1/2/17

El refugio futbolístico de Rafael Louzán, tres veces imputado... debe reincorporarse a su plaza como conserje de un polideportivo de su Ribadumia natal para no perderla

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Una tras otra, las imputaciones se suceden en la persona de Rafael Louzán, presidente durante 12 años de la Diputación de Pontevedra, largo tiempo presidente también del PP provincial y, desde diciembre de 2014, máximo responsable de la Federación Gallega de Fútbol

La última tiene que ver con un supuesto delito continuado de cohecho, que se sustanciaría a través del alquiler de unos bajos de su propiedad a un exdiputado provincial de su partido, Severino Reguera, a un precio muy superior al de mercado. 

El reciente auto de apertura del juicio oral por esta causa ha provocado que el exbarón provincial pida la baja temporal en el partido, pero no su cese como asesor del PP en la institución provincial y, mucho menos, su dimisión como presidente federativo.

La renuncia al cargo de asesor obligaría a Louzán a reincorporarse a su plaza como conserje de un polideportivo de su Ribadumia natal (Pontevedra) para no perderla. Fue allí, como bedel y de la mano del entonces alcalde Nené Barral, como Louzán entró en política

 Barral, defraudador a Hacienda confeso e imputado por contrabando, creó la plaza, la misma que ahora su ahijado político trata de amarrar, antes de promoverle como concejal, teniente de alcalde y número dos de una Diputación que no tardaría en presidir.

Pocas horas después de conocer su imputación en el caso Reguera, Louzán convocó a los medios y anunció su renuncia temporal al PP. “Es un asunto que surge de una denuncia anónima pero no hay nada de nada. 

 Es una persecución por mi cargo político”, lamentó el otrora barón provincial, una figura que asumió a imagen y semejanza de José Luis Baltar en Ourense o Francisco Cacharro en Lugo, provincias donde ambos se hicieron fuertes frente a la dirección gallega del PP mediante la acumulación de poder orgánico e institucional.

Louzán nunca alcanzó las cotas de independencia de la sede gallega del PP que disfrutaron Baltar y Cacharro, pero sí se benefició de la bendición primero de Fraga y después de Feijóo frente a las denuncias de la oposición durante sus tres sucesivos mandatos.  

Se le acusó de nepotismo y de enriquecimiento sospechoso. Circuló una lista de 40 funcionarios “enchufados” por él, y hasta la empresa que fundó su chófer se puso bajo la lupa, con adjudicaciones millonarias que la convirtieron en una contratista privilegiada de la Diputación. Pero solo ahora que se ha refugiado en el fútbol las acusaciones se han convertido en causas judiciales.

Se lanzó Louzán a por la Federación Gallega en 2014, apenas un año antes de que el PP se quedara en minoría y perdiera la Diputación provincial de Pontevedra. Para entonces ya estaba en marcha, aunque de forma incipiente, uno de los tres grandes asuntos que dan trabajo a los abogados de Louzán, el caso Patos, por irregularidades en adjudicaciones de obras públicas y recepción de regalos.

 Pero ahí su responsabilidad se diluía en la extensa nómina de imputados. Medio centenar de personas están siendo investigadas por la supuesta recepción de regalos por parte del dueño de una constructora que se benefició de múltiples adjudicaciones públicas."                 (Pablo López Vigo, El Confidencial, 08/01/17)

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