"Es el único turismo sanitario que sí tiene censo. Más de 1.000
lucenses viajan cada año hasta A Coruña para recibir sesiones de
quimioterapia o radioterapia. Ochocientos cubren ese mismo trayecto en
busca de un cateterismo. Viajan en ambulancias de la Xunta desde toda la
provincia.
Algunos, como los que se trasladan desde O Courel, llegan a
cubrir 400 kilómetros en solo un día. Y todo porque el Hospital
Universitario Lucus Augusti, esa flamante mole que se abrió en febrero
de 2011, nació sin esos servicios que obligan a los pacientes a
desplazarse hasta A Coruña. El Gobierno de la capital, la plataforma
ciudadana Abre la Muralla, la federación de asociaciones de vecinos de
Lugo y los sindicatos tienen fresca la fecha del estreno.
Y las palabras
del presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, aquel día:
“Licitaremos este trimestre los equipamientos de medicina nuclear,
hemodinámica o radioterapia, con el compromiso de que pacientes con
dolencia de corazón o de cáncer, por ejemplo, que antes tenían que
desplazarse puedan ser atendidos en su hospital de Lugo a lo largo de
este año”.
Pasados tres años, como no hay noticia de que vayan a instalarse esos
servicios, la ciudadanía se autoorganiza para exigirlos. Una Iniciativa
Legislativa Popular reunió más de 41.500 firmas y llegó al Parlamento
gallego de la mano del presidente de la asociación Abre la Muralla, el
exalcalde de Lugo Vicente Quiroga.
“No invento historias, no falsifico
la historia, esas promesas del señor Feijóo están en las hemerotecas,
hay vídeos. ¿De qué sirven las promesas de un presidente?”, preguntó
Quiroga en la Cámara autonómica.
Cada paciente cuenta con pantalla de acceso a Internet y televisión.
Pero el servicio de hemodinámica, por ejemplo, opera a tiempo parcial.
“Funciona por las mañanas pero los infartos no eligen hora. Tú puedes
tener un infarto y suele ser de madrugada, a primera hora de la mañana o
a la noche. Pero solo hay hemodinámica en horario de mañana de 8 a 15
horas”, protesta el delegado de la Confederación Estatal de Sindicatos
Médicos Juan Carlos Amor.
Este prestigioso otorrino sabe de lo que
habla, sobre todo cuando también tiene que prescribir a sus pacientes
sesiones de radioterapia en A Coruña. “Se nos cae el alma a los pies
porque se podrían dar perfectamente aquí. Lo único que falta es comprar
los aparatos y poner los especialistas para verlo en funcionamiento”.
“Los servicios no se dotan solo con maquinaria. Faltan equipos
multidisciplinares, personal facultativo, personal de enfermería y
personal no sanitario. Si por algo se distingue la Xunta es por
amortización empleos”, tercia el secretario de la Federación de
Servicios Públicos de UGT Eliseo Rivas.
Calcula que serían precisos
entre 15 y 20 trabajadores por turno y por cada una de las tres unidades
demandadas. Él mismo es afectado, sufrió un infarto hace diez años.
“¿Tengo que esperar a infartar en horas de oficina?”, ironiza Rivas
quien apunta que los lucenses “han dado una prueba palpable de la
necesidad de estos servicios”.
“No queremos que nadie muera por el camino y queremos terminar con
esa ruta del cáncer por carecer de los servicios de radioterapia y
medicina nuclear”, exige el presidente vecinal Jesús Vázquez, quien
agradece la dedicación del doctor Miguel Ángel González, uno de los
impulsores del movimiento ciudadano que no aguantó para ver fructificar
la iniciativa legislativa.
“Fue esa persona que día a día nos recordaba y
le veíamos enfermo, iba a A Coruña a recibir radioterapia, tenía cáncer
de pulmón y nos decía ‘si no llega para mí, que llegue para los demás’.
Hay que ser muy valiente”, recuerda Vázquez emocionado. (...)" (El País, 07/04/2014)
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