"Un banco de Venezuela acaba de comprar Novagaliciabanco por 1.003
millones de euros, después de que la entidad hubiese sido saneada con
9.000 millones de dinero público, que ahora pagaremos entre todos…
Pongamos que para ayudar a un amigo a salvar su vivienda de un
desahucio le deja usted 200.000 euros. Pero hete aquí que una vez
rescatado el piso, el bueno de su amigo le explica de buenos modos y
entre agradecimientos que en realidad no tiene pensado devolverle el
dinero. Así de claro.
Y además aparece un tercero que acaba comprando
la vivienda por 2.000 euros. Después de tamaño despropósito, no le
costará nada imaginarse la cara de perfecto memo que se le acabaría
poniendo usted.
Pues esa misma es la cara que más abunda hoy en Galicia tras ver como
un banco de la república bolivariana de Venezuela acaba de comprar
Novagaliciabanco por 1.003 millones de euros después de que la entidad
hubiese sido saneada con 9.000 millones de dinero público, que ahora
pagaremos entre todos… menos los venezolanos.
Tras esta operación cobran sentido algunas frases escuchadas
recientemente, como la del bisnieto de Forbes durante la presentación de
la cabecera que lleva su apellido en España: “Es un buen momento para
hacer negocios en España”. O dos de las últimas sentencias de Botín:
“Todo el mundo tiene interés en invertir en España”, “llega dinero de
todas partes”.
Y tanto que llega, pero para llevarse el nuestro a precio de saldo. Los duros a peseta que decía la abuela.
Lo asombroso es que estamos tan escarallados (versión gallega del
jodidos de toda la vida), que además lo celebramos por todo lo alto,
espoleados por el gobierno gallego y su implacable batallón mediático.
Ahora intentarán convencernos de que los venezolanos vienen a Galicia a
darnos la banca que merecemos y necesitamos, según declaró ayer mismo
Escotet, fundador de banco comprador (Banesco), obviando que en el mejor
de los casos nos van a dar la banca que le acabamos de malregalar.
En Galicia, en paralelo, el presidente y su coro mediático han
pasado a la acción. Hastiados de encadenar derrotas sin que llegue nunca
la victoria final, han decidido dejar de esperar por esa victoria que
nunca llega y empezar a celebrar las derrotas, que de momento son lo
único que hay.
Que vienen los mexicanos y compran los astilleros gallegos para
llevarse su tecnología a México, pues los celebramos. Que los
venezolanos compran los restos de las cajas, aquellas que decidió
fusionar el presidente de la Xunta para obtener una megacaja gallega y
solvente, pues lo celebramos todavía más.
Que llueve un líquido acuoso,
transparente y amarillento de olor sui géneris, pues lo mismo: hacemos
otra fiesta. Que el paro se desboca, que Citroën hace un Ere, que
37.000 abandonan Galicia en un año, que los gallegos y gallegas se
empobrecen, que la sanidad se deteriora… pues lo festejamos como si todo
fuese del revés.
Y mientras tanto, para tranquilidad de todos, la Xunta nos informa de
que Alberto Núñez Feijoo quiere contribuir al futuro “venturoso” de
Cuba, como anunció en su reciente viaje a la isla. De Cuba, de México,
de Venezuela y de todos los países que reciben a los 100 gallegos y
gallegas, jóvenes formados la mayoría, que cada día abandonan Galicia.
En fin, por Galicia escarallados pero celebrándolo.
Xosé R. Carballo es periodista." (El Plural, 19/12/2013)
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