Instalaciones del astillero Barreras
"La euforia que generó el anuncio de la entrada de
Petróleos Mexicanos (Pemex) en el maltrecho astillero vigués Hijos de J.
Barreras pronto derivó en cautela, para convertirse ayer, tras la
confirmación de la empresa paraestatal mexicana, en un enredo de
incógnitas con una única certeza: el precio de saldo por el que Pemex
toma el 51% del capital del astillero, apenas 10 millones de euros, tras
las negociaciones pilotadas por el presidente de la Xunta, Alberto
Núñez Feijóo.
La desesperada situación del símbolo de la otrora pujante
construcción naval gallega ha facilitado no solo la operación, sino el
aplauso de unos trabajadores que llevan dos años casi sin carga de
trabajo.
El contrato es fruto de las gestiones
iniciadas por Feijóo en plena precampaña de las autonómicas de 2012,
cuando en un acto retransmitido en directo por la televisión autonómica
firmó un protocolo con los dirigentes de Pemex para la construcción en
astilleros gallegos de 14 remolcadores y dos hoteles flotantes para los
trabajadores de plataformas petrolíferas, denominados floteles.
Ese
supuesto acuerdo fue uno de los principales asuntos en el que centró el
PP la campaña de las elecciones de octubre pasado, pero de los
remolcadores no ha vuelto a saberse nada, mientras que la construcción
de los floteles se ha venido demorando en medio de un galimatías de
desmentidos y rectificaciones de la compañía petrolera.
El comunicado en
el que Pemex anunció su entrada en el capital de Barreras nada dice de
los floteles, pero confirma la escasa valoración de una empresa
considerada estratégica para el sector naval de Galicia.
Los 10 millones de euros que permitirán tomar el control de Barreras no
los aportará únicamente Petróleos Mexicanos, sino que forman parte de
un confuso grupo en el que participa el actual presidente, el empresario
vigués José García Costas, actual propietario del 20% de la factoría
naval, que se garantiza prolongar su mandato durante los próximos seis
años.
De acuerdo con los anuncios realizados por la Xunta en su día, el
presupuesto de cada flotel ronda los 180 millones de euros, por lo que
Pemex se hará con el control del astillero gallego por apenas un 5% del
valor de uno de esos buques.
Pero la agónica
situación que atraviesa la compañía gallega, inmersa en un proceso
concursal e incapaz de lograr los avales que Pemex le exigía para
construir en Vigo, ha puesto sordina al traslado de su centro de
decisión a México.
Frente a la batalla emprendida por el Gobierno de
Feijóo para evitar que las cajas de ahorros o Pescanova se alejen de la
órbita gallega, el propio presidente de la Xunta ha negociado la venta a
una compañía estatal mexicana de una empresa emblemática fundada en
1892 y que llegó a contar con 1.800 trabajadores." (eldiario.es, 02/05/2013)
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