"En mayo de 2015 el PP llegó a las elecciones gobernando
el Ayuntamiento de Santiago con una mayoría absoluta que había sido
histórica para los populares, que solo habían conseguido levantar el
bastón de mando en la capital de Galicia durante apenas un año en los 80
gracias a una moción de censura.
Pero el alcalde no era mismo que había
ganado las elecciones en 2011. Ni el regidor ni la práctica totalidad
del equipo de gobierno, formado por mayoría de ediles no electos tras
varias oleadas de sustituciones obligadas por ceses y dimisiones
derivadas de una tormenta de presuntos casos de corrupción.
El primer alcalde de aquel mandato, Gerardo Conde Roa, tuvo que dimitir nueve meses después de llegar al cargo tras desvelar el diario El País
un caso de fraude fiscal en su empresa inmobiliaria, por el que
acabaría condenado. El segundo, Ángel Currás, se vio forzado a dejarlo
tras ser imputado en el caso Pokémon,
momento en el que Alberto Núñez Feijóo envió a la alcaldía a su
entonces conselleiro de Infraestructuras, Agustín Hernández, que había
cerrado simbólicamente la lista del partido en 2011.
La sucesión de tres alcaldes y
la cascada de escándalos de mayor o menor dimensión marcó de modo
crucial la carrera electoral de 2015 e impulsó en gran medida la
candidatura de Compostela Aberta, la marea
municipal santiaguesa a cuyo frente se situó el entonces alcalde del
vecino municipio de Teo, Martiño Noriega -miembro del BNG hasta la
escisión de 2012-. Durante toda la campaña Noriega había reiterado que
su primera labor, en caso de ser elegido, tendría que ser "pacificar",
"calmar" y "normalizar" un Ayuntamiento en la que su tradicionalmente
tranquila vida local había saltado por los aires en apenas un trienio.
Críticas por falta de "gestión"
Cuatro años
después, el alcalde y candidato a la reelección asegura haber conseguido
con creces "normalizar la vida del Concello", pero no solo. Esa
"actuación responsable" su gobierno la ha combinado con "gestión" y
"conquistas sociales", afirma Noriega, que cita como ejemplos la
reducción de la deuda municipal -de 45 a 27 millones-, la creación de
una renta social municipal para personas sin recursos, la "desaparición
de la lista de espera para ayuda en el hogar" a personas dependientes o
la consecución de "20 millones de euros en fondos europeos".
Mientras,
agrega, Santiago ha recuperado "dinamismo cultural" con iniciativas
como la Semana do Libro y ha aprobado operaciones como la
municipalización de la ORA y la grúa. También resalta que ha marcado la
agenda en áreas como la reivindicación feminista a través de campañas
como la exitosa En negro contra as violencias machistas,
que tras ser impulsada por el Concello santiagués acabó siendo asumida
por un centenar de municipios de toda Galicia.
Son decisiones con las
que el gobierno de Compostela Aberta ha "marcado una senda de
independencia con respecto a los poderes fácticos" que, según el alcalde
y candidato, los ha convertido en "pieza a batir" en estos comicios, resume, también para parte de las empresas editoras de la prensa local.
El
resto de la izquierda municipal admite que el regreso de la normalidad
al Ayuntamiento santiagués es un hecho pero matiza que el cambio, en
gran medida, se ha quedado en eso y en cuestiones más bien simbólicas,
como la apuesta por la laicidad en una ciudad con un marcado componente
religioso. Es la opinión de Goretti Sanmartín, candidata del BNG a la
alcaldía, que no aprecia "políticas transformadoras" en el gobierno de
Compostela Aberta y sí achaca al equipo de Noriega "falta de gestión" en
el día a día municipal.
Esa es la misma crítica que
lanza Xosé Sánchez Bugallo, alcalde de la ciudad por el PSOE de 1998 a
2011, cuando perdió frente al popular Conde Roa, recuperado en este 2019
como apuesta de los socialistas tras un complejo juego interno de
equilibrios. Bugallo asegura que ha vuelto porque le "duele" que
Compostela haya "perdido el liderazgo", se haya "quedado atrás" primero
por los escándalos del PP y después, por la "incapacidad" de Compostela
Aberta y de Noriega, a quien achaca haber sido "cómodo" y "poco
trabajador" en estos años. Los populares, por su parte, han trazado
durante todo el mandato un retrato de "parálisis", "sectarismo" y
"amiguismo" combinado con la ausencia de "gestión".
Las materias pendientes
Tanto Noriega como
Bugallo han convertido la campaña, en gran medida, en un mano a mano a
la luz de unas encuestas que han situado a la derecha lejos de sumar
para volver al poder. El líder de Compostela Aberta se ve "en
condiciones de revalidar el gobierno" para "completar" un trabajo en el
que, admite, hay materias que se han quedado en el tintero.
Entre ellas
destaca poner coto a la presión turística y a algunas de sus
manifestaciones más preocupantes, como el auge de los apartamentos
turísticos. El "diagnóstico" está hecho y las primeras medidas en marcha
pero, matiza, necesita la colaboración de la Xunta en materias como la
inspección o la aprobación de una tasa turística que el gobierno de
Feijóo veta.
Noriega y su equipo también admiten que
les hubiera gustado llegar a 2019 habiendo implantado ya su nuevo modelo
de transporte público, pero lo cierto es que el nuevo contrato no ha
llegado a ver la luz. La nueva ley de contratos y "problemas
estructurales" de la administración local han retrasado los pliegos de
una nueva concesión, aseguran, y agregan que será realidad en el nuevo
mandato si continúan en el gobierno.
Otra concesión
que está en el centro del debate de la campaña y que, según Compostela
Aberta, tendría los días contados si repiten en el poder es la del
servicio de aguas. La municipalización de este servicio, aseguran,
culminaría en este segundo mandato tras los trabajos de estudio
iniciados en el que termina.
Por el agua pasa también
otro de los asuntos que se queda a medias, la nueva depuradora. Esta es
una cuestión casi histórica en la capital de Galicia que ha marcado la
recta final de campaña al admitir el candidato socialista durante un
mitin que en 2011, cuando el ahora candidato del PP era conselleiro de
Medio Ambiente, ambos pactaron retrasarla para apartar la cuestión del
rifirrafe electoral.
Después de ese acuerdo -tan lógico como anecdótico,
defiende Bugallo- el PP ganó y decidió un traslado de la
infraestructura que nunca llegó a realizar; Compostela Aberta acabó
optando por su emplazamiento inicial y la obra parece haber quedado
desbloqueada tras arduas negociaciones con el Gobierno de Pedro Sánchez,
ejecutivo de un PSOE que, según Noriega, no representa lo mismo que
Bugallo." (David Lombao, eldiario.es, 22/05/19)
No hay comentarios:
Publicar un comentario