"É a primeira vez en 51 anos que esta festa de
Candaoso, en Viveiro, vaise celebrar sen a tradicional pelexa de cabalos
sementais. Os gandeiros afirman que se trata dunha "escena do monte"
traída ao curro." (Galicia Confidencial, 05/07/19)
"Los bueyes ya no pelean en Muíños. El ayuntamiento orensano acaba con la tradición por la presión ecologista.
Los gallos "pica no chan", propiedad del ayuntamiento, llevan tres
meses en casa de sus "criadores", vecinos de Muíños que los adoptan en
mayo y los dejan crecer por ahí sueltos, comiendo del suelo todo lo que
encuentran. Ayer, algunos de estos gallos volvieron al consistorio para
morir, y de aquí al jueves serán devueltos y sacrificados el resto.
El
sábado, los cocineros los guisarán en el colegio público. Saldrán entre
800 y 1.000 raciones con dos buenas tajadas, salsa, patatas y verduras,
que los asistentes se comerán después de seguir por las calles el
desfile de unas genuinas garotas "recién llegadas del Brasil".
Lo de las brasileiras es pura estrategia. Psicología consistorial.
Este año, el programa de las fiestas (as Festas das Sopas do Burro Canso
de Muíños, famosas aquí y allá en Portugal, desde Montalegre hasta
Trás-os-Montes) viene prieto y cargado de exotismo para que los vecinos
no echen en falta los bueyes.
De manera oficial, la "chega de bois" o pelea de bueyes venía
celebrándose desde hace 28 años, pero era una tradición mucho más
antigua. La de soltar en un campo cerrado dos bueyes del país de casi
mil kilos, los dos más peleones que se han hallado en la comarca, es una
costumbre extendida en el norte luso y lo fue también a esta vera de la
raia.
Últimamente, en Galicia la chega sólo se organizaba,
como fiesta, en Muíños, pero desde este ayuntamiento orensano se
asegura, sin dar nombres, que en dos aldeas "montañosas" del municipio
se siguen celebrando, a la chita callando, estos enfrentamientos. Y
seguirán haciéndolo, con disimulo y en días no anunciados, casi de forma
espontánea, para burlar la vigilancia de Amigos da Terra, el grupo
ecologista que denunció reiteradamente a Muíños por esta fiesta.
"Es algo natural que nadie puede prohibir", explica el teniente de
alcalde, Alejandro Castro: "Si dejas dos bois loitadores juntos en una
finca con ribada, para que no salgan, puede pasar una hora, pero los
animales acabarán peleando".
Empujándose de frente, "a golpes con la
testuz y la cornamenta", para "marcar su territorio" pero "sin hacerse
daño, porque nunca en Muíños se han visto heridas ni sangre". El público
se pondrá entonces de parte de uno o de otro, algunos cruzarán
apuestas, y el bicho que gane será el que consiga que el otro se retire,
que el otro deje la pelea y marche porque está agotado.
Pero en Muíños capital, de forma programada y a las claras, la
estampa de los bois achegándose en medio de una polvareda sólo se va a
poder seguir viendo en internet. Los vídeos proliferan en YouTube
y la página del ayuntamiento no ha retirado la foto, porque mostrarla,
de momento, no es delito.
En cambio, la celebración de las peleas le ha
costado ya al Gobierno municipal denuncias de los ecologistas ante la
Fiscalía Provincial de Ourense, ante el Seprona, ante la Xunta, ante el
Valedor y ante la policía nacional. Temporada tras temporada, relata el
concejal, las autoridades "frieron a multas" al ayuntamiento, alguna "de
6.000 euros", y hace un año, el fiscal llegó a "incriminar" al alcalde
del PP, Plácido Álvarez, que ya no quiso arriesgarse más pese al clamor
popular en pro de la chega.
"Los de Muíños somos de Muíños, y los de Allariz son de Allariz". La
obviedad del teniente de alcalde esconde una crítica. Una crítica muy
gorda contra la "doble moral" de los ecologistas y los gobernantes, que
aplauden determinadas torturas, permitidas por las normas vigentes, y
atacan, hasta hacerlas desaparecer, otras "tradiciones" igual de
"milenarias". La Festa do Boi de Allariz, en la que se persigue y se
azuza al animal por las calles del pueblo, fue declarada Festa de
Interese Turístico por la actual Xunta. "Y los ecologistas de Amigos da
Terra no tocan el tema, porque están encantados con las subvenciones que
reciben", acusa Castro.
Muíños ha apelado al valor cultural de su fiesta y ha pedido a Medio
Ambiente que se la autorice, pero aún no hay respuesta. El sábado,
además del pasacalles de auténticas mulatas, después del guiso de gallo y
antes de la merienda a base de sopas de burro cansado (pan de trigo
macerado en vino "muy tinto" con azúcar), el ayuntamiento montará un
espectáculo con tres novillos.
Habrá rejoneo a caballo y una exhibición de "forcados" portugueses:
"20 mozos valientes", explica Castro, se plantan frente a la res. "El
más aguerrido" salta sobre el animal y se coloca entre sus cuernos.
"Montado sobre el toro, le aprieta la garganta, y entonces los otros se
abalanzan y lo derriban". A continuación, el espectáculo se transforma
en corrida y el animal es toreado. Al final, para sortear una ley que
prohíbe las peleas pero permite la lidia y los encierros, Muíños se
apunta también a la doble moral (...)". (Silvia R., El País, 29/07/2008)
"Muíños reivindica con una corrida de toros su tradicional Chega de Bois.
La gran afición que la mayoría de los vecinos de Muíños tienen por
los espectáculos taurinos hará que la localidad celebre, dentro de la
programación de las fiestas de mañana sábado, una corrida de toros con
un cartel de relumbrón con Víctor Janeiro y Canales Rivera como grandes
reclamos.
En la víspera del acontecimiento, la expectación es
máxima ante un evento, que reunirá a más de 3.200 personas en una plaza
habilitada para la ocasión. Pese a ello, la mayoría aunque confiesa su
agrado por poder presenciar la faena de tan insignes matadores, muestra
también su amargura por la prohibición hace dos años de la tradicional
Chega dos Bois, organizada en la zona desde 1992.
«Esta corrida é algo que facemos para seguir
reivindicando a Chega de Bois que é o que realmente queremos en Muíños.
Si esta é unha tradición nosa deberíana respetar como tal. Maña cinco
touros serán sacrificados, cando na Chega os touros que pelexaran
estarían pastando media hora despois», explicó el alcalde, Placido
Álvarez." (David R. Seoane, La Voz, 06/08/2010)
(Enlace a una discusión sobre la prohibición de la 'chega dos bois de Muiños, en el fenecido Vieiros)
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