18/6/18

En guerra contra el nuevo “agujero negro” que cercará Santiago

"La guerra contra la empresa viguesa Toysal, que pretende fabricar biogás a partir de residuos en una vieja cantera de áridos sin restaurar en Teo (A Coruña), un gran vaso que rellenar con basura, se promete larga e intensa. Pero en ella los vecinos cuentan con el respaldo y el asesoramiento de colectivos con experiencia en la lucha contra la industria contaminante y los endiablados trámites administrativos que ponen el cuarentena durante años el futuro de una comarca. 

La Plataforma Casalonga Limpa de Residuos, que lleva el nombre del enclave donde se ubica el cráter sobre el que se extiende el temor de acabar en "agujero negro", ha logrado reunir esta mañana a cerca de 2.000 personas en su primera marcha contra Toysal, y se han sumado representantes de los colectivos nacidos contra la Mina de Touro-O Pino y el vertedero de Grixoa (Miramontes, al norte del municipio de Santiago). 

Todos ellos luchan actualmente con más voluntad que medios frente una burocracia lenta y decisiones políticas (municipales y autonómicas) que de momento, en opinión de los afectados, no han demostrado defender los intereses de unos pueblos sembrados de viviendas unifamiliares, importantes cuencas fluviales y explotaciones ganaderas ubicadas a pocos cientos de metros de los focos bajo sospecha.

 La plataforma de Casalonga, apenas recién creada, ha cosechado en pocos días el apoyo de gran parte de los vecinos de Teo y el municipio ha quedado cubierto en una semana de pancartas con la que cientos de particulares de las parroquias más remotas rechazan el proyecto de vertedero en la cantera.

La "planta de reciclaje" para la que Toysal quiere obtener licencia contemplaría una balsa de almacenamiento de residuos con siete mil metros cúbicos de capacidad. 

El objetivo anunciado es la producción de biogás a partir de la descomposición de lodos de depuradora y desechos orgánicos procedentes de conserveras y otras industrias agroalimentarias que tienen un problema en la gestión de desperdicios y se convertirían en clientes. En Casalonga podrían tratarse también purines, subproductos cárnicos sin salida y estiércol alcanzando, en total, unas 70.000 toneladas anuales.

El acto de esta mañana consistía en una caminata con partida desde varios de estos pueblos y destino en la Carballeira de Cornide, en las inmediaciones del agujero abierto por la extracción de áridos. El colectivo recuerda que Teo, al sur de Santiago, es un ayuntamiento eminentemente "residencial" que no puede ser condenado a la condición de municipio "residual", adonde vayan a enterrar la basura generada por la sociedad camiones procedentes de toda Galicia, como ya sucede desde hace ocho años en Grixoa

Si el proyecto de Toysal, en fase de tramitación, llegase a convertirse en realidad, los vecinos advierten de que la capital de Galicia quedaría definitivamente "cercada por los agujeros negros" de desperdicios industriales, lodos de depuradora y desechos en general, porque el cráter de Grixoa está enclavado al norte.



Son los vecinos de esta cantera de áridos reconvertida en vertedero a solo cuatro kilómetros de Monte Pío, la residencia oficial que ocupa Feijóo, los que han servido de alarmante ejemplo a los de Casalonga. Después de una larga lucha, en la que lograron el apoyo de grupos ecologistas y científicos del CSIC, consiguieron que la Xunta actuase clausurando una de las empresas del llamado "Complejo Medioambiental Miramontes" por superar de largo los límites permitidos en nitratos y metales contaminantes. 

También lograron parar el tráfico "ilegal" y pestilente de camiones de basura entre las propiedades particulares, pero al cabo de los días este se restableció y el vertedero siguió colmándose a diario con más de medio centenar de tráileres. El caso sigue candente y, además de a la Xunta, toca de lleno al Gobierno local de Martiño Noriega (Compostela Aberta), de la misma manera que el conflicto de Casalonga atañe al de Rafael Sixto, que fue el heredero político de Noriega cuando este dejó la alcaldía de Teo y se postuló para la de Santiago.

A la marcha de hoy, que comenzó en siete puntos diferentes hasta confluir, se han unido también vecinos de Padrón, Ames y Santiago, ya que la cantera de Casalonga se ubica en un alto muy próximo al límite con todos estos ayuntamientos. Bajo el lema "Nós chegamos primeiro, Toysal fóra!", han recordado que si se llega a aprobar la planta de residuos "supondrá una grave degradación de la zona" con "perjuicios ecológicos irreparables" y unos "40.000 habitantes afectados a corto plazo". 

La cantera adquirida por la firma con sede en Vigo se ubica en una zona de la provincia de A Coruña altamente poblada y con servicios: "a menos de dos kilómetros hay una escuela unitaria, una guardería, un centro de salud, una residencia de ancianos y un colegio", señala la plataforma. Varios de estos centros, como el geriátrico y el colegio, han expresado ya su rechazo cerrado al proyecto de Toysal desplegando sus propias pancartas en las fachadas.

Desde su creación el pasado día 4, la plataforma Casalonga Limpa de Residuos ya ha celebrado varios actos informativos y ha emprendido "contactos" con el Ayuntamiento de Teo y con la Dirección Xeral de Calidade Ambiental de la Xunta. 

El colectivo opuesto al nuevo basurero insiste en que se trata de una cuestión de interés general porque, al igual que el proyecto en ciernes para reactivar la mina de cobre de Touro, "a medio plazo habrá gran cantidad de afectados desde Santiago a la ría de Arousa" por la actividad de Toysal, ya que "la producción de la planta afectará a los acuíferos que desembocan" en esta cuenca. Otros "perjuicios turísticos" tocarían "directamente al Camino Portugués", que cruza la falda del monte en el que se ubica la cantera."             (Silvia R., El país, 17/06/18)


"Tres polémicos proxectos industriais, en activo ou previstos no futuro inmediato, fixeron erguer a voz da cidadanía e da veciñanza máis afectada. 

No pasado domingo, unha concorrida manifestación clamou en Santiago contra a posible reapertura da antiga mina de Touro e as temibles afectacións medioambientais, sociais e económicas dun macroproxecto a tan só 15 quilómetros do centro da capital galega.

 Na marcha, representantes tamén de colectivos que loitan contra a planta de residuos prevista no veciño concello de Teo, a uns 8 km da Catedral, e veciños da parroquia compostelá de Grixoa, a 6 km da zona vella, onde opera desde hai tempo un vertedoiro que está a causar importantes e denunciados problemas.

As tres iniciativas coinciden no rexeitamento social e na proximidade ao núcleo urbano de Compostela, formando un triángulo ao seu redor que abrangue o interior unha área de 139 kme suma un perímetro de pouco máis de 56 quilómetros, cunha distancia máxima de 15, no caso do proxecto mineiro de Touro. 

No caso desta pretendida reactivación da antiga mina, a zona de afectación incluiría tamén o Camiño de Santiago e o seu proxecto futuro chega mesmo a Santiago, mentres que na planta prevista en Calo (Teo) sitúase ao carón de espazos densamente habitados. En todos os casos, ademais, o temor ao prexuízo das actividades aos terreos agrícolas e gandeiros é común.  

"Estamos moi preocupados", recoñece Xan Duro, concelleiro de Medio Ambiente en Compostela, que insiste en advertir da "preocupación máxima" polos proxectos, en especial polo feito de que o de Touro poida chegar mesmo a territorio do municipio santiagués.

 "É unha iniciativa enorme, que está centrado en Touro, pero que abre moitas outras posibles afectacións", di o edil, que alerta das autorizacións de prospeccións, que chegarían "a zonas de Santiago". "Son mapas difusos; se estes permisos non están en terreo municipal de Santiago, están no límite", insiste.

A megamina de Touro

A plataforma Mina Touro O Pino Non, así como outros colectivos como a Plataforma en Defensa da Ría de Arousa (PDRA), levan tempo advertindo dos riscos dun proxecto mineiro que precisa do visto e prace da Xunta. Uns trinta plenos municipais aprobaron mocións contra a aprobación da mina, entre eles a maioría dos que se sitúan na conca do río Ulla e nas proximidades da área afectada, así como a Deputación da Coruña. 

O proxecto de extracción de cobre previsto supón voaduras diarias na que se empregarán entre 9 e 16 toneladas de explosivos cada unha, así como unha mina a ceo aberto con emisións de pó que conleva unha grave contaminación atmosférica. Tamén se prevé a utilización dunhas 15.000 toneladas de produtos químicos altamente perigosos e sospeitosos de causar cancro para a separación do mineral.

 Segundo os colectivos que piden que se impida a autorización, a empresa Cobre San Rafael prevé gastar arredor de 2,25 hectómetros cúbicos de auga ao ano (seis veces máis que os concellos de Touro e O Pino xuntos no mesmo período), así como a creación de dúas grandes balsas de lodos cun dique de 3,2 quilómetros e 80 metros de altura, cos graves riscos que supoñen para as localidades máis achegadas. 

A área de afectación, lembran, é dunhas 700 hectáreas ampliables a máis de 1.800 e o proceso desviará regatos e eliminarán varios centos de hectáreas de masa forestal e cultivos. Alén disto, advírtese das filtracións e drenaxes dos amcontaminantes ao río Ulla e a consecuente afectación á ría de Arousa e os problemas que causarían nos bancos marisqueiros e pesqueiros. 

"Non estamos en absoluto de acordo con este proxecto, ao que nos opoñemos frontalmente, pero non só porque nos afecte directamente, senón porque o que non queremos para nós tampouco o queremos para os demais", explica Xan Duro, que advirte de que esta nova megaminería "establece un patrón de consumo" que non desexan.

Vertedoiro en Grixoa

A tan só 6 km de Santiago, na parroquia compostelá de Grixoa, hai un complexo de tratamento de residuos formado por un vertedoiro (dende 2008) e unha planta de elaboración de solos artificiais (tecnosolos), neste caso desde 2015. A iniciativa foi presentada como un plan para a recuperación medioambiental da antiga canteira, enchendo o seu oco con cascallos da construción e restos desta, para lograr recuperar o solo da explotación con terra vexetal.

Pero nos últimos dous anos, a veciñanza das proximidades comezou a sufrir as afectacións dun complexo que mudou o seu funcionamento inicial, tal e como denuncia outra plataforma, a STOP Vertedoiro Santiago, que vén de celebrar unha andaina contra o complexo e que nun documental explicou con claridade todas as problemáticas e posibles irregularidades. Advirten, ademais, que o inspector técnico de medio ambiente do Concello de Santiago elaborou dous informes que desaconsellaban a instalación dunha industria deste tipo nesta localización.

Agora, tal e como explica Duro, será a Xunta quen decida sobre o futuro inmediato da planta, xa que ten un expediente aberto polo incumprimento de varios puntos da autorización ambiental integrada.

Alí entran todo tipo de residuos industriais, residuos domésticos que non son reciclados noutras plantas e outros de forte olor para os tecnosolos, mesmo lodos da ría de Noia, que son depositados xunto a casas, leiras e un regato, o de Oufín, que desemboca no Tambre, río do que bebe Santiago e moitas outras poboacións da comarca. 

Así, a veciñanza denuncia os cheiros, as filtracións de líquidos ao solo e ao subsolo e a acuíferos e regatos, así como o tráfico intenso de camións --até un cento ao día-- que ciscan cascallos e lixo nun tránsito que podería ser irregular. 

A única vía de acceso á canteira de Miramontes é unha vía rural á que se accede dende a estrada DP-7804 (Val do Dubra - Santiago). Este camiño rural, chamado Camiño de Gandarón, é unha vía de titularidade municipal, de 4,5 metros de anchura e ten unha prohibición de paso para vehículos de máis de 5,5 toneladas (agás os que conten cun permiso especial).

 O Concello de Santiago confirmou a través dun escrito que a única empresa que ten autorización de paso para vehículos de máis de 5,5 toneladas é Áridos CNC, non a que empresa que explota o vertedoiro.

Planta de reciclaxe na Casalonga

A 8 quilómetros en liña recta do centro de Santiago, no veciño Concello de Teo, sitúase o outro proxecto polémico na contorna compostelá. Previsto na parroquia de Calo, no espazo que anteriormente ocupou unha mina a ceo aberto en Casalonga, a planta prevé o tratamento anual dunhas 90.000 toneladas de residuos e situaríase a tan só 400 metros dun núcleo de poboación. Ocuparía uns 135.000 metros cadrados, a menos de dous quilómetros de onde viven 4.000 persoas e a uns seis doutras 50.000.

A planta, cunha extensión equivalente a uns 14 campos de fútbol, prevé unha balsa de 7.000 metros cúbicos de capacidade para almacenar os residuos, dous gasómetros para 1.000 metros cúbicos cada un, un espazo para o lavado diario de 20 camións que transportarían os residuos orgánicos e lodos á planta ou unha nave de recepción de residuos duns 2.000 metros cadrados.

Tanto a plataforma veciñal Casalonga Limpa de Residuos, que xa celebrou varias xuntanzas informativas e accións de protesta, como o informe técnico encargado polo Concello advirten dos riscos e das posibles afectacións sociais, medioambientais e económicas dun proxecto que, coinciden, non elixiu o lugar máis axeitado para situarse ante o achegado da proboación e de varios núcleos.

Logo da campaña de recollida de sinaturas iniciada o pasado día 9, este domingo 17 a plataforma chama "a todas as persoas contrarias á instalación da planta da empresa Toysal a participar nunha andaina ata o monte da Casalonga" e que sairá de varios puntos da localidade.

 "Que cada un, dende o seu lugar, avance decidido para dicirlle ben alto e claro: Nós chegamos primeiro, Toysal fora!", din desde un colectivo que nas súas comunicacións advirte de que "Santiago está rodeado de empresas altamente contaminantes".

No hay comentarios: