17/2/17

La plaga de polillas que devora los cultivos de patata. La Xunta ha sido incapaz de frenar su avance por tierras gallegas

"La polilla guatemalteca (Tecia solanivora), un insecto muy destructivo que penetra en las patatas y las carcome por completo, amenaza una de las más valiosas joyas de la agricultura y gastronomía gallegas. 

El bicho fue identificado por primera vez en Neda (A Coruña) a finales de 2015 y en este tiempo la Xunta ha sido incapaz de frenar su avance por tierras gallegas. La plaga, que supone un peligro para el sector pero no un riesgo para la salud de los consumidores, ha devastado ya cosechas para autoconsumo en 31 ayuntamientos del norte de A Coruña y Lugo y se ha adentrado en siete concejos de Asturias. 

Las grandes plantaciones con denominación protegida de A Limia (Ourense) y Bergantiños (A Coruña) esperan, a salvo de momento, a que el Ministerio de Agricultura apruebe un decreto con medidas más contundentes que impidan el desastre, entre ellas la drástica prohibición de este cultivo en los municipios afectados.



Fue el Centro de Investigacións Agrarias de Mabegondo (A Coruña) el que descubrió en 2015 la presencia de la polilla guatemalteca en Neda. Este gusano es originario de Centroamérica y hasta entonces en España solo había sido localizado en Canarias, por lo que, aunque sin evidencias, los científicos sospechan que el insecto llegó en barco a la costa de A Coruña y Lugo. 

En los Ayuntamientos limítrofes de Neda, Ferrol y Narón se dieron cursos y charlas a los productores, se prohibió trasladar tubérculos procedentes de estas zonas, se destruyeron 6.800 kilos de patatas infectadas y en las huertas se colocaron trampas con feromonas sexuales para atraer y capturar las polillas al vuelo. Pero nada de aquello frenó su expansión.

“No es que la gente de las zonas afectadas no actuara bien, yo creo que se expandió por personas ajenas al sector que ignoraban el problema. Aquí en Galicia todo el mundo tiene sus patatas”, apunta Ángel Alvariño (PSOE), alcalde de Neda, quien critica que el decreto que prepara el Gobierno para atajar el avance de la polilla llegará “muy tarde”. 

El hecho de que la plaga afecte hasta ahora solo a plantaciones familiares de autoconsumo y pequeños agricultores que venden sus productos en ferias y plazas de abasto ha evitado que el golpe económico se mida en grandes cifras, pero, en la cara amarga de la moneda, también complica la eficacia de las cuarentenas y controles.

“No podemos asegurar que las medidas de estos años no hayan funcionado porque a lo mejor [la plaga] ya estaba extendida cuando se impulsaron; se tardó cierto tiempo en aclarar qué tipo de polilla era”, abunda el presidente de Indicación Xeográfica Protexida Pataca de Galicia, Julio Gómez, quien hace un llamamiento a la “responsabilidad” de los pequeños productores para que la polilla guatemalteca no llegue a A Limia y Bergantiños. 

Gómez, que encabeza una agrupación de 67 agricultores que producen seis millones de toneladas al año, confía en que Agricultura apruebe en 15 días, como les ha prometido la Xunta, un decreto que prohibirá plantar patatas en los ayuntamientos afectados. 

Está convencido de que si se cumple esta medida, el problema se erradicará en un par de años, pero se confiesa preocupado por la posibilidad de que la plaga se extienda a través de los camiones que entren en estas zonas para suministrar las patatas que allí no se podrán cultivar.

El Ministerio de Agricultura aún no ha decidido si introducirá controles en el transporte de patatas a las zonas sacudidas por la plaga. El decreto, explican desde este departamento, se encuentra aún en periodo de consultas y estará listo “en estas próximas semanas”, sin más concreción.

 La norma prohibirá el movimiento de patata infectada, la siembra del tubérculo en las zonas donde se detecte la polilla y una “fuerte vigilancia” que permita detectar su presencia en otras áreas para “controlar su dispersión”. “Esta plaga solo afecta a la patata: si no hay patata, la polilla muere”, subrayan desde el Ministerio."             (El País, 11/02/17)


La Consellería de Medio Rural insiste en que son zonas donde el tubérculo se cultiva básicamente para autoconsumo y que su objetivo es precisamente «evitar que chegue ás áreas que comercializan patacas e que, polo tanto, teña repercusións económicas, e en especial a aquelas que están protexidas pola indicación xeográfica protexida (IXP) Pataca de Galicia».


Ante el riesgo de expansión y con la amenaza de un posible veto a la exportación en el horizonte, el Ministerio de Agricultura ha entregado a la Xunta y al Gobierno del Principado el borrador del decreto de medidas para combatirla. Y eso con la idea de consultar a ambas comunidades antes de su aprobación definitiva, que parece inminente.


Desde el Ejecutivo gallego remarcan que es el Gobierno central quien «leva as rendas do asunto», por afectar la plaga a dos comunidades. Así se puso de relieve en una reciente reunión sectorial de coordinación con Galicia y Asturias. Pero mientras en el Principado tienen ya clara la zona afectada (siete municipios, tres de ellos en cuarentena), en Galicia la lista definitiva de concellos infestados no se ha cerrado aún. «Estase ultimando e farase de xeito inmediato», apuntó ayer Medio Rural.

 Es un dato relevante, toda vez que el decreto contempla la prohibición de cultivar patata en los municipios infestados. No es una decisión firme, pero en Asturias se da por hecho que se aplicará.


Ante la incertidumbre del alcance del decreto ministerial, la consellería desveló que el lunes tiene previsto informar a alcaldes de concellos afectados y que el miércoles la directora xeral de Gandaría, Agricultura e Industrias Agroalimentarias, Belén do Campo, se reúna con responsables de la IXP Pataca de Galicia.


Medio Rural apuntó ayer que desde que en el 2015 se detectó la presencia de la polilla se han tomado medidas como acotar zonas, instalar trampas (900, que cazaron cerca de 12.500 insectos), aplicando métodos fitosanitarios y destruyendo varios lotes de patatas, que se pagaron a 30 céntimos el kilo. 

«O problema non é grave, é gravísimo»


Entre os produtores dos concellos afectados hai moitas dúbidas e incertezas. Deles, Eugenio García foi probablemente o máis importante de Ribadeo e un dos da Mariña lucense. Xa xubilado, chegou a producir uns 200.000 quilos do tubérculo. Este ano di que aínda non comprou a semente. 

E non sabe se plantará. Engade que as medidas de prevención para loitar contra a praga xa se tiñan que ter tomado en canto se detectou, no 2015. Porque, denuncia, o problema non é grave, senón que «é gravísimo». Engade Eugenio García que sabe de xente «de Burela, do Valadouro, que o ano pasado tivo que tirar toda a colleita. Ese bicho métese dentro, podre a pataca e hai que tirala». 


Sobre a prohibición de plantar patacas como medida de prevención adoptada en Asturias, o produtor da Mariña lucense considera que no Principado se fixo, pero que antes recolleron as patacas afectadas, pagáronas e incineráronas. «Aquí o que se dicía era que había que facer un furado, tapalas, botar unha capa de cal enriba e botarlle terra. Iso se tes poucas patacas vale, pero se tes miles de quilos, que fas?», se pregunta. 


Na súa opinión, a Xunta xa debería ter prohibido o cultivo nas zonas afectadas o ano pasado, porque «isto é como unha enfermidade, canto antes se ataque mellor». Ademais, engade, «din que acabar con este bicho é moi difícil. Se van tomar medidas, dende logo canto antes o fagan e antes nolo expliquen a todos moito mellor». 


Eugenio lamenta as consecuencias da incerteza sobre o que vai facer a Xunta: «É a primeira vez na vida que non teño a semente comprada a estas alturas do ano. Normalmente a encargamos en decembro, pero agora estamos a velas vir». O negocio das patacas lévao agora a súa muller.

«Non vexo máis saída que deixar de producir»


Parar la producción de patata durante dos años le acarreará notables pérdidas, pero Leticia Iglesias, agricultora ecológica de Neda -donde se detectó el principal foco de Tecia solanivora de la comarca- defiende la medida. 


«Non vexo máis saída que deixar de producir. Para min a pataca representa moitos cartos, pero se me limitas a vendela en Ferrolterra, como agora, aínda me prexudicas máis», explica. A su explotación no ha llegado la polilla guatemalteca, pero lleva tiempo sin poder abastecer a sus clientes de fuera de la comarca con los tubérculos de su huerta (compra patatas en otras zonas para poder atenderlos). 

Leticia aboga por paralizar los cultivos «para poder erradicar a praga e despois retomar as liñas de venta» habituales. En su entorno es prácticamente la única agricultora que planta patatas para su comercialización, ya que sus vecinos lo hacen para autoconsumo.

 De ahí su temor a que la prohibición del cultivo durante dos años resulte efectiva. «É moi difícil controlar que a xente non teña a súa colleita [...]. Este ano xa está todo plantado; a min se me din que teño que arrincalo, malia a inversión, fareino, pero a xente maior, non sei...», alerta la agricultora.

«Hay que tomar medidas, y rápido, para atajar el problema» 


Por el momento la plaga se mantiene alejada de las grandes zonas de producción de patata gallega. Así lo subraya el presidente del Consello Regulador de la Indicación Xeográfica Protexida (IXP) Pataca de Galicia, con sede en Xinzo. Según Julio Gómez Fernández, «se trata de un problema muy focalizado en zonas concretas y de momento no parece que haya riesgo de que pueda extenderse a las áreas de gran producción, como A Limia. Pero habrá que tomar medidas, y rápido, para atajar el problema». 


Adelanta que, con esa objetivo, se celebrará el próximo miércoles una reunión entre representantes del sector patatero y responsables de la Consellería de Medio Rural. En ella se abordará la aplicación en Galicia de las directrices de la inminente orden del Ministerio de Agricultura sobre la Tecia solanivora, que podría suponer la prohibición de plantar en las zonas afectadas. 


La producción de patata en A Limia, con una media de más de 110 millones de kilos al año, supone una quinta parte del total que se recolecta en Galicia. La noticia sobre la plaga de la polilla guatemalteca en A Mariña y Ferrolterra ha sido acogida con incredulidad, pero con calma entre los productores antelanos.


«Non ouvín falar desa praga. Dende logo aquí na Limia non temos constancia de que exista ou de que poida chegar», afirma Daniel Joga, un agricultor de la zona. De ahí que asegure no estar preocupado por la polilla. «Aquí temos normalmente as pragas habituais, como o mildiu. Hai anos que a incidencia e máis forte e outras veces non é tan importante», subraya."       (La Voz, 03/02/17)

"A crise da pataca deriva nunha crise política.

 A crise da pataca, que afecta a numerosos concellos do norte de Galicia, está derivando nunha guerra política tras a orde da Xunta de que sexan os concellos os que controlen os posibles brotes da praga da couza guatemalteca e se incauten dos exemplares afectados.

O alcalde, Fernando Suárez criticou duramente esta orde. “Son medidas sen consensuar nada, ao contrario do que está a facer o Principado de Asturias cos seus Concellos afectados da outra banda da ría de Ribadeo”, denuncia.

“ Sorprende que hoxe o Diario Oficial de Galicia publica unha resolución de ampliación das medidas urxentes onde delegan nos Concellos a vixilancia e a incautación, se é o caso das patacas. É dicir que impidamos desde os Concellos a circulación da pataca a través dos mercados locais. Parecen medidas moi coercitivas, que cando teñen que tomar medidas coercitivas delegan nos Concellos”, denuncia.

De feito, criticou que hai moitos concellos pequenos sen Policía Local que non van ser quen de controlar a situación das súas patacas.  Así, pide da xunta unha actuación global para facerlle fronte e a posta en marcha dun plan estratéxico en todo o país.

Tanto concellos como gandeiros afectados denuncian que a Xunta está actuando “e non toma medidas de prohibición efectiva porque agarda a que as tome o Ministerio de Agricultura”.  “E claro como para o Ministerio o das patacas non é un asunto de Estado como pode ser o aceite en Andalucía ou as laranxas no Levante, pois tómano con moita calma”, denuncia o rexedor de Ribadeo."        (Galicia confidencial, 15/02/17)

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