Baltar no sólo compró las acciones del club, por algo más de 120 millones de pesetas de 1998. Cuando la sociedad deportiva empezó a hacer aguas en la contabilidad -no había dinero para pagar a los jugadores- aparecieron personas de su entorno más próximo, como Prado Verdeal y otros militantes del PP, que aportaron la cantidad necesaria para un saneado de emergencia.
La lista de acreedores, por un total de 5,6 millones de euros, es de un centenar de personas o entidades. Entre ellos, la Agencia Tributaria, a la que debe un millón de euros y Caixanova, con la que mantiene una deuda de 2,3 millones. El patrimonio del club no supera los 28.000 euros. (...)
El Club Deportivo Ourense se alimentó de las subvenciones de la Diputación mientras ello fue posible. En 2001, las arcas públicas de la institución presidida por Baltar desembolsaron 65 millones de pesetas para el club del presidente. En 2002, la Diputación aportó 570.900 euros y en 2003, 511.803 euros más.
En 2004, el CDO recibió subvenciones de la institución provincial por 510.000. En 2005 y 2006, las subvenciones de la Diputación al club no superaron ya los 210.000 euros y en 2007 y 2008 fueron ya sólo por importe de 180.000 euros cada año.
En enero de 2007, Baltar anunció que el 80% de las subvenciones -principal y casi exclusiva fuente de ingresos de la entidad deportiva- quedaban embargadas hasta 2010. El presidente admitió entonces que la Diputación tenía notificaciones para lo que restaba de década.
En ese mismo 2007, Prado volvió a convertirse en accionista ya que, al declarar el club la suspensión de pagos, transformó las deudas en acciones. Fue un trámite, porque no se produjo la necesaria ampliación de capital. Ahí se cortó el grifo de las subvenciones millonarias que el presidente Baltar concedía desde la institución pública que presidía al empresario Baltar.
Una auditoría realizada posteriormente al club, por orden judicial, evidenció la vinculación entre la mala gestión financiera de los representantes del PP con la quiebra técnica del CDO. Entre la lista de allegados a Baltar que figuran como acreedores del club están también el que fue presidente de la entidad, Joaquín Muñoz, ex diputado autonómico del PP.
Muñoz facturó a su empresa, desde su cargo de presidente del Ourense, según el informe de la administración concursal. Otro de los acreedores con cargo en el PP es el también ex presidente José Luis Sousa. Y también la empresa Viajes Compostela, que preside el hermano del entonces vicepresidente de la Diputación y actual delegado de la Xunta en Ourense, Rogelio Martínez.
Los peritos que hicieron la auditoría al club no tuvieron dudas en manifestar que el CDO estuvo funcionando a costa del erario público, a través de las subvenciones de la Diputación y del Ayuntamiento durante los años de mandato del PP." (El País, ed. Galicia, Galicia, 14/11/2010, p. 1/2)
"Los 800.000 euros que el Club Deportivo Ourense le debe al ex delegado provincial de la Consellería de Agricultura Agustín Prado Verdeal fueron "donados" por empresarios y alcaldes ourensanos a José Luis Baltar, actual presidente de la Diputación y en aquella época dueño además de la sociedad deportiva.
José Luis Baltar recogió el dinero que aportaban "voluntariamente" a modo de donación estas personas de su entorno y lo puso a su nombre para entregarlo a continuación al club, según él mismo explicó esta semana en una comisión informativa del organismo provincial a los portavoces de PSdeG y BNG, Alfredo García y Xosé Manuel Fírvida, contestando a la pregunta que en este sentido le formuló el socialista.
Pero esta inyección económica que habría de sanear al Ourense cuando estaba en bancarrota y que convirtió al presidente de la Diputación y dueño del club en principal acreedor privado de la entidad deportiva, no fue suficiente para evitar el descalabro. Según relatan García y Fírvida, Baltar reconoció en esa misma comisión de la Diputación que hizo "una colecta" entre distintos sectores de la sociedad ourensana, fundamentalmente empresarios y alcaldes, que acabaron aportando cantidades de dinero para hacer una ampliación de capital y sanear el club.
Según detalló el presidente provincial contestando a la pregunta del portavoz socialista, algunos empresarios aportaban el dinero, en cantidades desiguales, "a fondo perdido", mientras que otros reclamaban participación en las acciones, aun conscientes de que en ese momento no valían nada. García y Fírvida sostienen que Baltar desveló en esa reunión cómo, mediante estas aportaciones económicas de particulares, que puso a su nombre, se convirtió en principal deudor del Ourense, "subrogándose la responsabilidad de los verdaderos acreedores".
En ese momento, con el club económicamente inviable, declarado en quiebra técnica, el entonces presidente del PP y de la Diputación, además de dueño de la sociedad deportiva, colocó al concejal del PP ourensano José Luis Sousa como presidente. Pero los 800.000 euros no fueron suficientes para sanear las maltrechas finanzas. El club siguió financieramente a la deriva y deportivamente, cuesta abajo.
Cuando, en 2007, se abrió el proceso concursal, Baltar decidió que debía desaparecer como acreedor. El presidente provincial tuvo claro en ese momento que tenía que quitarse de en medio. "Yo no debía figurar como acreedor, porque era muy conocido: era el presidente de la Diputación", explicó a los portavoces de la oposición.
De esta forma justificó su determinación de acudir ante un notario con Agustín Prado Verdeal para firmar un documento público mediante el cual le traspasaba las acciones a su amigo. "No tenían ningún valor, de lo contrario no se las habría regalado, que yo no soy tonto", detalló el presidente a los portavoces de PSOE y BNG." (El País, Galicia, 18/11/2010, p. 3)
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