"El 30 de diciembre de 2018 la Xunta de Galicia presentó las bases para la elaboración del decreto de plurilingüismo
en la enseñanza no universitaria, que limita el uso del gallego a un
tercio del total de las horas de clase. Diez años después, la Carta Europa de las Lenguas Regionales o Minoritarias vuelve a criticar el modelo del Gobierno gallego al considerarlo “insuficiente en la enseñanza, especialmente a nivel preescolar.”
El informe está diseñado para proteger y fomentar las
lenguas regionales y para permitir que los habitantes de dichas lenguas
puedan emplearlas en la vida pública y privada. España se adhirió en
2001, y el comité de ministros del Consejo de Europa ha emitido el tercer informe negativo para el país y el gallego encabeza la peor nota.
Los expertos piden que se “eliminen las limitaciones a la docencia en gallego en todos los niveles de educación precisos”,
que se “Modifique la Ley Orgánica del Poder Judicial para garantizar el
uso de la lengua en los procedimientos judiciales y que “se emplee el
gallego en la Administración del Estado en Galicia”.
Para el comité de expertos el modelo imperante “no permite impartir más del 50% de las materias en gallego” de manera que no hay posibilidad de que el alumnado pueda estudiar íntegramente en gallego “en ningún centro de preescolar, primaria o secundaria”. La plataforma A Mesa Pola Normalización Lingüística,
que encabezó en su día las movilizaciones contra la reforma, explica
que la Xunta ha provocado la “desgaleguización” de la juventud y ha
incentivado los prejuicios del idioma.
Además, el informe recoge que en la enseñanza
secundaria “no se imparten las grandes materias científicas en esa
lengua”, ya que “el decreto 79/2010 por el que se definen las materias
que se impartirán en gallego excluye la posibilidad de una educación en
gallego como lengua vehicular con el castellano como materia”.
Estrepitosa caída de los hablantes
Desde el último informe emitido en 2008, el Consejo
de Europa advierte que “el nivel de la aplicación de la Carta en la
comunidad autónoma no ha mejorado significativamente” ya que los
análisis lingüísticos y datos estadísticos reflejan la caída de los
hablantes en Galicia, principalmente en los más jóvenes.
Según el Instituto Galego de Estadística (IGE),
solo un 3,97% aprende a hablar gallego en la infancia. En el total de
la comunidad solo un 30,33% habla en el idioma siempre y la peor cifra
se la lleva Pontevedra con un 18,12%. En los infantes de 5 a 14 años, el
13,08% se desenvuelven mejor en gallego y de la juventud un 18,55%. La
cantidad de población hablante de 50 a 64 años, aquella que mantenía
viva la lengua, ha bajado casi veinte puntos, de un 51% en 2003 a un 33%
en 2018.
Sin embargo, tras estos datos públicos y el estudio
del comité de expertos sobre las lenguas regionales, el presidente de la
Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, ha desestimado el
informe del Consejo de Europa. “Si hay informes que están en contra de
que los gallegos podamos estudiar, conocer y hablar en inglés, allá los
autores del informe”, defendiendo el modelo para el trilingüismo para la
enseñanza no universitaria.
La asociación cultural A Mesa pola Normalización
Lingüística llevó a Europa la desacreditación por parte del Gobierno
gallego hacia el comité de expertos, al igual que piden a Feijóo que
retire estas declaraciones descalificando la resolución del Consejo de
Ministros.
La “muerte dulce” del gallego
La directora del Observatorio de Dereitos Lingüísticos y
vicepresidenta de A Mesa Pola Normalización Lingüística, Elsa Quintas,
explica que en el caso de que el PP de Galicia necesite el apoyo de la
extrema derecha en las próximas elecciones autonómicas, significaría la
“muerte dulce” del gallego. Para ella, la estrategia política no
distaría de lo que se está haciendo ahora y se seguiría hablando de una
“autoimposición” del idioma. “El gallego ya está muy marginado. ¿Qué más
se puede hacer?”, añade.
En los años 80, el Tribunal Constitucional
reconoció en varias sentencias que “cada gobierno autonómico debe
promocionar su lengua” a través de la discriminación positiva para
implementar y equilibrar el idioma con su otra lengua cooficial, “como
hizo Catalunya” y como “no ha hecho el gobierno de Feijóo”, explica
Quintas.
Asimismo, la vicepresidenta cuenta que el modelo trilingüistica de Feijóo fomenta los prejuicios del gallego,
como que no es una lengua útil y que se necesita el inglés, “como si
tuviésemos vocación de emigrar”, añade. Para ella la buena salud del
gallego depende también de una cuestión de “voluntad” y de adentrarse en
ámbitos como el judicial y empresarial. (...)" (Alba Tomé, Público, 01/01/20)
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