"El mayor hospital concertado de España solicita preconcurso de acreedores para forzar a la Xunta a mejorar su acuerdo.
Povisa, principal hospital privado
concertado de España, de referencia para cerca de 140.000 personas del
área sanitaria de Vigo, acaba de presentar preconcurso de acreedores,
según informa la propia empresa y se lo ha comunicado a sus
trabajadores.
El hospital, perteneciente al grupo Nosa Terra,
presidido por el empresario vigués José Silveira, esgrime pérdidas de
42 millones de euros desde la firma en 2014 de su último concierto con
el Servizo Galego de Saúde (Sergas), cuya interpretación "lesiva" por
parte de los actuales responsables de la sanidad gallega es la causante
de la actual situación, según la empresa. La propia firma admite en su
comunicado que la presentación del preconcurso tiene como objetivo
forzar legalmente una negociación con su principal cliente, el Gobierno
gallego, para mejorar sus ingresos.
Según
Povisa, la “interpretación” que la Xunta está haciendo de ese concierto
es lo que está detrás de sus pérdidas, que cuantifica en un desfase por
la asistencia concertada de 42 millones de euros al que ha venido
haciendo frente en estos últimos años, asegura, “gracias al fondo de
reserva con el que contaba la empresa debido a su actividad privada y al
hecho de no haber distribuido dividendos entre sus accionistas desde
hace 25 años”.
La empresa también asegura que un informe encargado por
ella misma “a expertos independientes” descarta “que las pérdidas puedan
ser atribuibles a cualquier problema de eficiencia” de la propia
Povisa.
Según
la empresa, esta situación le fue comunicada a la Xunta en reiteradas
ocasiones en los últimos años sin lograr cambios por parte del Gobierno
gallego. Ahora, admite en su comunicado, “el preconcurso, una figura
prevista en la ley concursal, abre un período máximo de tres meses de
negociación con el principal cliente de Povisa, el Sergas”.
Ejemplos que pone la empresa
Según el relato de los hechos que hace la empresa, “el equipo del Sergas que negoció y firmó el nuevo concierto con Povisa en 2014 fue relevado de su cargo poco después, dando paso a un nuevo equipo que a partir de ese momento comenzó a realizar unas interpretaciones del acuerdo enormemente lesivas para el hospital, y que serían inimaginables para las personas que participaron en su negociación”.
La empresa pone ejemplos como que
“el importe que el Sergas destina al pago de medicación hospitalaria de
dispensación ambulatoria no cubre el coste de los medicamentos
dispensados por Povisa y autorizados por el Sergas”, lo que cifra en un
“déficit de entre cinco y seis millones de euros anuales”; o que “los
resultados evidencian que la cápita [los 540 euros al año por paciente
establecidos en el concierto] es insuficiente” pero aun así el Sergas
hace pagar a Povisa por actividades sanitarias desarrolladas fuera de
ella en el resto del área de Vigo.
Povisa
también argumenta que tras el nuevo concierto el Sergas “redujo
progresivamente el envío de pacientes a Povisa en especialidades que
tradicionalmente eran de referencia, como quemados, litotricia o cirugía
de la mano, hasta el punto que los ingresos por estos conceptos se
redujeron en 1,5 millones de euros anuales respecto al concierto
anterior”.
Igualmente, la empresa critica ahora que el nuevo concierto
permita que los
pacientes que voluntariamente quieren pasar de Povisa a otro centro de
referencia puedan hacerlo en cualquier momento del año mientras que los
que desean hacer el recorrido contrario sólo lo pueden hacer en el mes
de noviembre de cada año.
El
comunicado añade que “la dirección de Povisa confía en llegar a un
acuerdo con el Sergas que evite el concurso de acreedores y las
consecuencias que eso tendría para trabajadores, pacientes, proveedores
y, en definitiva, para el futuro del hospital”, asegurando que “Povisa
no pretende ganar un sólo euro con la atención pública, que de hecho es
altamente deficitaria para el hospital” sino que “en este momento se
trata, incluso contando con los márgenes de la actividad privada, de
lograr un equilibrio financiero que le permita continuar su actividad”.
El anuncio de Povisa se produce
después de que la gerencia del hospital fuese asumida a finales del año
pasado por María Luisa Brandt, que desde 2009 estaba al frente de la
polémica empresa pública autonómica de alta tecnología sanitaria
Galaria.
En su comunicado nada cuantifica Povisa sobre los beneficios
económicos y de sinergias operativas obtenidos en su actividad privada
derivados de la mejora de equipamientos y personal logrados gracias al
gran volumen de actividad e ingresos garantizados por la actividad
concertada constante de las últimas décadas.
Por otra parte, Povisa
viene siendo con mucha distancia el hospital gallego con mayores listas
de espera sanitarias, lo que no impide que venga siendo elogiado de
manera recurrente por el Gobierno gallego." (eldiario.es, 29/09/18)
"Crisis en el mayor hospital privado de España.
Es, según su página web, el mayor hospital privado de España. Y es también el que disfruta del concierto más caro con la sanidad pública de todo el Estado: 80 millones de euros anuales,
a cambio de hacerse cargo de la atención sanitaria de en torno a
140.000 personas del área de Vigo.
Povisa ha anunciado este viernes a
sus trabajadores la solicitud de preconcurso de acreedores, incapaz de
hacer frente al pago del IRPF de sus trabajadores tras encadenas tres ejercicios en números rojos.
La empresa cifra su deuda en 42 millones, que atribuye a las
condiciones del concurso con el sistema sanitario gallego que fue
renovado en 2014.
Es una noticia importante para la economía de la principal ciudad gallega. Con sus 1.500 trabajadores, Povisa es la segunda empresa viguesa en volumen de empleo después de Citroën.
Pero lo es también para un modelo sanitario instaurado por Manuel Fraga
y que pervive décadas después.
Fue un experimento pionero en el sistema
de la sanidad privada, que el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, ha
mantenido pese a abordar la construcción de un nuevo hospital en la
ciudad. Inesperadamente, el nuevo centro hospitalario, inaugurado en
2015, se hizo sin la capacidad necesaria para absorber a los pacientes atendidos en Povisa, lo que obliga a la sanidad pública a mantener su dependencia del gran sanatorio privado.
Los responsables del hospital expusieron al comité de empresa una situación que calificaron de “crítica”.
Según sostienen, el Servicio Galego de Saúde (Sergas) viene realizando
una interpretación del concierto firmado en 2014, cuando se renovó por
diez años, que se ha traducido en importantes pérdidas.
Povisa, que desvincula esa situación de la parte privada del hospital
–con pacientes particulares o derivados por mutuas aseguradoras–,
obtiene con el preconcurso un margen de tres meses que empleará en intentar llegar a un acuerdo con sus acreedores.
La empresa, que venía atendiendo las pérdidas con un fondo de reserva
ya agotado, aprovechará ese período para abrir una negociación con el
Sergas para compensar las pérdidas.
El concierto singular con Povisa se modificó sustancialmente hace cuatro años
después de permanecer prorrogado otros seis. Esa última renovación fue
objeto de una larga negociación y de críticas de la oposición, que acusó
a la Xunta de consolidar un modelo de sanidad privada.
Ese concierto en
vigor abrió además la posibilidad de que los pacientes de otros
hospitales públicos tuvieran la ocasión de cambiarse a Povisa,
lo que hicieron miles de ellos que huían del desastre en que se
convirtió el estreno del nuevo complejo hospitalario.
Las conversaciones
de aquella renovación se produjeron en medio de amenazas de despidos si
no se mejoraban las condiciones económicas, lo que no evitó que la
empresa anunciase la rescisión de 13 contratos pocos meses después de
llegar a un acuerdo con la Xunta.
De acuerdo con el concierto en vigor, Povisa factura al Sergas por cada paciente 540 euros anuales,
con un tope de 139.000 tarjetas sanitarias y algo más de 80 millones de
euros anuales. La adscripción dejó de depender del domicilio del
paciente, aunque no se cambió de hospital a quien no lo solicitara, y la
consellería garantizaba además un mínimo de 120.000 usuarios merced a
una cláusula que blinda esa cantidad si es la Administración la
responsable de la retirada de adscripciones. Lo ocurrido es lo
contrario.
Povisa atiende a una población mayor, pero en unas
condiciones que ahora no le sirven, por lo que reclama que se renegocien
sus cláusulas. (...) " (Pablo López, El Confidencial, 28/09/18)
"O grupo de Povisa duplicou beneficios en 2017 e o seu dono é 10 millóns máis rico en 2018
(...) En 2013 Povisa obtivo os maiores beneficios de toda a súa historia tralos recortes da crise,
que non volveu “reaxustar” coa chegada dos bos tempos. Por estas
tensións, chegarónse a producir folgas de fame en contra dos
despidementos de 2015. Pero é que ademais os beneficios do grupo
empresarial ao que pertence o hospital, Nosa Terra 21, non deixan de
medrar.
De feito, en 2017 Nosa Terra 21 duplicou beneficios, pasando de 7,3 a
16,7 millóns. Este grupo está formado polas empresas Remolcanosa, que
exerce o práctico monopolio no seu sector, Naviera Elcano, con filiais
por boa parte do mundo, e Povisa. As cifras de negocio que move xa só a Naviera achéganse aos 600 millóns de euros.
O propietario do holding, José Silveira Cañizares, puxo ao seu fillo,
José Bernardo Silveira, a cargo da xestión de Povisa. A maior polémica,
hasta agora, ocorreu cando este mesmo ano Silveira fillo tivo que pagar, por orde xudicial, unha multa de 60.000 euros tras diagnosticar VIH e Hepatitis B a un paciente que non padecía ningunha destas enfermidades.
O grupo Nosa Terra 21 non só recibe diñeiro público por Povisa. Tamén está privatizado parte do servicio de gardacostas, en mans de Remolcanosa, que recibe compensacións millonarias.
En canto á Naviera Elcano, no seu último informe anual, o de 2017, felicitaba aos traballadores e accionistas polos grandes resultados e o incremento dos ingresos, “garantidos para unha década”,
segundo asegura a propia empresa. Conseguiran acumular uns activos de
734 millóns de euros, e ingresaron ese ano 594 millóns. A Naviera Elcano
disparou un 46% os seus beneficios de 2016 a 2017.
O dono do grupo, José Silveira Cañizares, é un dos homes máis ricos de España.
Era o 138º máis rico en 2017 cun patrimonio neto de 300 millóns de
euros, e en 2018 caeu ao posto 152 aumentando ata 310 millóns o seu
patrimonio. Pode que sea certo iso de que os ricos “son cada vez máis
ricos”. (Xornal de Vigo, 30/09/18)
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