Vista general de la ría de Ferrol, con la planta de gas de Reganosa a la
derecha y los astilleros y el Arsenal Militar a la izquierda / xurxo lobato
"A finales del 2011, cuatro agujas de roca granítica estallaron en
pedacitos en el fondo de la ría de Ferrol, a la altura de los castillos
de La Palma y San Felipe. Fue un dragado irregular que se justificó con
un informe falseado por la Dirección Xeral de Conservación da Natureza
de la Xunta que se redactó cuando la obra ya se había hecho e ignorando
uno anterior, fechado en julio del 2010, que se oponía a la voladura
submarina por los riesgos ambientales que implicaba para un ecosistema
tan rico como delicado en una zona protegida parcialmente como Red
Natura y LIC Costa Ártabra.
El dragado, el tercero en dos décadas en una ría muy contaminada,
todavía sin depuradoras y con el flujo de corrientes alterado por el
kilométrico espigón del puerto exterior de Caneliñas, se hizo con
explosivos, se pagó con fondos públicos (252.188 euros) y se justificó
como una intervención necesaria para “ampliar el margen de seguridad” de
un canal de navegación por el que han circulado 150 gaseros para cargar
o descargar en Reganosa, que opera desde mayo del 2007.
Ya antes de
dragar por última vez el canal de la ría, angosto y profundo, habían
navegado sin problemas por esta corredoira acuática, angosta y profunda,
portaviones, fragatas y otros grandes buques con base en el Arsenal
ferrolano o que frecuentan el taller naval que Navantia tienen en los
astilleros de la ría.
La Autoridad Portuaria de Ferrol-San Cibrao, que promovió la
voladura, argumentó que esas piedras afiladas de granito podían suponer
un riesgo para el tráfico marítimo de la ría, puerto refugio y base
naval. Ese peligro potencial, que se multiplica en los metaneros por la
naturaleza explosiva de su carga —gas natural licuado— pesó mucho más
para la dirección del puerto ferrolano que las protecciones ambientales.
Cuatro años antes, en 2007, el puerto ya había removido el fondo de la
ría para darle mayor calado al puerto exterior. Fue el segundo dragado
desde 1990, cuando se retiraron 72.730 metros cúbicos.
El tercero se ejecutó entre octubre y diciembre del 2011. Retiraron
del fondo de la ría 2.575,06 metros cúbicos de arena, rocas y otros
sedimentos para disgusto de mariscadores y ecologistas, que lo vieron
como la enésima agresión a una ría maltratada que ha dejado de ser el
copioso vivero de bivalvos —fundamentalmente almeja babosa, berberecho y
vieiras— que constituía el sustento de medio millar de familias de tres
cofradías: Ferrol, Barallobre (Fene) y Mugardos.
Sin argumentos en contra, el Ministerio de Medio Ambiente autorizó la
voladura el 13 de diciembre de 2010 a pesar de que faltaba un informe
de la Xunta que la ley exigía pero que no llegó. Entre la marea de
alegaciones que ambientalistas y cofradías plantearon a esta obra
también estaban las del Comité Cidadán de Emerxencia (CEE), colectivo
que se opone a la planta de gas. En nueve puntos, argumentaron que era
otra actuación “hecha a la medida de Reganosa” y pagada con el dinero de
todos.
Adega recurrió al Valedor do Pobo para seguir hurgando en el
expediente y, por casualidad, se toparon con un membrete oficial que
resultó ser la prueba más palmaria de que el informe, supuestamente, se
habría falseado. El folio en el que se había redactado tenía un logotipo
de Galicia que era posterior a la fecha del dragado, cuando todos los
documentos llevaban el del Xacobeo 2010.
Sostienen que “se cocinó”
aposta para incluirlo en el expediente con la voladura ya hecha. El
colectivo ambiental dice que la Xunta se afanó tanto en fabricarse un
informe a la carta para “salvar la cara” como en ocultar
“reiteradamente” otro fechado el 23 de julio del 2010 —un año antes del
dragado—, que llegó a sus manos por azar y donde el biólogo advertía,
claramente, de que la intervención era “ambientalmente incompatible” con
la conservación de espacios y especies marinas en la ría ferrolana,
tanto dentro como fuera de las zonas de especial protección.
Con todo esto, los ecologistas pusieron una denuncia sobre la mesa de
Álvaro García Ortiz, el fiscal especializado en delitos contra el medio
ambiente. Dos años después de que se ejecutase un dragado con
explosivos posiblemente ilegal ahora que la tramitación administrativa
que lo avaló ha quedado en entredicho, la Fiscalía del Tribunal Superior
de Xustiza de Galicia imputa a dos altos cargos de la Consellería de
Medio Ambiente por supuesta prevaricación, falsedad documental y delito
ambiental. El informe tenía el cuño de la Dirección Xeral de
Conservación da Natureza, y los imputados, Carlos Muñoz Martínez y
Rogelio Fernández Díaz, son dos altos cargos de este departamento que
depende de la consellería de Agustín Hernández. El primero, Muñoz era el
jefe territorial de Conservación da Natureza en A Coruña, y Martínez,
subdirector general de Espacios Naturais y Biodiversidade.
Nueve días después de que este periódico publicase la imputación de
Muñoz y Fernández, el presidente gallego, Alberto Núñez Feijóo, relevó
al director general de Conservación da Natureza, Ricardo García
Borregón, que ocupaba el cargo desde el inicio la pasada legislatura.
Fue un cese discreto que se anunció el jueves de pasada tras el primer
Consello de agosto, y según Feijóo, a petición del propio director, ya
salpicado por otras polémicas ambientales como el vaciado de la laguna
de A Frouxeira (Valdoviño). Su puesto lo ocupa Verónica Tellado Barcia,
ingeniera agrónoma que estaba al frente de la subdirección de residuos." (El País, 04/08/2013)
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