"El servicio de Urgencias del Complejo
Hospitalario Universitario de Santiago (CHUS), cuya gerente es la prima
del presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, sigue padeciendo severos déficits de atención a los pacientes a pesar de que el Servicio Galego de Saúde (Sergas) se comprometió hace escasas semanas a resolver los colapsos que padeció el departamento durante los episodios más críticos de la epidemia de gripe desatada a principios del invierno.
Según la Asociación de Pacientes e Usuarios del centro, la semana pasada ocurrieron numerosos incidentes debido a la escasez y deterioro
de los medios materiales y técnicos del hospital Clínico, uno de los
centros adscritos al área sanitaria de Compostela junto al Hospital Gil
Casares y al Hospital de Conxo, y que dirige Eloína Núñez.
El fin de semana dejaron de funcionar los
equipos de rayos X, lo que obligó a derivar a los pacientes a otras
plantas. No los arreglaron hasta el lunes, pero el miércoles volvieron a
estropearse, por lo que varios enfermos que necesitaban esas pruebas
tuvieron que que darse sin ellas dado que durante los días laborables el
departamento de Radiología tiene toda su agenda completa.
A los que ya
se les habían realizado con los equipos estropeados, hubo que someterlos
a nuevas exposiciones de rayos con el consiguiente riesgo añadido para
su salud.
Los colapsos en Urgencias del Clínico son habituales desde hace meses,
y obligan al personal médico a atender a los pacientes, incluso a los
diagnosticados con dolencias graves, en camillas o sillas de ruedas
ubicadas en los pasillos del departamento.
Pero durante varios días de
la semana pasada hasta se agotaron las camillas, por lo que los
sanitarios se las tuvieron que pedir prestadas a los trabajadores de la
subcontrata del servicio de ambulancias.
Varios vehículos de emergencia
quedaron inutilizados al no disponer de un elemento fundamental para el
traslado de los enfermos, pero como ni siquiera esas camillas fueron
suficientes, también hubo que pedírselas en préstamo al punto de
atención continuada situado enfrente del hospital. Según la Asociación
de Usuarios e Pacientes del CHUS, algunas de esas camillas no cumplían
los requisitos técnicos requeridos para los pacientes de Urgencias.
Por si fuera poco, el miércoles también se
agotaron las botellas de oxígeno con las que cuenta el servicio y que se
utilizan para trasladar de servicio en servicio y de planta a planta a
los enfermos que necesitan esa ayuda respiratoria. De nuevo hubo que
recurrir al préstamo desde otras áreas asistenciales para poder atenderlos, dado que no fueron repuestas a tiempo.
“El grado de deterioro de las Urgencias está
alcanzando límites alarmantes”, señalan fuentes de la asociación, que
aluden al “racionamiento de las camas, la obsolescencia de los equipos y
la falta de personal” como causa de que se haya generado “una
situación insostenible y de imposible manejo” para médicos y enfermeras y
que tiene “graves consecuencias para la salud de los pacientes y la
calidad asistencial”. “Todo eso redunda en una violación de nuestra
integridad moral y física”, añaden.
El pasado 1 de enero, la gerente del área
sanitaria de Santiago, Eloína Núñez, anunció que el Sergas iba a llevar a
cabo una “reorganización funcional” de las Urgencias para agilizar la
asistencia y reducir los tiempos de espera a un máximo de 24 horas.
El plan pasaba por sumar una o dos enfermeras a los turnos de mañana,
tarde y noche (pasarían de tener de doce o trece a catorce), aunque sin
aumentar la plantilla, tal y como reclama el personal, que se declara
“desbordado” por la situación a la que han abocado los recortes.
En cuanto a los médicos, el plan de Núñez pasaba por elevar a cinco el número de equipos de guardia, frente a los seis que reclamaban los propios galenos,
pero manteniendo también la misma nómina de facultativos que los
profesionales consideran insuficiente: doce por las mañanas y las tardes
y seis por las noches en los días laborables, y ocho en los turnos de
mañana y tarde y seis en el de la noche en los fines de semana.
La junta de personal del CHUS lleva varios
meses denunciando la situación del servicio de Urgencias y reclamando no
sólo que se incremente la dotación de personal necesario para
atenderlo, sino también la provisión de elementos materiales tan
esenciales para su funcionamiento como las camillas, las sillas de
ruedas y las bombonas de oxígeno." (Juan Olivier, Público, 12/03/18)
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