"(...) Según
los informes de incendios de los agentes forestales, cerca del 99% de
los que se registran en Galicia tienen causas humanas y el 75% son
intencionados.
El resto son accidentes o negligencias. Los intencionados están ocasionados por incendiarios, es decir, personas que los causan deliberadamente, de los cuales muy pocos son pirómanos –con un trastorno psiquiátrico muy específico–.
“Se
suele usar el término pirómano de forma confusa, lo que conduce a que
se sobrevalore el papel de estas personas en los fuegos. Según las
estadísticas, en Galicia provocan un 6,5% de los incendios, cifra que
podría estar incluso sobreestimada por la falta de comprensión de este
término incluso entre los agentes forestales”, explica María Calviño Cancela, bióloga e investigadora de la Universidad de Vigo. (...)
Determinar las motivaciones de los incendiarios es muy difícil mientras no se les descubra e interrogue. Las estadísticas parten sobre todo de suposiciones realizadas por los agentes de incendios en sus informes.
“Existe una intencionalidad, sin duda, y las bases sociológicas son complicadas por múltiples factores, pero todos ellos se relacionan con un envejecimiento de la población. La pregunta que me hago es: si Galicia desde el año 90 cada vez gasta más dinero en extinción –debe de ser la región de Europa con mayor gasto, con unos 175 millones de euros anuales en los dos últimos años–, ¿por qué 37 años después el problema sigue siendo igual de grave?”, plantea González Prieto. (...)
“Imaginemos que en vez de gastar el dinero en extinción se hubiera invertido en prevención y en el desarrollo sostenible de las zonas que tradicionalmente se queman. En darle un futuro económico, ambiental y demográfico a esas áreas. Cada vez se gasta más, pero no se gasta bien. Es una economía del fuego que sigue creciendo”, indica el investigador del CSIC.
Para Calviño Cancela, estar preparado para algo tan excepcional como lo vivido en los últimos días supondría unos costes muy difíciles de asumir para cualquier sociedad. “No tenemos un problema con la eficacia de extinción de incendios, a la que se dedican muchos recursos, pero sí con el número de ellos que se producen”. (...)" (Incendios en Galicia: claves de una tragedia única en la Europa atlántica / Eva Rodríguez Nieto, Sociología crítica, 19/10/17)
"La Xunta ha privatizado hace años los servicios de extinción de incendios, eso hace que unas pocas empresas dependan de que haya fuego para que el negocio sea sostenible.
Determinar las motivaciones de los incendiarios es muy difícil mientras no se les descubra e interrogue. Las estadísticas parten sobre todo de suposiciones realizadas por los agentes de incendios en sus informes.
“Existe una intencionalidad, sin duda, y las bases sociológicas son complicadas por múltiples factores, pero todos ellos se relacionan con un envejecimiento de la población. La pregunta que me hago es: si Galicia desde el año 90 cada vez gasta más dinero en extinción –debe de ser la región de Europa con mayor gasto, con unos 175 millones de euros anuales en los dos últimos años–, ¿por qué 37 años después el problema sigue siendo igual de grave?”, plantea González Prieto. (...)
“Imaginemos que en vez de gastar el dinero en extinción se hubiera invertido en prevención y en el desarrollo sostenible de las zonas que tradicionalmente se queman. En darle un futuro económico, ambiental y demográfico a esas áreas. Cada vez se gasta más, pero no se gasta bien. Es una economía del fuego que sigue creciendo”, indica el investigador del CSIC.
Para Calviño Cancela, estar preparado para algo tan excepcional como lo vivido en los últimos días supondría unos costes muy difíciles de asumir para cualquier sociedad. “No tenemos un problema con la eficacia de extinción de incendios, a la que se dedican muchos recursos, pero sí con el número de ellos que se producen”. (...)" (Incendios en Galicia: claves de una tragedia única en la Europa atlántica / Eva Rodríguez Nieto, Sociología crítica, 19/10/17)
"La Xunta ha privatizado hace años los servicios de extinción de incendios, eso hace que unas pocas empresas dependan de que haya fuego para que el negocio sea sostenible.
Galicia,
la única comunidad que tiene privatizados los servicios de extincion de
incendios, a través de consorcios provinciales que financian a la mitad
la Xunta y cada una de las cuatro diputaciones. Tres empresas se
reparten el pastel económico: Matinsa, una filial de Fomento de
Construcciones y Contratas, Veycar y Seganosa (fuente: el diario.es)
Uno
de los contratos aprobados en 2016 por la Xunta de Galicia para
servicio de helicópteros y brigadas helitransportadas abarca los años
2016, 2017 y 2018. Su coste total es de más de 36,6 millones de euros,
pero en realidad existen variables que pueden elevar el importe al ser
necesario dedicar más medios terrestres y aéreos a la extinción, además
de otros contratos que refuerzan el servicio hasta rondar los 100
millones de euros anuales. El coste de un helicóptero por hora rondan de
los 2.800 euros de un Sokol a los 6.000 por un Kamov. El precio por
hora de una brigada de extinción helitransportada es de 268,44 euros
(datos fuente: Vigo-E Antonino García)
Según
esas cifras un incendio puede dar unos beneficios de 50.000 euros por
hora. Para que os hagáis una idea, solo un hidroavión sale en 30.000€ la
hora.
Pero
se sigue apostando por políticas que priman los medios para apagar el
fuego, sobre los medios que se ponen para limpieza de montes,
cortafuegos, brigadistas durante todo el año encargados del cuidado del
monte o programas de desarrollo para el rural.
Se paga por apagar el fuego,estorbo no por prevenirlo, no por cuidar la naturaleza.
Otras
razones son estructurales, por ejemplo, las comunidades de montes
buscan un tipo de explotación intensiva del bosque, lo que les hace
plantar especies de rapidísimo crecimiento pero que arden con una gran
facilidad, como el eucaliptus o el pino en lugar de repoblar especies
autóctonas como el carballo o el castaño de mucha mas difícil
combustión. Maderas más nobles pero que tardan mucho más en crecer.
El
hecho se agrava si pensamos que especies como el eucaliptus arrasan el
suelo. En Australia y otros países son usados para desecar zonas
pantanosas, con eso os podéis imaginar lo que hacen a los acuíferos.
La
despoblación derivada de la incapacidad de generar una economía
sostenible en el rural y alrededor de la naturaleza y del amor por
mantenerla. Una despoblación causada por falta de apoyo institucional,
falta de servicios, colegios o centros de salud en el rural y por
políticas que empujan a las poblaciones a concentrarse en las ciudades.
El abandono tiene entre otras consecuencias el crecimiento de vegetación arbustiva que facilita la transmisión del fuego.
Otras
razones son puramente antropológicas o de idiosincrasia: venganzas
personales, odios y rencillas familiares. El fuego como arma contra el
vecino.
La gente no habla y el fuego crea un poderoso vinculo de silencio y miedo entre la población.
Miedo
a las represalias, miedo a tener que declarar en un juicio y no poder
probarlo, miedo a que si hablas el próximo incendio afecte a tus
propiedades.
En
la ría de Pontevedra hay una famosa empresa llamada ENCE, privatizada
por el gobierno de Aznar. Es una empresa de producción de biomasa
disfrazada de productora de celulosa a la que la Xunta de Galicia
prolongó la concesión de explotación que finalizaba el año pasado por
otros 60 años cuando creían que iban a perder las pasadas elecciones.
Los
principales inversores y directivos de esa empresa son Isabel Tocino,
exministra de Medio Ambiente con Aznar renovó en 2016 por otros tres
años como consejera. Tambien son consejeros José Carlos del Álamo, ex
consejero de Medio Ambiente de la Xunta de Galicia entre 1997 y 2003 y
Pascual Fernández, consejero dominical a propuesta de ‘Los Albertos y el
que fuera gran valedor de Tocino en el PP (fuente eldiario.es)
Esa
empresa es un monstruo que devora toneladas de eucaliptus cada día.
Plantar eucaliptus es como plantar latas de gasolina en el bosque.
La
reforma de la ley de montes supuso otro desastre más. Un monte quemado
puede ser recalificado a urbanizable cosa que con la antigua ley no se
podía hacer. Si se quiere construir una urbanización en un entorno
protegido ya se sabe lo que hay que hacer. Después teniendo los amigos
adecuados se recalifica el terreno y a construir.
Como
decía al principio la realidad es más compleja, esas solo son algunas
de las razones por las que arde el monte, o mejor dicho por las que lo
queman.” (Manuel Lema Sieira, Sociología crítica, 18/10/17)
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