Parcela en la que están los terrenos que eran de los vecinos de Culleredo / gabriel tizón
"El constructor coruñés Antonio Gómez Landeira pasaba apuros
económicos en enero de 2009 cuando el expresidente de la Confederación
de Empresarios de Galicia Antonio Fontenla acudió en su ayuda. Landeira
necesitaba dinero y tenía a una veintena de familias del municipio limítrofe de Culleredo pisándole los talones
para reclamarle unas fincas que le habían permutado por unos pisos que
nunca recibieron.
Fontenla le concedió entonces al promotor un
controvertido crédito: le prestó un millón de euros con la condición de
que se lo devolviera en solo seis meses, pero no le reclamó
documentación que acreditase su solvencia y solo confió en la palabra de
un colaborador que le dijo que Landeira era “una persona próspera”.
Como transcurrido ese tiempo ni el millón ni el 1% de intereses
volvieron a su bolsillo, se efectuó un embargo y Fontenla pasó a ser el
propietario del terreno cuyo pago reclamaban los vecinos a Landeira y
que había sido utilizado como garantía.
Ahora ambos constructores se han
asociado para urbanizar la parcela —han presentado juntos un estudio de
detalle en el Ayuntamiento de Culleredo— y los afectados se han quedado
sin sus propiedades y sin indemnización.
El titular del Juzgado de Instrucción número 6 de A Coruña investiga
si, como sostienen varios vecinos que perdieron sus terrenos, el
crédito de Fontenla fue parte de una maniobra de Gómez Landeira, que
declaró el pasado 11 de octubre como imputado por estafa. (...)
Los querellantes sostienen que la empresa a través de la cual
Fontenla prestó los fondos a Landeira (Aparcamientos Monelos, SL)
también estaba entonces “en quiebra técnica”.
Landeira se hizo en 1999 con las fincas de Culleredo, una de las
localidades del área de A Coruña en la que más caja hicieron los
empresarios del ladrillo, gracias a una permuta bendecida por el
Ayuntamiento. El acuerdo con las familias propietarias consistía en que
estas entregaban el suelo a Landeira a cambio de recibir algunos de los
pisos que allí se levantarían.
El pacto privado se firmó en una notaría
en presencia del alcalde de Culleredo, el socialista Julio Sacristán,
quien, según los vecinos que han acudido a los tribunales, le dio
“fiabilidad” a la operación. Sin embargo, ese día los residentes en
Culleredo suscribieron sin ser advertidos un contrato carente de
garantías, en el que no se incluía ninguna compensación por las tierras
en caso de que las viviendas no se ejecutasen, como finalmente ocurrió.
Landeira nunca construyó en el solar permutado con los vecinos, según
explicó al juez, porque el Ayuntamiento había pactado darle más
edificabilidad a la parcela en un nuevo plan urbanístico que casi 15
años después aún no ha sido aprobado. Una sentencia civil de 2011
reconoció el derecho de los vecinos que demandaron a ser indemnizados
por Landeira con un total de 445.000 euros, una cantidad equivalente al
precio de los pisos prometidos, pero que, según alegó el propio
constructor en el juzgado, “no ha podido pagar”.
Landeira actuó en este
caso a través de la empresa Promociones Naiguata, aunque está vinculado a
otras diez sociedades, entre ellas una sicav (Moriche Inversiones) que,
según datos del Registro Mercantil, declaró en 2011 un patrimonio de
2,3 millones de euros.
Fue al preparar la demanda civil cuando los vecinos que han
presentado ahora la querella por estafa descubrieron que las fincas que
permutaron a cambio de unos pisos nunca recibidos ya no eran de Landeira
y que Fontenla se había quedado con ellas gracias al controvertido
préstamo.
Según los querellantes, la maniobra fue un “engaño” orquestado
por el administrador de Promociones Naiguata “para adueñarse sin
prestación legítima alguna de sus propiedades”, ya que, según explica su
abogado, aunque ahora se urbanice el solar sus clientes no recibirán
los pisos porque la sentencia civil ya fijó una indemnización, esa que
el acusado dice no poder pagar.
Este periódico no ha logrado contactar
con Landeira porque el único número de teléfono que consta de
Promociones Naiguata es el de una asesoría. (...)
A finales de la década de los noventa, la burbuja inmobiliaria
empezaba a ganar aire en la comarca de A Coruña.
Mientras en la capital
provincial se asfaltaban nuevos barrios como el de Los Rosales, en el
municipio limítrofe de Culleredo el Ayuntamiento y los constructores
buscaban rincones donde floreciera el negocio. Corría el año 1998 y,
frente a la iglesia de Vilaboa, los propietarios de un conjunto de
antiguas viviendas de dos plantas que ocupaban una parcela de más de
8.000 metros cuadrados decidieron firmar un convenio con el gobierno
local del socialista Julio Sacristán para aumentar su edificabilidad en
el próximo plan urbanístico.
Solo un año después, la empresa Promociones
Naiguata suscribía otro acuerdo con ellos para permutarles el solar a
cambio de algunos de los pisos que allí levantaría.
Las viejas casas de Vilaboa fueron derruidas y los residentes que
vivían en ellas se mudaron a un piso de alquiler en espera de sus nuevas
viviendas. Sin embargo, Naiguata, administrada por el constructor Gómez
Landeira, nunca urbanizó, entre otras cosas porque el plan urbanístico
no llegó y porque la Lei do Solo de 2002 prohibió la edificabilidad
pactada con el Ayuntamiento.
Fuentes oficiales del gobierno local restan
importancia al conflicto judicial con los vecinos que se han querellado
contra Landeira por estafa —aseguran que varios de ellos se han
descolgado de la denuncia— y afirman que están en contacto permanente
con el promotor, al que no cuestionan.
Sobre la presencia del alcalde en
la firma de los contratos de permuta entre el constructor y las
familias que no recogían garantías para estas últimas, el portavoz del
Ayuntamiento de Culleredo explica que transcurrido tanto tiempo el
regidor no recuerda aquel día y sugieren que si estuvo allí pudo ser
porque tenía que resolver otros asuntos en la misma notaría." (El País, 27/10/2013)
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