La empresa de transformación de pescado Fandicosta, situada en el témino de Moaña, en la ría de Vigo, después del incendio. (EFE)
"El lunes, una enorme columna de humo se apoderó de la ría de Vigo. Ardía Fandicosta, un gigante del procesado de productos de pesca, con tanta virulencia que el incendio obligó a cerrar al tráfico el puente de Rande,
que une los dos márgenes de la ría.
Solo horas después de sofocadas las
llamas, se supo de la descoordinación entre las autoridades implicadas,
que dificultó las labores de extinción y pudo provocar una catástrofe,
ante el riesgo de explosión de dos depósitos con 10.000 litros de amoniaco.
La factoría de Fandiscosta está ubicada en el Ayuntamiento de Moaña, pero a escasos 10 minutos del mayor parque de bomberos de Vigo.
De ahí que, alertados por la aparatosidad del incendio, los agentes que
estaban de guardia solicitaran permiso para intervenir.
Pero el servicio 112, de la Axencia Galega de Emerxencias, se lo denegó,
con el argumento de que había otros parques comarcales desplazados
hasta la zona. A la vista de las dimensiones que iba cobrando el
siniestro, el jefe del servicio de Vigo decidió desoír las instrucciones
que le llegaban desde la Xunta y ordenó a los bomberos de Vigo que saliesen hacia la zona.
El
112 denegó hasta en tres ocasiones el permiso a los bomberos vigueses
para desplazarse a Moaña y colaborar en la extinción del fuego. Cuando
llegaron a la zona sin el permiso correspondiente, se encontraron con
que tan solo cuatro bomberos hacían frente al pavoroso incendio,
con el apoyo de otro con un camión nodriza desplazado desde Porriño.
La
oferta de Vigo no fue la única que rechazó la Xunta, que tampoco aceptó
el primer apoyo que le ofreció el parque municipal de Pontevedra, según
denunciaron representantes de la Plataforma de Bomberos Públicos de Galicia.
La petición de medios por parte de quienes actuaban en el siniestro
era desesperada. “Solo se lo voy a decir una vez: avise a sus jefes de
inmediato y mande para aquí a todos los efectivos de los que disponga,
también los remolcadores para que ataquen el fuego desde el agua.
Hay dos depósitos con 10.000 litros de amoniaco y si llega el fuego, va a explotar todo”.
Con esta tajante advertencia solicitaba mayor apoyo a la Axencia Galega
de Emerxencias el bombero que estaba al mando del dispositivo antes de
la llegada de los de Vigo. Pero desde el organismo de la Xunta contestaron que no era necesario, ya que había otros bomberos desplazados a la zona.
"Decían que no éramos necesarios"
“Desde
Santiago indicaron varias veces que no saliésemos para atender ese
incendio y decían que no éramos necesarios, que ya habían avisado a
otros parques”, denuncian los bomberos de Vigo, que veían mientras tanto
con sus propios ojos cómo, al otro lado de la ría, el incendio de Fandicosta alcanzaba unas dimensiones peligrosas.
Por eso consultaron con las autoridades municipales y decidieron
saltarse la prohibición que les llegaba desde el 112. En Emerxencias
esta decisión provocó indignación. “¿Quién ha dado esa orden? Vuelvan,
ya están movilizados otros parques”, señalaron desde el departamento,
ubicado en Santiago, a más de 80 kilómetros de distancia. Pero ya no
había marcha atrás, y los bomberos de Vigo habían tomado el mando de las operaciones. Fue solo a partir de ese momento cuando se comenzó a controlar la situación. (...)
Las denuncias de descoordinación se conocieron cuando el fuego ya había
sido sofocado. El bombero de Vigo y presidente de la Plataforma de
Bomberos Públicos de Galicia, Miguel González Uclés, que participó en el operativo, denunció las “graves deficiencias protocolarias”, que comparó con las que se vivieron en otros siniestros como el accidente de Angrois o el incendio de una nave de helados de Brión, en que también hubo críticas a la descoordinación.
“Fue un caos total”, lamenta Uclés. La movilización de medios en Fandicosta “fue inapropiada”, se dilataron los tiempos de respuesta “de manera innecesaria”
y hubo graves “carencias”, asegura. Como advierte Uclés, la dotación
humana y material de los parques municipales como el de Vigo es muy
superior a la de los consorcios que se movilizaron en el incendio de
Moaña, los de Morrazo, Porriño y Ribadumia.
Pero ¿por qué la Xunta preferiría que se movilizasen tres parques menores y más alejados, en vez del más numeroso y cercano de Vigo?
Para los bomberos de Vigo, la respuesta hay que buscarla en el
negocio.
Frente al modelo municipal del parque de Vigo y del resto de
ciudades gallegas (A Coruña, Santiago, Ourense, Pontevedra, Lugo y
Ferrol), el Gobierno gallego ha creado durante los últimos años un sistema gestionado por empresas privadas
que opera en las comarcas.
Al acudir a realizar una intervención en una
fábrica como la de Fandicosta, los consorcios privados como los de
Morrazo, Porriño o Ribadumia “pueden pasar la factura de los gastos a la
compañía de seguros”, sostiene el presidente de la plataforma de
bomberos.
"Es puro negocio. Es tanta la rapiña que esa
noche en esos parque no llamaron a agentes para realizar guardias, con
lo que quedaron totalmente desabastecidos para atender cualquier otra
emergencia”, añade.
No solo los parques comarcales de bomberos
están en manos privadas. Como se puso de manifiesto en el accidente de
Angrois en Santiago, las sucesivas privatizaciones han complicado la
gestión de las emergencias en Galicia. El propio servicio de
atención telefónica 112, primer punto de contacto entre la emergencia y
la ayuda, fue subcontratado a una empresa de publicidad telefónica,
Telemark.
Los parques de bomberos están en manos de tres
empresas: Veicar, que gestiona 12 de 23 parques, la mayoría en la
provincia de A Coruña; Matinsa, que administra parques privados de la
provincia de Pontevedra, y Natutecnia, que lleva tres en A Coruña y uno
en Lugo, pero que a través de varias asociaciones con otras empresas
tiene un papel destacado en la gestión global de emergencias." (Pablo López, El confidencial, 11/05/16)
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