7/3/13

¿Algo se mueve en Galicia?

"Según como miremos esta situación o no ha cambiado nada fundamental o sí. Si atendemos a las capacidades legislativa y ejecutiva, todo sigue igual, pues el PP incluso ha fortalecido su anterior mayoría absoluta y puede hacer y deshacer a su antojo en leyes y gobierno. Y desde luego está haciendo y deshaciendo, más lo segundo que lo primero. 

Pero si comparamos el mapa político gallego anterior a las elecciones con el posterior las cosas son bastante distintas. Y si a esa comparación añadimos la observación de lo que ocurre en la calle, podemos concluir que algo, y no un algo epidérmico, se está moviendo en Galicia.

 Movimiento que confirman recientes encuestas, según las cuales, si hoy se celebrasen elecciones en Galicia, el PP perdería la mayoría absoluta, AGE le disputaría el segundo puesto al PSdG, este se hundiría aún más, y el BNG mantendría mal que bien su actual posición.


Sin embargo, la consolidación de este movimiento "regenerador" de la democracia, la limpieza cívica y la justicia social en absoluto está garantizado. Todo depende, por un lado, de cómo evolucionen los parámetros económicos y, por otro y sobre todo, de cómo actúen las principales fuerzas políticas en competencia.

 La evolución previsible del primer factor juega a favor del movimiento transformador porque no es probable que la crisis revierta en grado suficiente y con suficiente rapidez para desactivar las causas objetivas del descontento social. Aunque toquemos fondo este año y empiece la recuperación, está será muy lenta. Quedan por delante bastantes años de penuria para la mayoría. (...)

En cuanto al segundo factor, la actuación de los partidos, no hay certezas. Supongamos, que es mucho suponer, que los grandes partidos se toman en serio el asunto de la corrupción y acaban reduciéndola a pequeñas anécdotas. Cegarían una de las fuentes de la indignación y el desapego hacia la política, pero sólo una. 

Si no lo hacen, peor para ellos a medio plazo. Pero quedaría en pie la naturaleza oligárquica de estos mediadores entre la ciudadanía y el ejercicio del poder. Para destruirla y sustituirla por otra que, propiciando de verdad la participación ciudadana y el control continuo de los representantes, reconciliase a todos con el sistema sería necesario que las actuales castas dominantes de esos partidos se suicidasen políticamente. Y esto sí que me resulta bastante impensable. (...)

En todo caso, en Galicia nada indica hoy (puede que mañana sí) que la tan proclamada y tan poco practicada "regeneración democrática" pueda venir de los socialistas. El PSdG sigue enredado en sus líos internos y cada vez peor.

 No parece fácil que sus sectores renovadores (que también los tiene) consigan en el próximo congreso acabar con las luchas individuales por el poder orgánico y con los reinos de taifas para reconstruir un proyecto nuevo que les permita levantar cabeza. Ojalá. Por su parte, el BNG no acaba de recuperarse del mazazo ni parece capaz de aprender de las duras lecciones que le está dando la realidad.

 Bajo la incombustible batuta de la dirección de la UPG está centrando la resolución de los problemas, del BNG y del país, en una apuesta soberanista, mimética de la catalana y la vasca, algo que a mí, con todo el respeto que me merece el derecho de autodeterminación, me parece, en las circunstancias actuales de Galicia, una errónea huida hacia adelante. (...)

Y nos queda AGE, la que de momento sintoniza mejor con la indignación de los muchos perjudicados, sacude conciencias y centra su discurso en lo que hoy preocupa a la mayoría de los gallegos. Pero tampoco lo tiene fácil para consolidarse como alternativa renovadora a medio y largo plazo.

 Para empezar ha de resolver, y sin demorarse más de la cuenta, la incompatibilidad de partida entre el independentismo muy presente en Anova y el federalismo de Esquerda Unida. Asunto aparcado hasta ahora gracias al común rechazo a los vicios del sistema y a la compatibilidad entre sus programas socioeconómicos. Pero esta elusión tiene fecha de caducidad, y corta.

 Máxime si tenemos en cuenta la presión soberanista procedente del BNG. En segundo lugar, debe huir de la tentación de pasarse en la dosis de los golpes de efecto, muy útiles al principio para satisfacer a tantos con ganas de "darles caña" al establishment y sus beneficiarios, pero insuficientes e incluso contraproducentes al cabo de cierto tiempo si no van acompañados de un trabajo político serio tanto en el Parlamento y demás instituciones como en el conjunto del tejido social, para lo cual hace falta además una masa crítica de militantes y cuadros medios con oficio y experiencia de la cual AGE de momento no anda muy sobrada.

 Por todo ello, podemos decir que hoy AGE está en los primeros tramos del camino que lleva de ser una esperanza creíble a ser una alternativa real.


Algo se mueve en Galicia. El tiempo dirá hacia donde y para qué."         ('Algo se mueve en Galicia', de  Justo Beramendi, en Sin Permiso, 03/03/2013)

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