"Hola, Alfonso, soy Aurora [exconcejala del PP en Nigrán], estoy
dirigiendo la oficina de empleo de O Porriño. Conozco tu interés y tu
defensa de los servicios públicos y es por este motivo que me atrevo a
hacerte esta sugerencia”.
El 3 de diciembre de 2012, a las 11,58 horas,
la responsable de la oficina de empleo autonómica en O Porriño, Aurora
Carbajales, dio la primera voz de alarma sobre el enchufismo
institucional en ese municipio. Carbajales se armó de valor y envió un
correo electrónico al vicepresidente de la Xunta de Galicia, Alfonso
Rueda, informándole de la “mala coordinación” entre las dos oficinas de
colocación de ese municipio: el Servicio Público de Emprego de Galicia
(SPEG), dependiente de la Consellería de Traballo de la Xunta, que ella
dirigía, y Porremprego, creada con el mismo objetivo y gestionada por el
gobierno municipal, del PP.
La misiva era sutil, pero alertaba de
supuestas malas prácticas: “La imagen que damos en alguna [oficina de
empleo] no es adecuada”, esbozaba la funcionaria el problema detectado
en el organismo empleador controlado por el gobierno de Nelson Santos.
No tuvo respuesta.
Tampoco cuando trasladó abiertamente a sus superiores
inmediatos las “irregularidades”. Por toda contestación, Carbajales
recibió la notificación del cese en su cargo, de libre designación.
Los correos electrónicos de la exdirectora del SPEG en O Porriño
advirtiendo del supuesto enchufismo a la cadena de cargos de la Xunta
forman ahora parte del sumario de la Operación Multiusos en la que están
imputados el alcalde, Nelson Santos, que ha reconocido públicamente que
colocaba a sus vecinos a dedo; el concejal de Empleo —del que depende
Porremprego—, Alejandro Lorenzo; el teniente de alcalde, José Manuel
Jacobo y el director de Porremprego y exconcejal, José Manuel Cabanelas.
En los correos que envió a sus jefes y posteriormente a la Fiscalía,
la funcionaria define la oficina de Porremprego como “una duplicidad” de
la del INEM (ahora SEPE). Describe a Porremprego como un ente
gestionado por el alcalde y sus más próximos concejales, situado frente
al de la Xunta, que ella dirigía, lo que facilitaba al edil Alejandro
Lorenzo “entrar a consultar datos de forma descarada” en la sede
autonómica.
Fue así como Carbajales asegura que descubrió que
Porremprego manejaba “de forma ilícita datos personales de los
demandantes de empleo inscritos en el SPEG que se derivan al SEPE”.
“Sabe dios para qué fines pudieron ser utilizados…”, se pregunta en una
de las misivas que envió cuando creía que podía poner fin a la situación
que describía.
La exresponsable de la oficina autonómica detectó las anomalías en
cuanto accedió al cargo: “Una vez en mi puesto como directora, ya
comencé a observar conductas irregulares por parte de funcionarios de la
propia oficina pública, tal y como me lo habían comunicado mis
compañeras y algunos demandantes que por miedo no se atrevían a hablar
nada más que en mi despacho”, relata en los correos incluidos en el
sumario.
Asegura que pudo constatar que el director de Porremprego “daba
altas y bajas de demandantes de empleo sin estar presentes y sin que
los mismos supieran nada al respecto” y que el funcionario municipal
realizaba “cambios de ocupación para que salieran ofertas del
Ayuntamiento y comunicaciones de sondeos libres por ocupaciones a
empresarios conocidos que le llaman directamente o se los remitía vía
fax desde la propia oficina”.
La ausencia de respaldo entre sus superiores la llevó a intentar
poner freno ella misma “a este tipo de actuaciones, cuando menos
irregulares”. Tampoco lo consiguió, por más que afirma que llegó a
sentarse “al lado del funcionario mientras atendía a las demandas con el
fin de evitar que siguiera con este tipo de conductas”.
De nada
sirvieron los escritos que remitió a la jefa territorial de empleo,
María Peón. También s informó también a su jefe de servicio, Juan
Pedrosa, y a la jefa de colocación, Teresa Soto, según consta en la
documentación del sumario. Incluso llegó a pedir a sus superiores
inmediatos que bloqueasen “algunos accesos de claves a datos del SEPE a
José Manuel Cabanelas”.
Todas sus denuncias cayeron en saco roto.
“Porremprego comenzó a rechazar a todos los trabajadores que les
mandábamos y a mí comenzaron a hacerme la vida imposible”, sostiene en
los correos incluidos en el sumario Y esa “guerra abierta” entre ambos
organismos desembocó en su cese." (
Cristina Huete
, El País, Ourense
6 JUN 2014 )
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