Pablo Arangúena
"Él lo inició todo. El abogado coruñés Pablo Arangüena presentó en octubre de 2011 la denuncia con la que puso en conocimiento del juzgado las irregulares prejubilaciones millonarias de Novacaixagalicia.
El de instrucción número 2 de A Coruña
trasladó el caso a la Audiencia Nacional, que dictó sentencia cuatro
años más tarde y que acaba de ordenar la entrada en prisión de los cinco
ex-directivos de las antiguas cajas gallegas. Es, por tanto, el autor
de la primera denuncia que acaba con banqueros en prisión en España.
Con
todo, insiste en la debilidad de las condenas ante unos hechos "tan
graves" y carga contra la actuación de la clase política y de las
instituciones ante lo que se estaba produciendo en las entidades
financieras. Por eso, espera que la investigación continúe, en el ámbito
judicial y fuera de él, para depurar todas las responsabilidades,
también las políticas.
¿Qué sensación le queda a quien dio comienzo al proceso judicial al ver que los cinco ex-directivos acaban en la cárcel?
Mi sensación es moderadamente satisfactoria por su
entrada en prisión ante unos hechos que fueron tan graves, pero también
agridulce por la debilidad de las condenas. Creo que la Fiscalía tenía
que haber pedido penas más elevadas y que, incluso pidiendo estas penas
bajas, la Audiencia Nacional tenía que haber aplicado una condena más
elevada.
¿Cuál cree que es la razón de que ingresen en prisión a pesar de tener una pena de dos años?
La razón fundamental es el impago de las responsabilidades civiles,
junto con otros razonamientos que se dan en el propio auto de ingreso en
prisión. Con todo, lo que detecto es cierta mala conciencia tras
el tirón de orejas del Tribunal Supremo.
La Audiencia Nacional alude a
la "gravedad de los hechos" pero lo lógico es que se tuviese en cuenta
esa gravedad ya a la hora de aplicar una pena que tenía que ser más
elevada. La razón objetiva fundamental es que no ingresaron el dinero,
que por otra parte es una condición en este tipo de condenas.
¿Cree que con el ingreso en prisión también se está intentando ser ejemplarizante?
Sí, hay un intento de dar ejemplo. Insisto en que creo que hay mala
conciencia y una voluntad de subsanar por vía de ejecución de la
sentencia lo que fue una sentencia excesivamente leve, tal y como indicó
el propio Tribunal Supremo.
Usted decidió denunciar pero de no ser por su decisión, los ex-directivos no habrían sido ni condenados...
Desconozco por completo si, en el caso de no haber formulado esta
denuncia, habría habido una acción penitenciaria contra estos
ex-directivos. Me consta que hubo más gente que presentó denuncias y que
no prosperaron, pero yo no puedo hacer ciencia ficción. Es cierto que
las actuaciones judiciales se iniciaron a raíz de mi denuncia, pero no
sé qué habría pasado si yo no la hubiese presentado.
Lo que sí me llama
la atención es que yo esperé un tiempo más que prudencial a presentarla,
esperando a ver si había algún tipo de reacción por parte de algún
juzgado, de la Fiscalía o de alguna asociación o acusación popular; los
hechos ya estaban en la prensa. Esperé pero, como nadie movía ficha y
las cosas pasaban impunemente, decidí presentar la denuncia.
Usted
es un personaje público y conocido militante socialista. ¿Cree que el
comportamiento de los políticos respecto de las entidades financieras
cambiará para siempre? ¿Supone esta condena un antes y un después?
Dudo que el comportamiento de los políticos de este país vaya a cambiar
por una decisión judicial Tenemos los políticos que tenemos... No diré
que los que nos merecemos, pero son los que tenemos. Dudo que esto
introduzca algún cambio en la mentalidad de la clase política.
Lo que
hubo fue una connivencia en general de la política con la situación de
las cajas, y no sólo de las gallegas. Fue una actuación nada edificante
por parte de cargos políticos pero también por parte de todos los
actores sociales e institucionales que estaban presentes en los consejos
de administración.
¿Cree que
hay que continuar investigando fuera del ámbito judicial para determinar
más responsabilidades al margen de las penales?
Sí, porque hay responsabilidades políticas por depurar. Además, hay
muchas cosas que llaman la atención, como el hecho de que el presidente
de la Xunta de Galicia declarase que encontró las cajas quebradas cuando
llegó al Gobierno. Si eso era así, no se entiende cómo siguieron
vendiendo preferentes a diestro y siniestro. Por otra parte, a día de
hoy sigue a ser desconocido el informe de auditoría o lo que fuera que
se pagó con dinero público.
En mi opinión, sería escandaloso que se
hubiese pagado un informe con dinero público para avalar una fusión que
luego resultó una quiebra de la entidad que, en realidad, fue encubierta
porque nunca se declaró que fuese así. Los bancos nunca quiebran, sino
que son rescatados, pero aquí hubo 9.000 millones de euros que se fueron
por la alcantarilla. Nadie respondió a esto ni tuvo ningún tipo de
responsabilidad.
¿No hay responsablidad política?
Las responsablidades políticas están vírgenes, completamente vírgenes.
Por tanto, se debe seguir investigando, sin perjuicio de otras
actuaciones judiciales que sigan adelante a partir de las informaciones
que el FROB ha enviado a la Audiencia Nacional o de lo que haga la
Fiscalía.
Parece que ha habido poca reacción para lo que se ha hecho en las cajas...
Sí, muy poca. Lo que hubo fue opacidad y lo que se hizo fue tapar todo,
engañar a la gente y no asumir responsabilidades. Estos señores fueron
el mascarón de proa de determinadas situaciones que se produjeron en las
cajas, pero son sólo una parte de lo que se hizo mal. La respuesta del
sistema no fue en absoluto satisfactoria.
¿Y la respuesta de la sociedad?
La sociedad no es que tuviese una conducta encomiable. Yo soy abogado
de muchos preferentistas y aprecio mucho lo que hicieron: la resistencia
social, el ruido, la presión... Pero no hay que olvidar que se
manifestaron y se movilizaron porque les tocaron el bolsillo. El
problema es que por el resto del bolsillo, que fue todo ese dinero que
era de todos, la sociedad no se ha movilizado igual.
Cuando el dinero
es público -vía rescate, vía deuda pública o despilfarro de cualquier
tipo- no hay apenas reacción social, que sí la hay cuando tocan el
dinero particular. La sociedad consintió antes y después. La labor de
las instituciones fue penosa, pero la de la sociedad civil tampoco fue
la que tendría que haber sido." (Miguel Pardo
, eldiario.es, 19/01/2017
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