"Un total de 11 imputados por el caso Campeón —de subvenciones irregulares a cambio de comisiones a cargos públicos de la Xunta— pactaron hace un mes con la Fiscalía una rebaja de condenas a cambio de reconocer sus delitos.
Pese a ello, el juicio al primer escándalo de corrupción de la era Feijóo empezó este martes en la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Lugo, porque uno de los acusados, el número 12, rechazó el trato.
El recuerdo de una operación que se desató en 2011 y que puso contra las cuerdas al entonces ministro de Fomento, José Blanco, y al portavoz del PP en el Senado, José Manuel Barreiro,
se reaviva durante una vista oral que se prolongará probablemente hasta
el jueves, y en la que se vuelve a poner encima de la mesa la concesión
de seis millones de euros a una empresa tapadera a través del Instituto Galego de Promoción Económica (Igape), el brazo inversor de la Xunta de Galicia.
El principal procesado de la trama es el empresario lucense Jorge Dorribo, que aceptó cinco años y 11 meses de prisión, la mayor condena, aunque no irá a la cárcel por haber permanecido cuatro años en prisión preventiva
y carecer de antecedentes penales.
En su declaración ante la Audiencia,
Dorribo reconoció este martes que cobró tres millones de euros del
Igape utilizando facturas falsas, pero aseguró desconocer la existencia
de una contabilidad B en su empresa Nupel, y justificó no haber
presentado la declaración de la renta en 2010 porque se encontraba en
prisión.
Dorribo solo respondió a las preguntas de la Fiscalía
para explicar que se ha quedado “sin nada”. “Me lo quitaron todo”,
lamentó durante el interrogatorio el empresario, que deberá devolver
seis millones de euros recibidos de forma fraudulenta. Su acuerdo con el
fiscal le evita hacer frente a una pena de hasta 19 años de prisión,
por delitos contra la Hacienda Pública, falsedad en documentación
mercantil, blanqueo de capitales e insolvencia punible.
Entre los acusados que pactaron con la Fiscalía se encuentran antiguos altos cargos de la Xunta de Alberto Núñez Feijóo
y del PP, cuyas penas se quedarán en menos de la mitad de lo que pedía
el Ministerio Público en su escrito de acusación.
Entre ellos se
encuentra Pablo Cobián, que en el momento de los hechos era diputado y concejal del Partido Popular,
y que aceptó ocho meses de prisión por un delito de tráfico de
influencias y dos años y tres meses de inhabilitación para el ejercicio
de cargo público. Deberá pagar una multa superior a los 45.000 euros.
También pactaron con el fiscal dos importantes dirigentes del Igape cuando se produjeron los hechos delictivos: su director, Joaquín Varela, y el subdirector de Información Especializada, Carlos Silva.
El pacto con la Fiscalía se ciñe a la imposición de multas de más de
2.000 euros para cada uno y un año de suspensión de empleo o cargo
público por un delito de negociaciones prohibidas a funcionarios.
El
fiscal retiró la acusación contra la exdirectora de Financiación del
Igape Cristina Quintela. Solo unos
meses después de que se desatara la Campeón, Carlos Silva fue destituido
del cargo de responsabilidad que aún mantenía en el Igape, dependiente
de la Consellería de Economía, tras conocerse las subvenciones por siete
millones de euros concedidas por este organismo a la empresa que fundó
la mujer de Silva con un antiguo colaborador de este.
Del acuerdo con la Fiscalía también se benifició el
socio de Dorribo en la empresa Laboratorios Asociados Nupel y segundo
mayor responsable del fraude, Arsenio Méndez,
cuya condena quedará en dos años de cárcel y tendrá que indemnizar al
Estado con dos millones de euros.
El responsable de Proitec, la agencia
consultora que ayudó a Jorge Dorribo a solicitar las subvenciones
simulando proyectos de inversión, Carlos Monjero,
aceptó una condena de 10 meses de prisión, mientras que el resto de los
empleados llegaron asimismo a acuerdos que se concretan en penas
inferiores a un año de cárcel.
El único acusado que rechazó el pacto con el fiscal fue el socio de Proitec Javier Rodríguez, quien pidió sin éxito la nulidad de la causa. “Es inocente, y por eso nos hemos arriesgado a venir a juicio”, declaró este martes su abogado, José Luis Fiza.
El fiscal del caso, Roberto Brezme,
valoró los acuerdos por el hecho de que “todas las personas que estaban
acusadas han obtenido la respuesta adecuada, en consonancia con la
reparación del daño causado”.
Así, cuando se alcanzó el pacto, explicó
que la Fiscalía había tratado de “condicionar cualquier tipo de informe
favorable de la suspensión o sustitución de las penas” solicitadas “al
esfuerzo de todos los acusados por reparar el daño causado”. Ello
implicó “consignaciones o ingresos de cantidades económicas relevantes
para dar respuesta a los intereses de la víctima”, en este caso el
Igape, ya que se trata de “fondos públicos sustraídos”.
El caso Campeón se desató en Lugo en mayo de 2011,
cuando la jueza Estela San José ordenó la detención de 15 personas
vinculadas en su mayoría a las empresas Nupel y Proitec
e intervino una tercera empresa en Outeiro de Rei.
En Santiago fueron
detenidos el director general y el subdirector de Información
Especializada del Igape, a quienes se atribuyó el “asesoramiento" a los
directivos de Nupel para montar una trama que les permitiese obtener
subvenciones.
La lista de imputados creció hasta cerca del centenar de personas durante la instrucción del caso,
que se cerró casi cuatro años después con 13 implicados. La
investigación se fue desgajando en diversas piezas y fueron retiradas
varias imputaciones, en un proceso durante el cual se archivaron los
casos que afectaron al exministro José Blanco, al portavoz del PP en el Senado, José Manuel Barreiro, y al alcalde de Lugo durante los hechos que se investigan, José López Orozco, del PSOE.
En otra causa aparte queda el 'exconselleiro' de Industria del bipartito Fernando Blanco, del BNG.
El calvario
judicial fue especialmente duro para José Blanco, que era ministro de
Fomento, portavoz del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero y número
dos del PSOE cuando se desencadenó la operación. En octubre de 2011,
Jorge Dorribo acusó ante la jueza a José Blanco
de cobrar 400.000 euros para que agilizase unos permisos del Ministerio
de Sanidad favor de Nupel.
Según su testimonio, 200.000 se los entregó
en una estación de servicio de Guitiriz (Lugo), en una cita concertada
por el primo del político gallego. Dos años después, la Sala de lo Penal
del Tribunal Supremo daba el portazo final a la investigación judicial.
El auto del TS desmontaba la petición que realizó el magistrado
instructor José Ramón Soriano para que se le abriese juicio a Blanco por
tráfico de influencias porque, según esgrimía, testimonios recogidos ya
en marzo y en diciembre del año anterior contradecían algunas de sus
“afirmaciones nucleares”." (Pablo López. , El Confidencial, 25/05/17)
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