José María Arias Mosquera / XURXO LOBATO
"El juzgado de Instrucción número 3 de A Coruña investiga a la antigua
cúpula del Banco Pastor, hoy integrado en el Popular, por la presunta
comisión de hasta cinco delitos, entre ellos dos contra el mercado y los
consumidores además de los de administración fraudulenta y falsedad en
documento mercantil.
El expresidente de la entidad José María Arias
Mosquera y el que fue su segundo, el exconsejero delegado Jorge Gost
Gijón, han sido llamados a declarar hoy como imputados ante la juez,
aunque el segundo no acudirá porque no se le pudo notificar la citación.
Todo partió de la querella criminal interpuesta hace casi dos años y
medio por un pequeño accionista de Barcelona, quien se considera
estafado por “una argucia financiera diseñada” supuestamente por la
exdirección del Pastor entre los años 2008 y 2010 para “dar apariencia
de solvencia a un banco que estaba en realidad en quiebra legal”.
El
denunciante, Manuel García Sánchez, detentor de 365 acciones de la
antigua entidad coruñesa, acusa a su dirección de “maquillar sus cuentas
fraudulentas” y de haber engañado a pequeños inversores y al propio
mercado financiero, “a través del espejismo de fantásticos créditos
hipotecarios fallidos, inversiones en participaciones sociales fallidas y
participaciones en sociedades igualmente fallidas”.
Todo “un artilugio
fraudulento” que no solo se ocultó a conciencia, dice el denunciante,
sino que permitió a los directivos cobrar mientras tanto cuantiosos
bonos y dividendos.
García Sánchez, representado por el bufete de abogados y economistas
de Lleida Frade Gobeo, describe en su escrito de acusación una “trama
financiera que se parecía al juego de los trileros”: acusa al consejo de
administración del banco de haber constituido, como mínimo, siete
sociedades inmobiliarias para captar créditos de importantes cuantías
pero cuyos intereses no podían pagar ya que carecían de ingresos.
El
bufete de García cifra en 1.325 millones de euros las pérdidas por los
impagos de esas inmobiliarias del banco, lo que lo situaba en quiebra
legal. Pero para ocultarlo y captar fondos, la entidad emitió
supuestamente, según la denuncia, acciones y preferentes en el mercado
minorista, que atrajo a clientes y nuevos accionistas “que confiaban en
la información oficial sobre la buena marcha” del Pastor.
El “chollo”, en palabras de Iñaki Frade, del bufete Frade Gobeo,
consistía en contabilizar el dinero “dos veces como capital propio, por
una parte como beneficios en la cuenta de resultados y por otra como
recurso en su balance”. En sus cuentas oficiales del año 2010,
presentadas ante el Registro Mercantil, el Pastor declara un patrimonio
neto de 1.324,8 millones de euros.
Pero el balance era en realidad
negativo, según un informe pericial aportado en el juzgado de A Coruña,
con pérdidas de 314,3 millones. Los perjudicados fueron esencialmente
los pequeños accionistas que, como el denunciante, vieron cómo se
dividió por seis el valor de sus acciones, cuando fueron obligados a
canjearlas al cambiar de dueño la entidad.
El bufete de García sostiene que el Pastor ocultó a conciencia a su
comprador sus malos resultados hasta después del anuncio, en octubre de
2011, de la OPA. La propia CNMV, cuando el Banco Popular culminó en 2013
la compra de la entidad coruñesa por la que pagó 1.246 millones, aclaró
que su valor neto era en realidad negativo por 497,1 millones.(...)" (El País, 24/02/2014)
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