"La única incubadora con respirador del Hospital de Valdeorras se
estropeó en enero y durante una semana las parturientas tuvieron que
desplazarse a Ourense, alguna con gran despliegue médico. En Santiago
una máquina de diálisis reparada con piezas no originales se quemó
mientras se atendía a un paciente.
En Lugo la avería de un equipo de
Rayos X retrasó durante diez días cientos de citas. La lista de
problemas en el equipamiento médico eléctrico del Sergas sigue en aumento, según denunció ayer la CIG.
Hasta el pasado mes de julio el mantenimiento y supervisión de los equipos de electromedicina de la mayoría de los hospitales de Galicia
corría a cargo de una treintena de electricistas especializados del
Sergas. Sanidade entregó entonces el servicio a la empresa Iberman SA
por tres años a cambio de 25 millones de euros.
Así que el Sergas
reconvirtió a sus técnicos de plantilla en electricistas comunes lo que,
en la práctica, les redujo carga de trabajo. Sus anteriores tareas de
mantenimiento y reparación menor —las grandes averías se remiten a cada
fabricante— las hacen ahora los empleados de la adjudicataria.
Pero
según critica Xermán Rouco, representante de CIG-Saúde en Pontevedra, ni
cubren presencialmente las 24 horas del día, como exigía el concurso,
ni cuentan con preparación adecuada, ya que “el único personal que
conoce ese tipo de aparatos son los técnicos
de las casas que los fabrican o los del Sergas, formados para ello y
con años de experiencia”.
Esos trabajadores seguirán cobrando por
realizar tareas menos cualificadas hasta que se jubilen o dejen
voluntariamente el Sergas, cuando sus plazas serán amortizadas.
Mientras, donde antes había un trabajador público, ahora hay uno privado
y otro público infrautilizado.
Xosé Vázquez, representante sindical en Lugo, critica que parte de
los retrasos en las averías se deben a “discusiones sobre qué empresa es
competente”, dándose el caso de que la reparación de un equipo de Rayos
X se demoró diez días hasta que un técnico del fabricante, no de
Iberman SA, “lo arregló en dos horas, como lo habría hecho el técnico
del Sergas”. Mientras, los pacientes, asegura Vázquez, “fueron derivados
a centros privados”.
El caso de la electromedicina no es el único en el que el Sergas ha
encargado a una empresa tareas que venían ejerciendo trabajadores
públicos ahora desplazados o infrautilizados. La secretaria nacional de
CIG-Saúde, María Xosé Abuín, también recuerda, entre otras, la externalización del mantenimiento eléctrico
general, que ahora corre por cuenta de las empresas que suministran la
electricidad.
Igualmente, tanto en el complejo hospitalario de Ourense
como en el futuro de Vigo se ha decidido privatizar en contratos de
“gestión integral” determinadas tareas que antes realizaban empleados
públicos. (...)" (El País, 15/04/2014)
No hay comentarios:
Publicar un comentario