"El BNG calcula, tomando como base los presupuestos anuales de la Xunta, que cada día que sigue abierta la Cidade da Cultura
consume "algo más de 27.000 euros" que no se destinan a "apoyar" a la
cultura gallega sino "a la de fuera" y a también "empresas que no tienen
su sede social" en Galicia.
Estas afirmacionesse corresponden con los
datos que el propio Gobierno gallego le ha facilitado sobre "parte" de
los contratos del complejo cultural del Monte Gaiás en 2011 y 2012,
según informa Europa Press. A modo de ejemplo, ha recordado que se
financió con 215.000 euros al Circo del Sol y con 500.000 el concierto
de Björk.
En la misma línea, ha referido "modificados de obras" por un valor
superior a los siete millones de euros y que la exposición Gallaecia
Petrea, pese a la "información contradictoria" de la Xunta, tuvo un
coste de 1,1 millones. En este punto, ha referido que uno de sus mayores
contratos --y que no fue entregado-- fue el de montaje y transporte, que realizó una empresa
"con sede en Madrid".
Así las cosas, la nacionalista ha anunciado que
pedirá "toda" la información relativa a los contratos y facturas de la
Cidade da Cultura desde su apertura; así como el acuerdo por el que la
Xunta decidió paralizar la construcción de los edificios que faltan. (...)
La semana pasada, el Consello de la Xunta aprobó que la iniciativa privada podrá plantearle a la Xunta propuestas para ocupar los espacios
en los que finalmente no se construirán dos de los seis edificios que
iba a tener la Cidade da Cultura.
Y el Gobierno gallego las autorizará, a
través de una concesión administrativa, siempre que respeten la
“arquitectura y finalidad” del complejo del monte Gaiás. Según anunció
Feijóo, la Xunta ha llegado a un acuerdo con las empresas para pagarles
solo lo ejecutado hasta el momento y que renuncien a su indemnización,
lo que, según sus cuentas, supondrá un ahorro para las arcas públicas
de “en torno a cinco millones de euros” si se tiene en cuenta solo esa
compensación o de 150 millones si se valora lo que iban a costar ambos
edificios y su equipamiento interior.
A cambio, el Gobierno gallego les
da hasta fin de año a las tres empresas para que, si así lo desean, le
presenten un proyecto a desarrollar en esos dos espacios bajo su propio
riesgo pero que sea “coherente con la arquitectura y los fines de la
Cidade da Cultura”. (El País, 21/02/2014)
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