La Casa Romero de Ferrol
"Hasta ahora, la referencia gallega en Hollywood más obvia era Martin
Sheen, nacido Ramón Estévez, de madre irlandesa de Tipperary y padre
gallego, de Salceda de Caselas (entre Vigo y Portugal).
Los vecinos
todavía recuerdan cuando el hijo de Francisco Estévez aparecía de vez en
cuando con algún vástago por las fiestas de Parderrubias, la parroquia
de su padre. Pero el foco que la muerte pone sobre celebridades desvela
otra conexión: George A. Romero, fallecido el pasado 17 de julio, pudo
rodar La noche de los muertos vivientes¸ el film seminal del género zombi que dirigió en 1968, gracias en gran parte a la financiación de su familia gallega.
George A. Romero (en origen Jorge Alejandro Romero) nació el mismo
año que Sheen/Estévez (1940) y también era descendiente de un matrimonio
intermigrante: padre cubano, Jorge Marino Romero y madre lituana, Ann
Dvorski. La familia paterna, los Romero, procedían de Mourela do Medio,
una aldea del ayuntamiento de Neda, en el fondo de la ría de Ferrol.
El
abuelo Antonio emigró a Cuba, y allí se casó con otra gallega, Josefa
González, pero todos sus hijos venían a nacer a la tierra de origen. “Mi
padre nació en Coruña, pero se lo llevaron a Cuba cuando tenía un año, y
después se fue a Nueva York, creo que tengo todavía familia allí”, le
comentaba el realizador norteamericano en La Opinión de A Coruña al
periodista Santiago Romero ―ninguna relación de parentesco―, en 2008,
con ocasión de una retrospectiva con la que lo homenajeó el Festival de
Sitges.
De hecho, el director del Centro Galego das Artes da Imaxe
(CGAI, la filmoteca gallega), Guillermo Escrigas Romero ―éste sí
semipariente: comparte tatarabuelos con el cineasta― asegura que existe
en el archivo de la institución una foto de los Romero, padre e hijo,
paseando por la ciudad gallega.
A los Romero, tanto a los que se fueron como a los que se quedaron,
no les fue mal en el comercio. Los que no emigraron erigieron en Ferrol
para sede de su negocio un edificio modernista ―la casa Romero― que
todavía es de los más vistosos de la ciudad.
Un descendiente, el almirante Javier Romero Caramelo, fue agregado
militar en Washington, pero no tuvo ocasión de conocer personalmente a
su “primo”. Las dos hermanas de Jorge Marino Romero poseían grandes
almacenes en La Habana, y construyeron una enorme residencia con 60
habitaciones en Redes, un pequeño puerto pesquero a pocos kilómetros de
Mourela.
Como muchos indianos, repartían su tiempo entre las dos orillas
del Atlántico y aportaron fondos para crear una escuela de Redes. No
fue la única inversión en cultura. “En esa ciudad [A Coruña, en concreto
en la Praza de Ourense] vivían dos tías mías, hermanas de mi padre, que
podría decirse que fueron también productoras de mi primera película,
porque me ayudaron a financiarla. La última, Pura Romero, se murió hace
dos o tres años y está enterrada ahí”, contaba George A. Romero.
No fue
mal negocio. Además de inaugurar un género, Night of the Living Dead costó
114.000 dólares y recaudó 42 millones. La financiera no fue la única
ayuda de su familia. La Santa Compaña y los cuentos tradicionales de
muertos y apariciones del otro lado del océano que escuchaba en Miami
Jorge Alejandro posiblemente influyeron en el aspirante a director.
“Esas leyendas están en mi subconsciente, no puedo negarlo”, admitía el
nieto de Antonio de Mourela." (Xosé Manuel Pereiro , CTXT, 22/07/17)
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