"Las tiendas de campaña de los marineros del cerco gallego forman
parte desde hace mes y medio del paisaje que rodea la sede de la Xunta, en Santiago de Compostela. Es una de sus formas de protestar por un sistema de reparto de cuotas
que acaba de renovar el Gobierno, y que lesiona gravemente los
intereses de una mayoría de los barcos que trabajan la sardina, la
caballa y el jurel en Galicia.
“Nos aboca a la ruina”, se lamenta Andrés
García, portavoz de los más de 1.500 afectados por el sistema de
distribución de capturas.
Con el campamento como fotografía de sus protestas, un total de 120 barcos del cerco
secundan también un paro iniciado en octubre, cuando constataron la
finalización de la cuota de jurel de acuerdo con el reparto establecido
para los años 2014 y 2015. Los armadores acometieron un ERE que afectó a un millar de marineros,
autónomos que no tienen derecho a coberturas de desempleo.
Y el BOE les
asestó el golpe definitivo el pasado 30 de noviembre, al publicar la
orden que renueva un año más un sistema de cuotas que se basa en el reparto individual por barco de acuerdo con sus respectivos históricos de capturas. El mismo que rechazan.
Mientras turnos de 30 patrones mantienen día y noche el campamento de protesta frente al edificio de la Xunta,
el paro hace mella en la economía de las familias afectadas.
“Seguimos
sin ingresos, pero los gastos son prácticamente los mismos: los seguros,
seguridad social, los amarres, las letras de los buques…”, narra
García, que subraya el escaso tamaño de las empresas armadoras, muy
sensibles a cualquier eventualidad, incluidos los criterios de reparto.
Por eso están decididas a mantener la protesta, ante lo que consideran
un intento de acabar con la histórica flota del cerco en Galicia.
En total son 1.500 empleos directos los que están en juego,
a los que habría que añadir otros 6.500 indirectos. Puertos de
prácticamente todas las rías gallegas cuentan con barcos del cerco, que
en Galicia emprendieron una autorregulación a principios de la década de
los ochenta. “Se establecieron unos límites por barco y año para
proteger la pesca que no se impusieron en otras comunidades
como el País Vasco.
Por eso, a la hora de valorar el histórico en las
asignaciones de cuota, la flota gallega fue la gran perjudicada”, afirma
un portavoz de la Asociación de Armadores del Cerco de Galicia
(Acerga), mayoritaria en Galicia. No la única, porque Cerqueiros
Galegos, de nueva creación, defiende los criterios aplicados por el
Gobierno. Eso sí, con una representación del 20% de los armadores,
frente a casi el 80% de Acerga.
“Queremos que se aplique un modelo lineal por buque y número de tripulantes”,
resume Andrés García. Frente a este modelo, Cerqueiros Galegos propugna
que cada buque gestione sus cuotas como hasta ahora, en consonancia con
el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente y con la
Consellería de Mar. La titular de esta última, Rosa Quintana, no ha dudado en culpar a la directiva de Acerga de la finalización de las cuotas de gestión conjunta.
Tras
una manifestación que reunió a más de 2.000 personas el 15 de
noviembre, convocadas por la asociación mayoritaria, Quintana aseguró
que los resultados económicos de esta campaña están mejorando
notablemente respecto a 2014, y en algunos casos hasta multiplicando por
10 sus ventas.
"Veo que algunos barcos de Acerga que facturaron 60.000
euros o 90.000 euros en 2012 hoy están facturando más de 600.000",
afirmó la 'conselleira', para añadir: “El problema puede deberse a un
reparto dentro de la propia directiva de esa organización o a cómo hacen
las cosas”. Su velada acusación ha deteriorado unas relaciones que ya
estaban marcadas por la tensión.
La 'conselleira' también ha
puesto en duda que el reparto que defiende la mayoría de la flota del
cerco favorezca Galicia. “Cuando hablamos de reparto por tripulante,
ojito”, ha advertido a los armadores, a los que pidió “que echen bien
las cuentas y miren cuántos otros tripulantes pueden venir del golfo de
Cádiz a pedir ese porcentaje de jurel”. Desde Acerga acusan a la
'conselleira' de favorecer “distintos 'lobbies' muy poderosos, como los
de la acuicultura nórdica y chilena”.
En ese clima de confrontación, la flota gallega del cerco, la más importante de Europa,
se encontró el lunes de la pasada semana con la desagradable sorpresa
de la aprobación del plan de gestión para 2016, que continúa con el
mismo reparto de criterios históricos. Es la primera vez que el plan se
aprueba antes del inicio de la campaña, ya que en años anteriores se
hizo con retrasos de hasta cinco meses, con el agravante de que en esta
ocasión se dicta en vísperas de unas elecciones generales." (Pablo López. Vigo , El Confidencial, 10/12/15)
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