"Por qué no crear ciudades de la innovación vinculadas al mar, como
hizo EEUU en Silicon Valley con las empresas tecnológicas?”. Es la
pregunta que deja en el aire Carlos Botana Lagarón, responsable del Departamento de Sostenibilidad del Puerto de Vigo,
pionero en España de una estrategia de crecimiento azul que ha sido
incluso objeto de estudio por parte de la UE en su más reciente informe
sobre este sector emergente.
Porque, aunque España mira cada día más al mar, lo hace por ahora
lenta y desigualmente. Sus casi ocho mil kilómetros de costa son el
escenario ideal para la creación de riqueza, empleo de calidad,
innovación, investigación científica y sostenibilidad. La llamada
economía azul emplea en nuestro país a casi 700.000 personas y genera al año 23.000 millones de euros
según datos de la UE relativos a 2016.
Los mares Mediterráneo y
Cantábrico y el océano Atlántico nutren el crecimiento azul español,
aunque de forma asimétrica, puesto que es el turismo costero el sector
que genera el 77% de los empleos y el 75,5% del Valor Añadido Bruto de
las actividades españolas en este ámbito. Otros nichos de gran dinamismo
potencial están lejos todavía de la aportación turística. Son la
biotecnología marina, la acuicultura, la explotación de la energía
oceánica o la exploración minera de los fondos marinos, entre muchos
otros.
Un foro con el mar como protagonista
Prueba de la efervescencia que vive el sector es la iniciativa InnovAzul,
que reunió a finales del año pasado en Cádiz a expertos
internacionales, empresas y más de 1.200 participantes claves en la
innovación y desarrollo de la economía azul con el respaldo institucional del Banco Santander. El foro se ha convertido ya en un referente nacional.
El Puerto de Vigo ha sido pionero en la puesta en marcha en España de
una estrategia en este sentido. “Es necesario crear en España un plan
de economía azul, como parte de la estrategia de país, donde se impulsen
todos los sectores con la misma intensidad de forma armónica y con un
único objetivo: crear empleo de calidad, que sea sostenible y donde la innovación sea la llave que vertebre todo”, indica el responsable de Sostenibilidad del Puerto de Vigo.
Allí se implementó en 2016 una estrategia de crecimiento azul con una
visión integral. “Participaron más de 300 personas de diferentes
sectores, con apoyo de la universidad, centros tecnológicos y sociedad
civil”, indica Botana. “Dicho plan se materializó en 45 proyectos aprobados y 46 acciones que responden a retos y oportunidades en más de 14 áreas de conocimiento,
como energía azul, biotecnología, construcción naval, pesca fresca y
congelada, mercancías, formación (las llamadas "carreras azules"),
náutica y marinas deportivas, turismo de cruceros...”. Según este
experto, la vocación azul viguesa “es un proceso vivo que incorpora de
forma continua nuevos proyectos desde los sectores involucrados, que se
reúnen cada seis meses”.
En lo alto del ‘ranking’
Según el Informe sobre Economía Azul 2018 de la UE, España es la segunda potencia comunitaria en generación de riqueza en este sector, con 23.200 millones de euros anuales, solo por debajo –aunque a mucha distancia– del Reino Unido, que encabeza el ranking
con un Valor Añadido Bruto de 39.000 millones de euros anuales, según
cifras de 2016. Italia, con 19.700 millones de euros generados en torno
al mar, completa el cuadro de honor.
Y, aunque lentamente, el ejemplo de Vigo cunde en otras latitudes. La Autoridad Portuaria de Almería ha anunciado recientemente una estrategia similar, al igual que el antiguo astillero de Naval Gijón,
donde se proyecta un gran campus del mar con aulas y espacios abiertos
para empresas vinculadas a la sostenibilidad marítima. Canarias es otra
comunidad muy activa en este campo.
Tendrá diseñada su propia Estrategia
de Economía Azul para finales de este año, con la Plataforma Oceánica de Canarias (PLOCAN)
–punta de lanza en el campo de la investigación y las ciencias
marinas–, como gran consorcio dinamizador de las actividades. En
Andalucía, el Campus de Excelencia Internacional del Mar, integrado por cinco universidades andaluzas, dos extranjeras y siete institutos de investigación, ha sido la semilla de la Plataforma de Economía Azul, que cuenta con presencia de los puertos de Algeciras, Cádiz, Huelva y Motril.
Un puerto sostenible
En el Puerto de Vigo, todos los proyectos vinculados a la economía
azul responden a cuatro objetivos, según su responsable de
sostenibilidad: “llegar a ser un puerto verde, innovador, inclusivo y conectado.
Su contribución a ello se mide a través de un sistema de evaluación de
impacto, que es además abierto y accesible a todos los que estén
interesados a través de nuestra web”. Porque el Puerto de Vigo, en
efecto, tiene su propia web azul.
Según este experto, “no se puede hablar de economía azul desde una
visión unisectorial. Si bien es cierto que el turismo puede ser el
sector más representativo en una zona, hay muchos más. En otros lugares
será la pesca, la acuicultura, las energías marinas, los astilleros, la
actividad mercantil en puertos o la ciencia”.
En el plano internacional, el Puerto de Vigo es también uno de los
faros de referencia en la creciente tendencia económica azul. “Tenemos
acuerdos de colaboración con la Dirección General de Asuntos Marítimos y
Pesca de la UE, con Unesco y con la FAO. Con esta última trabajamos en la creación de una red de puertos pesqueros azules mundial y con la Unesco en ejercicios de planificación marítima para extender conocimiento a otros países”, concluye Carlos Botana.
Cuatro años de resultados palpables
Desde el punto de vista de los resultados obtenidos en el municipio
gallego, este especialista en economía azul subraya la mejora de la
imagen internacional, pero también un mayor conocimiento local del
puerto y de sus necesidades, que ya no se ve como algo ajeno a la
sociedad.
“Desde el punto de vista económico, vemos cómo se refuerzan los sectores más representativos de nuestra economía azul: tenemos una construcción naval en auge, la pesca experimenta un fuerte repunte y trabajamos para atraer a los jóvenes hacia el sector marítimo, empleando nuevas tecnologías como la realidad aumentada para el diseño de buques o para mejorar su habitabilidad”, explica Carlos Botana.
La estrategia de crecimiento azul debería ir más allá de una contribución cuantificable en el PIB según este especialista: “Se trata de identificar y analizar los sectores económicos y su contribución al desarrollo directo del entorno. No debemos menoscabar ninguno: el marisquero, el energético, la pesca, el turismo, la construcción naval, la ecología…”, añade." (Javier de la Cruz, El País, 13/06/19)
“Desde el punto de vista económico, vemos cómo se refuerzan los sectores más representativos de nuestra economía azul: tenemos una construcción naval en auge, la pesca experimenta un fuerte repunte y trabajamos para atraer a los jóvenes hacia el sector marítimo, empleando nuevas tecnologías como la realidad aumentada para el diseño de buques o para mejorar su habitabilidad”, explica Carlos Botana.
La estrategia de crecimiento azul debería ir más allá de una contribución cuantificable en el PIB según este especialista: “Se trata de identificar y analizar los sectores económicos y su contribución al desarrollo directo del entorno. No debemos menoscabar ninguno: el marisquero, el energético, la pesca, el turismo, la construcción naval, la ecología…”, añade." (Javier de la Cruz, El País, 13/06/19)
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