"Ninguno de los parques de bomberos de las siete ciudades de Galicia
cumple con las recomendaciones sobre el número de personas que deben
prestar servicio y que establece un mínimo de efectivos en función de la
población.
Ni cumplen ahora ni cumplían antes de que las restricciones
legislativas impuestas por el Gobierno central en la contratación de
personal público frenasen la reposición de las vacantes acumuladas tras
las sucesivas jubilaciones.
Desde mediados de los años 80, la UE y la
Dirección General de Protección Civil y Emergencias han determinado,
mediante declaraciones parlamentarias y publicaciones oficiales, una
ratio ideal de un bombero por cada 1.000 habitantes que ningún
Ayuntamiento alcanza.
Vigo tiene actualmente 119 bomberos en activo; A Coruña, 100;
Ourense, 55; Lugo, 44; Santiago, 57; Pontevedra, 38 y Ferrol 53, según
los datos facilitados por los siete gobiernos locales y que, en casos
como A Coruña o Santiago, los trabajadores rebajan. A pesar de que la
mayoría de municipios anuncia la próxima cobertura de algunas de las
plazas perdidas durante el último lustro, todos los equipos están lejos
de la recomendación según la cual Vigo debería contar con 295 bomberos, A
Coruña, 244; Ourense, 107; Lugo, 98; Santiago de Compostela, 95;
Pontevedra, 83 y Ferrol, 70.
Esta última es la que mantiene una
plantilla más próxima a las directrices de la UE con 0,7 bomberos por
habitante, mientras que Vigo y A Coruña, las dos mayores urbes gallegas,
son las que peor resisten el análisis al rebajar sus efectivos hasta un
escaso 0,4 por residente.
Además de la falta de personal, la edad media ha escalado hasta
situarse en torno a los 50 años en unos servicios públicos que antes de
la entrada en vigor de los recortes de personal por la coyuntura
económica, ya mantenían poco personal aunque más joven. A excepción de
Pontevedra y Ferrol, que han aumentado o mantenido las cifras, desde
2008 todas las ciudades han aplicado la tijera.
El presidente de la Plataforma de Bomberos Públicos de Galicia resume
la situación con una frase lacónica: “Somos pocos y viejos”. Miguel
González Ucles asegura que siguen “dimensionados igual que hace 100 años
a pesar de los evidentes cambios que se han producido en la sociedad”.
Y
advierte que, de seguir en la situación presente, durante la próxima
década “un 60 % de la plantilla va a estar en una edad de jubilación lo
que impedirá un relevo coherente ya que no se producirá una transmisión
generacional adecuada”. Los bomberos gallegos, insiste, concentran
“todos los males de la profesión con plantillas privadas en los parques
comarcales y esa vejez crónica que afecta a los parques de las
ciudades”.
“Para mantener el servicio son necesarios unos mínimos en función de
la actividad prestada y nunca se ha analizado en detalle. Solo se ha
hecho algo parecido en Vigo y al final cada ciudad se organiza en
función de la gente que hay y no puede ser”, asevera. El colectivo ha
convocado una manifestación en Santiago el próximo viernes para reclamar
una armonización normativa a través de una ley marco, así como la
desaparición de injerencias políticas en unos servicios que, según
denuncian, se encaminan hacia la privatización.
La plataforma quiere
evidenciar con esa gran protesta unitaria, convocada en plena campaña
electoral, que están “hartos” de los responsables políticos que están
"experimentando" con los servicios públicos de extinción en búsqueda de
una “supuesta rentabilidad” que, defiende, “no encontrarán nunca”. Y es
que, por ejemplo, en los parques comarcales de gestión privada se
estipuló un mínimo de tres efectivos por actuación, mientras que esa
cifra crece hasta los siete bomberos por salida en los públicos." (
Pablo Taboada
, El País, Ourense
8 MAY 2015)
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