentino Pérez).
La prestación del servicio estaba basada
en conseguir el máximo beneficio mediante el recorte de medios, de
personal y la precarización de la atención. En este momento no pudieron
frenar la tragedia. Y hubo hospitales que dieron orden para no ingresar
pacientes de los geriátricos afectados por el Covid.
En Galicia fallecieron en las residencias 271 personas y hubo también
cuidadores afectados. Eso significa el 45% del total de muertos en
Galicia. De no ser por esta altísima afectación de las instituciones
geriátricas, el número de defunciones por el coronavirus sería poco más
de trescientos, lo que significaría un impacto mucho menor de laCovid-19
en nuestra comunidad. Las políticas aplicadas en los años anteriores
tienen mucho que ver con la precariedad actual de las residencias.
Núñez Feijóo favoreció la privatización de las
residencias y la Xunta hizo una total dejación de funciones en el
control de la calidad de la atención prestada (Consello de Contas de
Galicia). La mayoría de los fallecidos estaban en residencias privadas,
sobre todo en las gestionadas por DomusVi y por la Fundación San Rosendo. DomusVi
es la mayor red privada de residencias de mayores de España; su CEO es
Josefina Fernández, persona próxima al PP que a finales de 2019 recibió
el premio Galicia Global de manos del conselleiro de Economía.
La
Fundación San Rosendo está presidida por Benigno Moure, un cura –amigo
de Fraga y distinguido con una medalla Castelao- que fue condenado en
2008 a cinco años de cárcel por robar 600 mil euros a una mujer
demenciada; a pesar de la sentencia judicial firme el PP presionó para
que Moure no tuviese que ingresar en prisión, y llegaron a convocar una
manifestación en 2011. En esas manos está la atención de nuestros
mayores.
Así pues, los recortes y privatizaciones realizados en la última
década en sanidad, y la entrega de las residencias de ancianos a manos
privadas y amigas, son los antecedentes necesarios para que esta
epidemia provocara una mortalidad tan elevada en esos entornos.
Las políticas de recortes y "austeridad" fueron impuestas por el PP
desde el gobierno central, y aplicadas aquí por Núñez Feijóo de manera
implacable. Ahora quiere aparecer, en este momento preelectoral, como el
héroe que frenó la pandemia. Pero sus actuaciones previas contribuyeron
más bien a lo contrario. Las familias afectadas ya acudieron al
juzgado. A ver si la justicia no tarda en actuar." (Pablo Vaamonde, Nueva Tribuna.es, 27/05/20)
No hay comentarios:
Publicar un comentario