"En su primer acto institucional tras haber sido proclamado alcalde de Ourense
con los votos del PP, Gonzalo Pérez Jácome, líder del partido localista
Democracia Ourensana (DO), se fundió este viernes en un cerrado abrazo
con José Manuel Baltar, su eterno demonio político.
Tras años ridiculizándolo en las instituciones y en su televisión
local, Jácome le entregó sin complejos la Diputación. Sus dos diputados
le dieron la mayoría absoluta y perpetuaron así la sucesión dinástica
contra la que tanto habían clamado. Después, cuando la bancada del PP
con la que esta vez se sitúan los de DO se levantó para ovacionar al
reelegido presidente, ellos miraron a otro lado y evitaron el aplauso.
“Eso es totalmente irrelevante”, justificó más tarde Jácome. Lo
importante, apuntó, es que se ha roto la mayoría absoluta de la
Diputación “y ahora tienen que consensuar”. Y reconvino a los
periodistas que le preguntaban al respecto: “la auténtica noticia es que
DO ha conseguido la alcaldía”, tras lo cual, aprovechó para echar la
culpa de haber “pactado con el diablo” al PSOE,, la fuerza más votada en
el Ayuntamiento. “Jamás deberíamos perdonarle lo que nos ha obligado a
hacer”, sentenció, en alusión a que no le habían dado la alcaldía a él.
En su condición de regidor, Jácome tuvo un lugar preferente en la sala de sesiones de la Diputación. El mismo que José Luis Baltar padre y predecesor en el cargo del reelegido presidente y que cumple condena de inhabilitación
para ejercer cargos públicos por haber prevaricado al enchufar en la
misma institución a un centenar de personas en las vísperas del congreso
provincial del PP que dio la victoria a su hijo.
Ni un cargo de la Xunta ni del PP gallego asistió al acto. No
obstante, los rostros del expresidente y de su mujer evidenciaban la
felicidad por la nueva proclamación de su primogénito. Un hecho en el
que, según el relato del PSOE, el patriarca Baltar habría tenido
bastante que ver tras negociar en su domicilio el reparto de ciudad y
provincia entre su hijo natural y su ahora hijo político.
El heredero del autoproclamado “cacique bueno” mostró orgulloso el
bastón de mando que desde hace 32 años solo toca su familia y pronunció
un discurso prometiendo la “misma humildad” de siempre y mostrando su
orgullo por lo que denomina “ourensanía”, lo que le dio pie para
reivindicar las figuras de dos ourensanos de renombre: Ramón Otero
Pedrayo, escritor y diputado por el Partido Galeguista en la Segunda
República y el cura agrarista Basilio Álvarez, diputado en la misma
época por el Partido Republicano Radical y fundador del periódico La
Zarpa desde donde proclamaba la necesidad de extirpar el caciquismo.
Junto a ello, reclamó mayor autonomía para Galicia, expresó su apoyo
al movimiento LGTBI y reivindicó la igualdad de género. Al acabar, se
fundió en el abrazo con Jácome; el mismo que hace un par de años ejerció
la acusación popular cuando una mujer denunció a Baltar acusándolo de
haberle ofrecido un empleo en la Diputación a cambio de sexo (denuncia
que acabó siendo archivada). Baltar no dejó dudas de la absorción de DO
que significa el pacto. “Somos un gobierno único”, sentenció." (Cristina Huete, El País, 28/06/19)
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