Observése el apresto marinero... El presidente de la Xunta Nuñez Feijóo y el contrabandista Marcial
dorado, durante una excursión en un yate en la Ria de Vigo entre Baiona y
las Islas Cies, en 1995. (Fotogalería El País, 30)
"Fueron amigos durante unos años, y uno acabó al frente del Gobierno gallego y el otro en la cárcel por narcotráfico. El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, del PP,mantuvo
a mediados de los años noventa, mientras ocupaba altos cargos en los
Gobiernos gallego y central, una estrecha amistad con el histórico
contrabandista Marcial Dorado Baúlde.
Entonces Dorado ya era muy
conocido por sus actividades como uno de los jefes del contrabando de
tabaco en Galicia, y Feijóo ocupaba destacados puestos en la
Administración sanitaria, primero en la autonómica y luego en la
estatal. La relación incluyó invitaciones a Feijóo a la casa y al barco
de Dorado, además de viajes que realizaron juntos.
En aquella época el contrabandista había sido detenido dos veces: en
1983, en la primera gran redada contra el negocio ilegal del tabaco en
las Rías Baixas, y en 1990, por orden del juez Baltasar Garzón, dentro de la Operación Nécora,
aunque luego lo excarcelaron y no llegó a ir juicio. Años después de su
relación con Feijóo, Dorado fue arrestado por narcotráfico y ahora
mismo se encuentra en la cárcel cumpliendo una condena a 14 años.
EL PAÍS se reunió con Feijóo el pasado día 20. En esa reunión el
presidente de la Xunta pudo ver las fotos a las que había tenido acceso
este periódico y ofreció su versión de los hechos. EL PAÍS había
obtenido las fotos días antes, pero no contactó con el líder conservador
gallego hasta que comprobó la veracidad de las mismas.
Feijóo y el
contrabandista se conocieron a través del que fuera durante años
testaferro de este último en sus múltiples negocios, Manuel Cruz López
—luego fallecido en accidente de tráfico—, militante del PP en Ferrol y
chófer oficial de consejeros de la Xunta como José Manuel Romay Becaria, principal impulsor de la ascendente trayectoria de Feijóo como gestor en la Administración y de su meteórica carrera política hasta su nombramiento como sucesor de Manuel Fraga en 2004.
El contrabandista Marcial Dorado Baúlde (izquierda) y Alberto Núñez
Feijóo, en un barco del primero en el verano de 1995, entre Baiona y las
islas Cíes, en la ría de Vigo
Cuando conoció al contrabandista, Feijóo tenía 34 años, vivía en Santiago y era el número dos de la Consejería
de Sanidad que dirigía Romay. Su amistad con Dorado se mantuvo unos
meses después de la marcha del actual presidente gallego a Madrid,
reclutado por el propio Romay para dirigir el desaparecido Insalud.
El
entonces prometedor alto cargo empezó a acompañar a Cruz en sus asiduas
visitas a la espléndida mansión de Dorado en A Illa de Arousa
(Pontevedra), donde se celebraban comidas y reuniones a las que asistía
personal de confianza del contrabandista, incluso algunos mandos
uniformados.
La amistad entre el político y el contrabandista se fue estrechando.
Entre 1995 y 1998, Feijóo acudió durante los veranos a otra casa que
Dorado tenía en Baiona, cerca de Vigo. En estas escapadas no faltaba el
paseo a bordo del yate que el empresario tabaquero tenía
atracado en el Club Náutico de esta localidad turística.
En algunas de
esas excursiones participó también la que era entonces la pareja del que
llegaría a ser jefe del Gobierno gallego. La afición de Dorado por los
barcos de recreo llevó a Feijóo a pasear a bordo de uno de los yates
insignia del contrabandista, el Oratus, que tenía fondeado en
Ibiza.
Esta embarcación sería intervenida años después en una operación
contra el blanqueo de dinero, tras la detención de Dorado en relación
con un cargamento de seis toneladas de cocaína, en octubre de 2003.
Feijóo (sentado), Dorado y una amiga, en una lancha auxiliar del barco del contrabandista, en 1995
Feijóo también fue con Dorado a Portugal, donde este tenía negocios, y a Andorra.
El Principado era entonces uno de los destinos frecuentes de los
contrabandistas para evadir dinero. Personas próximas a Dorado, algunos
exsocios en la importación ilegal de tabaco, recuerdan a Feijóo como una
persona discreta pero muy integrado en las fiestas que organizaba su
anfitrión.
Era el amigo de Cruz, mano derecha del contrabandista, y
apenas conocían detalles de su vida profesional. La sorpresa vino años
después, cuando alcanzó la presidencia de la Xunta.
En aquella época, Dorado ya había amasado una de las más potentes
fortunas a la sombra del negocio tabaquero con varias sociedades
inmobiliarias y gasolineras. En Portugal se había introducido en el
mercado vinícola con una importante plantación mientras orientaba parte
de sus inversiones hacia Marruecos con la producción de aceite.
El presidente de la Xunta Nuñez Feijóo en el yate del contrabandista Marcial dorado en 1995
Feijóo explica que empezó a tratar a Dorado, en torno a 1995, a
través de Cruz, con quien había trabado amistad en la Xunta. Su
relación, asegura, se limitó al ámbito personal en reuniones en su
tiempo de ocio en las que participaban más amigos. Reconoce que estuvo
en su barco, en su casa y que al menos hizo un viaje con él, aunque
insiste en que siempre había más amigos presentes.
El presidente de la Xunta
niega tajantemente que tuviera cualquier tipo de lazo económico con
Dorado ni que estuviera al tanto de sus negocios ni que su relación con
él hubiese tenido la menor influencia en sus decisiones como cargo
público. Insiste en que también desconocía que Cruz participase en los
negocios del contrabandista.
Según el jefe del Gobierno gallego, en aquel momento confió en la
palabra de los amigos comunes, que le aseguraron que Dorado ya no se
dedicaba al contrabando de tabaco. Y resalta que, cuando se produjeron
los hechos, tampoco había ningún procedimiento judicial abierto contra
él.
Hacia 1997, en cuanto tuvo noticia de que la Audiencia Nacional
había abierto una investigación a Dorado por una supuesta operación de
contrabando, el presidente gallego afirma que cortó toda la relación con
él y que desde entonces ni se han vuelto a ver ni han hablado nunca.
En conversación con EL PAÍS, Feijóo señala que en 2004 tuvo
conocimiento de que fotografías suyas con Dorado habían sido requisadas
durante un registro policial en el domicilio de este. Más tarde, durante
la campaña de las elecciones autonómicas de 2009 —en las que alcanzó la presidencia de la Xunta—, asegura que dirigentes del PSOE
le amenazaron con difundir esas imágenes si el PP no bajaba el tono de
sus ataques.
El presidente gallego sostiene que transmitió a los
socialistas que no le importaba que se hicieran públicas porque entendía
que no le comprometían en nada ilegal. En esos mismos días, el PP hizo
circular una imagen del entonces vicepresidente de la Xunta, el
nacionalista Anxo Quintana, en el yate de un empresario que había
recibido contratos de la Xunta. Mariano Rajoy llegó a pedir la dimisión
de Quintana por esa foto.
El contrabandista Marcial Dorado, en 1996
Desde su implicación en la gran redada contra los tabaqueros
gallegos en 1983, Marcial Dorado, uno de los 94 procesados en este
macrosumario, es uno de los que más páginas de periódicos ha acaparado.
Aunque el asunto fue archivado por la Audiencia Nacional 15 años
después, Dorado Baúlde fue objeto de múltiples investigaciones del
Servicio de Vigilancia Aduanera (SVA) hasta el punto de que en 1998 la
dirección de Aduanas en Madrid ya había diseñado la operación para
detenerle bautizada como Cabeza de Vaca, en alusión al
conquistador español y su relación con la leyenda de El Dorado.
La
operación fue desactivada coincidiendo con la fulgurante destitución de
la entonces cúpula del SVA. De los históricos del contrabando de tabaco
en Galicia, Dorado era el único al que nunca se había podido implicar en
el tráfico de drogas.
Cuando su relación con Feijóo ya había concluido, Dorado acabó
condenado a tres años por sobornar a dos guardias civiles. En 2003 le
detuvieron por primera vez acusado de narcotráfico. Era el último de los
históricos en caer y el único que permanecía en pie viviendo de las
rentas de la importación de tabaco ilegal.
El presidente de la Xunta Alberto Nuñez Feijóo, en 1996
Dorado, que pronto cumplirá 63 años,
comenzó en el contrabando como jefe de una de las tres grandes
compañías que se formaron en la clandestinidad a finales de los años
setenta en la Ría de Arousa, denominadas ROS, Sito Carnicero y Marcial,
por los nombres de sus jefes.
Parte de su niñez la había pasado a bordo
del barco en el que su padre traía y llevaba pasajeros y víveres de la
isla de Arousa a tierra. Al igual que sus colegas, Dorado se refugió en
Portugal cuando se desató en las Rías Baixas la gran redada de diciembre
de 1983. Y fue uno de los que coincidieron en un lujoso hotel de la
localidad de Viana do Castelo, donde se alojaban los fugitivos
contrabandistas, con el entonces presidente de la Xunta Gerardo
Fernández Albor (de Alianza Popular), cuando este asistía a un acto
oficial.
Albor accedió a entrevistarse con los fugados, que le pidieron que
intermediara para negociar su regreso a España. Meses después, Dorado y
el resto de los exiliados se entregaron voluntariamente en la
Audiencia Nacional, donde el caso se archivaría años más tarde porque
los delitos prescribieron antes de ser juzgados.
Durante esa época,
históricos contrabandistas gallegos como Vicente Otero Terito eran reconocidos militantes de Alianza Popular" (
Xosé Hermida /
Elisa Lois
Santiago de Compostela,
El País,30 MAR 2013 )
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