"Policías locales de Ferrol que han prestado declaración ante la juez
del caso Pokémon, Pilar de Lara, admiten irregularidades y un
controvertido trato a uno de los testigos clave de la investigación,
que, con su brazo y su pierna escayolados, fue detenido y esposado el
pasado 30 de octubre en Ferrol por causas que los agentes no han sabido
justificar, según revelan fuentes jurídicas.
El testimonio de Antonio
Pérez Cribeiro, extrabajador del Aquarium Finisterrae, es fundamental
para las imputaciones que pesan sobre miembros del gobierno local de A
Coruña que preside el popular Carlos Negreira, y De Lara quiere aclarar
si alguien ha pretendido amedrentarlo.
Hoy está previsto que comparezca
ante la magistrada el actual jefe de la Policía Local de Ferrol, Emilio
Martínez Rodríguez, que hasta hace solo un año era inspector principal
del cuerpo municipal coruñés.
La juez, titular del juzgado número 1 de Lugo e instructora de la
Operación Pokémon, ha interrogado hasta el momento a ocho agentes: los
seis que intervinieron en la oscura detención de Pérez Cribeiro, el
administrador de la cuenta de Twitter de la Policía Local de Ferrol en
la que se aireó el arresto, y el funcionario que atiende la centralita
del 092 en esa ciudad.
Según relatan fuentes conocedoras de su
declaración, los agentes sostienen que detuvieron a Pérez Cribeiro “a
efectos de identificación” y, aunque reconocen que el DNI del afectado
estaba en su mochila, alegan que no lo vieron ni siquiera cuando
vaciaron la bolsa en comisaría. Ellos mismos admiten que no suelen
arrestar a nadie solo para identificarlo y que no le leyeron sus
derechos, entre ellos el de llamar a un abogado.
Seis funcionarios municipales participaron en la operación y, pese a
que todos declaran que el testigo de la Pokémon no cometió delito alguno
ni se mostró agresivo o amenazante, Pérez Cribeiro fue introducido en
el coche policial en una postura poco apropiada para las lesiones que
padece y enviado a comisaría.
Entre los motivos que les llevaron a
actuar así, los agentes apuntaron ante la juez lo sospechoso que les
pareció que el hombre “quisiera ir a Freixeiro [un barrio de Narón],
porque allí no hay nada más que una parada de autobús”; que “llevase
tantos aparatos electrónicos”, en alusión a dos móviles, una tableta y
una agenda electrónica; o que se encontrase medicación en su mochila,
porque “podía estar empastillado”, señalan a este periódico fuentes del
caso.
Alguno de los policías llegó a tildar la actuación como “una
chapuza”. “Probablemente no estábamos muy lúcidos ese día”, afirmó ante
la magistrada otro miembro del cuerpo municipal. Las cámaras de
seguridad recogieron incluso cómo uno de los policías empujó al detenido
en la puerta del cuartelillo. El autor del golpe arguye que le “ayudó” a
entrar porque estaba escayolado.
Los hechos se produjeron el pasado jueves 30 de octubre en el cruce
entre la carretera de Castilla y la calle Euskadi, en el barrio
ferrolano de Recimil, en presencia de varios viandantes y clientes de
una cafetería. Los agentes acudieron allí tras ser alertados por la
policía nacional, que recibió una llamada en la que una persona
aseguraba que un hombre escayolado estaba parando el tráfico.
Pese a que
al llegar los policías locales vieron a Pérez Cribeiro en la acera
hablando tranquilamente con una niña, procedieron a su detención. Ellos
aseguran que volvieron a comunicar con la sala del 092 para verificar la
información, pero esas llamadas no constan en ningún sitio. Dos de los
agentes alegan que el aparato de grabación está estropeado desde junio.
Tras su paso por la comisaría, Pérez Cribeiro, que denunció en su día
ser víctima de acoso laboral por oponerse a una adjudicación a Vendex
—una de las empresas investigadas por sobornar a cargos políticos—, tuvo
que ser llevado al centro de salud aquejado de fuertes dolores y ha
presentado un parte médico por el empeoramiento de sus lesiones tras la
polémica detención que sufrió en Ferrol.
Cuando aquel 30 de octubre los
agentes le dijeron que podía irse de comisaría, el testigo de la Pokémon
intentó interponer una denuncia por el trato recibido. Una cámara de
seguridad grabó a un policía diciéndole: “Lárgate de aquí”. (
Sonia Vizoso
, El País, Santiago de Compostela
18 NOV 2014)
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