"Un ex ministro que se crecía cuando enhebraba un discurso político y se
desconcertaba cuando se enfrentaba a interrogatorios concretos. No
recordó cuando le dijeron que se había decidido alejar el barco, ni
quien se lo dijo. Nunca dio instrucciones concretas y, por supuesto, el
nunca pronunció famosa frase “que lo lleven al quinto pino”.
Tampoco
logró hacer memoria de a qué expertos se les consultó para tomar esa
decisión, y ni siquiera se acordó haber hablado con el entonces delegado
del Gobierno Arsenio Fernández de Mesa, o con el alcalde de A Coruña,
Francisco Vázquez. Ni falta que le hacía, porque el ex ministro mostró
una confianza absoluta en el funcionamiento de los cauces
institucionales y en la capacidad de resolución de los organismos.
Y
cuando los abogados cuestionaban ese funcionamiento o esa capacidad,
Álvarez-Cascos sacaba de su chistera de antiguo hombre de estado su
último argumento: él defendía los intereses generales de España, el
interés público, frentes a los intereses mercantiles de una empresa
privada que solo piensa en su beneficio." (El País, 22/01/2013)
"El exministro de Fomento Francisco Álvarez-Cascos
ha declarado esta mañana como testigo en el juicio que se desarrolla en
A Coruña. Ha respaldado como “correctas y adecuadas” todas las medidas adoptadas
por la autoridad maritima en aquel momento, su director general de
Marina Mercante y hoy en el banquillo de acusados, José Luis López Sors.
Sentado a su lado esta mañana ante el tribunal, Álvarez-Cascos
defendió a su subordinado de entonces que asumió toda la responsabilidad
de la gestión del desastre que tiñó de fuel 1.600 kilómetros de costas en Galicia, el Cantábrico y una parte atlántica de Francia.
Cascos ha criticado sin ambigüedad que Sors esté imputado: “No me
imagino al director general de bomberos de Nueva York sentado ante un
tribunal inculpado por no haber podido evitar el derrumbamiento de las
Torres Gemelas”, ha censurado el exministro. En el mismo sentido, ha
advertido que “las mojaduras no son por culpa de los paraguas, sino de
la lluvia”.
El exministro también ha insistido en criticar que se
pudiese considerar culpable de algo al Estado español, a la vez acusado y
demandante en el juicio de esta catástrofe. “Hubo un conflicto de
intereses entre quien defiende el interés general y los que sólo tienen
ánimo de lucro desmedido”, dijo en referencia al entramado empresarial
del viejo petrolero al que acusó de buscar “el máximo beneficio
económico” para transportar fuel “del más contaminante” en un buque que
debía estar condenado “a la chatarra”.
No obstante, las contradicciones entre el testimonio de
Álvarez-Cascos y la declaración de López-Sors son grandes: una y otra
vez a las preguntas de los abogados -la fiscalía ha eludido
interrogarlo-, el exresponsable de Fomento ha repetido incansable la
misma respuesta: se cumplió el Plan Nacional de Contingencias y “todas
las decisiones se tomaron con arreglo a los datos disponibles y el
criterio de los tecnicos y los expertos”.
Cascos no se ha apeado de este
planteamiento a pesar de que varios letrados le han recordado que el
exdirector de Marina Mercante y los subordinados a su cargo admitieron
ante el tribunal que no habían aplicado, por falta de tiempo, ese plan
nacional ni recurrieron al asesoramiento de expertos como exige la norma." (El País, 22/01/2013)
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